El emperador Carlos V no podía permitir que el poder de Francia aumentara tras las victorias de Francisco I.
Uno de esos triunfos, que desestabilizaron el equilibrio de fuerzas europeo, fue la recuperación del Milanesado en 1515 (actual Lombardía) para la casa de Orleans. Una disputa abierta entre esta casa —de Orleans— y los Sforza que terminó tras la batalla de Marignano, venciendo el monarca francés al mando de un ejército franco-veneciano a la alianza del ducado de Milán con la Confederación Suiza.
Francisco I contra el Imperio
Francisco I de Francia (Coñac, 12 de septiembre de 1494-Rambouillet, 31 de marzo de 1547), conocido como el Padre y Restaurador de las Letras, fue consagrado como rey de Francia el 25 de enero de 1515
Ocupación de Navarra
En 1521 los ejércitos de Francisco I junto a las tropas fieles a Enrique II —de Navarra—, aprovechando que los castellanos estaban inmersos en la Guerra de las Comunidades, incitaron un levantamiento en todo el reino de Navarra para reinstaurar la monarquía de la casa de los Albert por la fuerza, ya que otras negociaciones por recuperar el reino pacíficamente con Carlos V fueron infructuosas. Así, Enrique II, junto a Francisco I consiguieron tomar toda Navarra.
Pero la no consolidación de la posición, debido a los intereses franceses de debilitar —en la medida de lo posible— a Carlos, llevarían al fracaso todas las maniobras.
El sitio de Logroño
Al tratar de sitiar Logroño, las tropas de Francisco I, fueron repelidas —tras días de combate— en un ataque nocturno por una escasa guarnición, y civiles, que salieron de la ciudad asaltando el campamento; esto infundió confusión y temor, a la par que se advirtió la cercanía de un contingente de 20.000 hombres mandados por el Duque de Nájera en auxilio a la ciudad, lo que llevó a la huida del ejército invasor.
Noáin, 1521
Poco más tarde de este sitio, tuvo lugar la batalla de Noáin (junio de 1521) en la que se enfrentaron ambos contingentes, con victoria decisiva del “césar” Carlos tras una larga y sangrienta batalla.
Tras recuperar Navarra para la corona del Emperador, los ejércitos fieles a la casa de Albert se reagruparon en zonas de la Baja Navarra, produciendo fuerte resistencia en algunos puntos que motivaron al abandono por parte de los españoles de esta parte del reino navarro.
Las fuerzas imperiales, tras repeler la invasión, atacaron Francia. Viendo la fuerza militar de Carlos, el Papa y Enrique VIII se apresuraron en firmar una alianza contra Francia. Italia sería el campo de batalla.
Batalla de Bicocca
En la batalla de Bicocca, los ejércitos de Carlos V y del Papa (Adriano VI) derrotaron al ejército francés, expulsándolo del Milanesado, la que sería la primera gran victoria en suelo Italiano. Los venecianos, aliados de Francia, firmaron la paz por su cuenta abandonando la causa. Por otro lado, ayudado por el desvío de fuerzas francesas a la zona oriental, el ejército británico invadió Francia (1523).
Todas estas contrariedades hicieron que Carlos de Borbón, Condestable de los ejércitos del rey Francisco I, lo traicionase y se aliara con el Emperador Carlos.
Estos episodios, y otras muchas campañas de entre los años 1521-1526, fueron conocidas como la “Guerra de los Cuatro Años”.
La guerra se desarrolló entre 1521 y 1526 y en ella se enfrentaron:
- Francisco I de Francia + Enrique II de Navarra + República de Venecia
contra
- Emperador Carlos V + Enrique VIII de Inglaterra + los Estados Pontificios
La Batalla de Pavía
El mismo Francisco, en persona, se decidió a recuperar el Ducado de Milán (1525), fue entonces cuando se produjo la famosa batalla de Pavía, que llevó la muerte a la práctica totalidad de sus nobles, a gran parte de su ejército y condujo a su captura.
Tras la batalla, hecho prisionero, fue trasladado al puerto de Valencia para llevarlo ante el Emperador en Madrid, en donde firmará el tratado de Madrid (14 de enero de 1526), en el cual renunciaba a sus pretensiones en Italia (Milanesado, Génova, Nápoles) y otros territorios como la Borgoña, Artois, Tournai o Flandes. Siendo devuelto a Francia, y nada más cruzar la frontera, el parlamento francés obligaría al rey Francisco I a romper el tratado, eso traería consecuencias (ver “Paz de las Damas”).
