Julián Romero (de) Ibarrola nació en tierras conquenses (en Huélamo o en Torrejoncillo del Rey), en 1518 fue un destacado oficial español en los Países Bajos durante la “Guerra de los Ochenta Años”.
Inicios en la milicia
Poco se sabe sobre su juventud. En 1534, con 16 años, aparece por primera vez en los textos como miembro de un Tercio español, aquel año desplazado en los Países Bajos y posteriormente comisionado en la Jornada de Túnez. Según Lope de Vega, en esa temprana edad, sirvió como “mozo de (a)tambor” y había partido de Torrejoncillo del Rey (entondes Torrejoncillo de Huete).
Se desconoce donde pasó sus siguientes años en la milicia, ya que no se vuelve a saber de él hasta 1544, constando su nombre en los listados de los hombres que regresaban del asedio de Saint-Dizier para pasar a engrosar las filas del ejército de Enrique VIII de Inglaterra como mercenarios.
Mercenario al servicio del rey de Inglaterra
En 1545 fueron desplazados, junto a unidades inglesas y alemanas, a la frontera con Escocia, que contaba con el apoyo del rey de Francia. Aquellas tropas mercenarias españolas estaban al mando del Maestre de Campo Pedro Sarmiento de Gamboa y servían a los intereses del rey de Inglaterra.
Romero destacó durante la batalla de Pinkie Cleugh, que tuvo lugar el 10 de septiembre de 1547 a orillas del río Esk, cerca de Musselburgh (Escocia), considerada como la última batalla campal entre escoceses e ingleses. La historiografía escocesa recuerda este suceso como el “sábado negro”.
Una vez derrotados los escoceses, los ejércitos de Enrique VIII, se trasladaron al puerto de Calais, por entonces dominio del rey de Inglaterra. Desde allí hostigan a las tropas de Francisco I de Francia combatiendo en la región de Norte-Paso de Calais.
Duelo con Antonio Mora
En aquellas jornadas, poco antes de la citada batalla de Pinkie Cleugh, mantiene un famoso duelo con otro español, Antonio Mora, que estaba al servicio del rey de Francia.
Al parecer Mora había retado a Pedro de Gamboa, pero Romero se ofreció a combatir en su lugar, por su Maestre. Eligieron un sitio, en Fontainebleau, un espacio bien abierto para que pudiera acudir público; y vaya si acudió, se dice que acudió el rey de Francia y su heredero, así como los embajadores ingleses. Julián Romero resultó vencedor y, siendo premiado por el rey de Francia, recibió de Enrique VIIl la distinción de Sir. Y por sus acciones en Escocia recibió el título knight banneret con feudo y armas en Inglaterra.
Capitán al servicio de Carlos I
En 1549 es nombrado Maestre de Campo en sustitución de Gamboa, pero con la llegada al trono de Isabel I de Inglaterra, la mayoría de mercenarios españoles fueron abandonando Las Islas para reengancharse a las tropas del Emperador Carlos. En los Tercios se le reconoce el empleo de capitán, por su experiencia en Inglaterra, Escocia y Francia. En 1552 defendió una pieza clave del llamado Camino Español: el Principado de Lieja. En 1554 fue hecho prisionero por los franceses tras su derrota en Dinant, siendo canjeado por soldados franceses al cabo de dos años.
Batalla de San Quintín (1557)
Fue uno de los artífices del triunfo de Felipe II en la batalla de San Quintín; su compañía captura al Conde de Coligny, líder de los hugonotes. En aquella batalla recibirá una herida importante en la pierna, que le produjo cojera (o amputación según otras fuentes) por bala de mosquete. Tras la batalla, fue nombrado caballero de la Orden de Santiago en 1558 y Maestre de Infantería por Felipe II.
Batalla de Gravelinas (1558)
Durante la Batalla de Gravelinas mandó una compañía de arcabuceros. Allí entabló amistad con Manuel Filiberto, primo de Felipe II y el Conde de Egmont, que poco tiempo después sería ejecutado por orden del rey debido a los tumultos religiosos originados por obligar a los flamencos a seguir el catolicismo. Julián Romero escoltaría su ataúd, a pesar de haber sido un condenado, hasta una cripta en Zottegem, ciudad belga donde actualmente se encuentran sus dos estatuas, su castillo y su museo.