La entrega de la espada de Francisco de Francia a Carlos I de España
La tradición en el campo de batalla, cuando un rey, general o condestable era derrotado, era la de entregar a su captor el estoque de combate y su manopla derecha. Francisco entregó a Diego de Ávila, hombre de armas de la capitanía de D. Carlos de Lanoy, según las diferentes fuentes:
- Estoque
- Daga de Armas (compañera del Estoque, por su labrado)
- Guante derecho
- Espada (la cual no se encuentra ilustrada en la lámina siguiente)
- Borgoñota de Parada (casco)
- Tarja (escudo adosado a armadura)
Pero ¿dónde está la espada del rey de Francia?
La espada, que da título a nuestro artículo, fue incautada en la batalla de Pavía junto a los objetos antes mencionados (y algunos otros no mencionados, como su tienda de campaña o trozos de sus ropajes que se llevaban los soldados como recuerdo).
Permaneció dentro de la colección real, en España, durante 283 años, exactamente hasta el 31 de marzo de 1808. En aquella fecha fue entregada a Napoleón Bonaparte, quien había solicitado por mediación de Murat, según relato de la Gaceta de Madrid, recuperar la famosa espada. Dejamos un fragmento de la mencionada publicación:
Fernando VII, como no podía ser de otra manera, se apresuró cumplir los deseos del corso, —como habéis podido comprobar en su real orden— y se la envió con gran pompa junto a seis caballos de las caballerizas reales.
El periplo de la espada de Francisco de Francia en la literatura
Permítanme que comparta un extracto del libro “Vientos de intriga” de José Calvo Poyato, en el que relata un poquito como debió ser aquella escena:
Juan de Ariza, escritor del siglo XIX, opinaba de esta manera acerca de esta entrega en su libro “El dos de mayo”:
(…) Permítanme —una vez más os lo pido— que comparta con vosotros también el anexo 1 al mismo texto de Urbieta, no tiene desperdicio:
La espada en la actualidad
Por lo que en la actualidad se encuentra en la Armería del Museo de Artillería de París, aquella espada —símbolo de una gran victoria pasada— que Fernando VII entregó a los franceses.
De todas formas, según el catálogo de la Armería Real de Madrid, Francisco nunca cayó en el campo de batalla con esta espada, sino que lo hizo con un estoque de arzón. Lo que Murat se llevó a Francia fue una espada ceremonial que nada tiene que ver con un arma para el campo de batalla… o eso parece ser…
Entregose, no obstante, una espada ceremonial que se encontraba catalogada como del Rey de Francia. Según tengo entendido, fue el propio rey felón el que ordenó recoger la pieza de la Armería Real (no he encontrado referencias, me lo han contado) prefiriendo enviar a Murat una espada rematada en oro y esmalte, que le pareció más acorde, que la que el armero real le indicaba: un estoque de combate que había entregado Diego de Ávila al emperador, mucho menos maravilloso y más deteriorado que la magnífica pieza de orfebrería que vemos aquí:
Esta espada ceremonial, al parecer, fue tomada como un botín de guerra por el coronel Juan de Aldava de la tienda de Francisco I tras de su captura. En 1585, el hijo de Juan Aldava da la espada al rey Felipe II a cambio de una pensión anual.
Y no podemos cerrar el artículo sin contaros que durante el reinado de Alfonso XII, y luego de Isabel II, se trató de recuperar esta espada ceremonial de forma infructuosa. Así que el rey consorte, Francisco de Asís, encargó a Eusebio Zuloaga (abuelo de Ignacio y “padre” del damasquinado) la realización de una réplica para la Real Armería, de la que era armero mayor. Le pagaron 4000 reales.
Fuentes:
Relación de lo sucedido en la prisión del rey Francisco de Francia, desde que fue traído a España…, hasta que el Emperador le dio libertad, y volvió a Francia.. | Gonzalo Fernández de Oviedo
Fuentes:
La Gaceta de Madrid
El Dos de Mayo : novela histórica / por Juan de Ariza
Dos siglos del padre del damasquinado (artículo)
Wikipedia (links activos en texto)
Descubre más desde El Reto Histórico
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
Un comentario