En 1559 se le nombra castellano en dos fortalezas, Damvillers y de Douai. Establecida con la corona francesa la Paz de Cateau-Cambrésis, se produce la desmovilización de las tropas españolas en Flandes, partiendo el 10 de enero de 1561, desde Zelanda.
Socorro de Malta
En 1565, Felipe II envió los Tercios de Italia para levantar el asedio que los turcos infligían sobre Malta. Julián Romero, cuya compañía se hallaba guardando Siracusa, acudió al Socorro. A causa del fallecimiento de Melchor de Robles, Romero, como segundo que era, se convirtió en el maestre de campo del Tercio de Sicilia.
Guerra de Flandes
En 1567 estalla el motín de los Países Bajos, encabezado por Guillermo de Orange. El Duque de Alba, al frente de cuatro tercios recorre el Camino Español en socorro de las guarniciones de Flandes.
Así, Julián Romero marchó a Flandes a la cabeza del Tercio de Sicilia participando en diversas acciones en los años que duró la guerra. Cada suceso da para una historia, cada batalla y cada acción suya son para una película, pero os vamos a contar los puntos más destacados que le ocurrieron:
- Recibió un tiro de arcabuz, durante el asedio de Mons, en un brazo
- Perdió un ojo en la toma Haarlem;
- Pagó los salarios de los soldados que tenía bajo su mando, de su propio bolsillo, en Utrech, evitando un motín pero generándole una deuda de más de 8,000 ducados.
- Socorrió a Sancho Dávila en el cerco de Amberes
- y, desgraciadamente, sus tropas protagonizaron el saco de Amberes.
En agosto de 1572, Julián Romero fue designado por Felipe II miembro del Consejo de Guerra en Flandes, justo entre la muerte de Luis de Requesens, y la llegada de Juan de Austria como nuevo gobernador. Tras 43 años de servicio, Julián solicitó al rey que le concediese una “castellanía” con recomendaciones favorables del Duque de Alba, no siéndole concedida.
La extraña muerte de Julián Romero
En 1577, cuando tenía 59 años y una cantidad considerable de heridas y mutilaciones, falleció de manera repentina a lomos de su caballo cerca de Cremona.
Había partido de Alessandria della Paglia al mando de sus hombres el día 13 de octubre y, tras apenas una hora de camino, se desplomó de lo alto de su montura, quedando cadáver en el suelo.
La muerte de Julián Romero en los estudios históricos
Julián Romero murió de “súbito”, pero ¿Cuál fue el motivo de su muerte? En las investigaciones históricas que buscan aclarar las circunstancias que rodearon su muerte se recogen diferentes textos en los que se dice:
- “Murió de apoplejía” (Carnero)
- “de congestión sanguínea” (Del Río)
- “una dolencia maligna le cortó la respiración” (Ossorio)
- “falleció a consecuencia de la caída” (Strada/ Miriana/ Marto López)
- morir de repente, fue quizás por ensalmo, es decir, “porque sus heridas habían sido tratadas con aceite de candil y con ensalmos” (Lope de Vega)
- El libro II de la obra titulada “Don Felipe II rey de España” compuesto por Luis Cabrera de Córdoba (1619) dice en el capítulo XXIV lo siguiente: <En este tiempo año de 1577 la infanteria y caballeria pagada caminó en número de seis mil para Flandes á cargo de Julian Romero y cerca de Cremona cayó súbitamente muerto del caballo (…)>
La mayoría de investigadores, a pesar de lo contradictorios que pudieran resultar los cronistas de su época, como hemos visto, coinciden en que pudo haber fallecido a causa de una cardiopatía. Quizás esta teoría se vio también reafirmada por la documentación realizada por algún testigo de su embalsamamiento, en la que describe su corazón:“sumamente grande y velludo” ¿Signo de alguna malformación en el corazón?
No obstante, y repasada brevemente su vida, fue un gran soldado y un hombre de gran corazón, sin duda.
Fuentes:
Muñoz y Soliva, Trifon (1867) Historia de la muy N. L. E I. Ciudad de Cuenca. Libro II
Lope de Vega. Comedia famosa de Julián Romero
textos sobre Julián Romero en la web del ayuntamiento de Huelamo (huelamo.dipucuenca.es)
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