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Los héroes de la Guerra de Crimea: los constructores del tren de Sebastopol

La Guerra de Crimea (1853-1855) en la que se enfrentaron Rusia contra Francia, el Imperio Otomano y el Reino Unido, tuvo un puñado de héroes anónimos que salvaron de una muerte segura a la práctica totalidad del contingente aliado permitiendo así su victoria final en Balaclava.

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Asedio de Sebastopol 1855 por Grigoryi Shukaev

El sitio de Sebastopol de 1854

En el invierno de 1854, las fuerzas de Lord Raglan sitiaron Sebastopol, pero los rusos se habían anticipado enviando refuerzos a la ciudad, con lo que el asedio se hizo más difícil. Las cosas se complicaron con la llegada del invierno ruso, que se hacía más riguroso con el paso de los días y las nieves terminaron por bloquear la carretera de Sebastopol al puerto de Balaclava.

El ejército aliado tuvo que cortar los envíos de alimentos, agua, ropas y medicinas; era imposible pasar. Los más de 30.000 soldados que esperaban tomar la ciudad quedaron a merced del frío y de las epidemias.

El fracaso del sistema de logístico británico se convirtió en un escándalo nacional que derrocó al Gobierno de la Coalición de Lord Aberdeen en 1855

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Grabado publicado en Inglaterra en el que se critica la situación del ejército en 1855.

Al rescate del ejército británico

Por fortuna para los soldados atrapados, un gran contratista de ferrocarriles, Morton Peto, que era miembro del Parlamento Británico se ofreció, junto a otros socios, para construir una línea de tren especial para abastecer a las tropas en Sebastopol. Reunieron 250 peones, 30 capataces y albañiles, 80 carpinteros, 20 herreros y 10 maquinistas que formaron un destacamento voluntario de ingenieros, completamente paralelo al ejército.

El primer ministro, ahora Lord Palmerston, dio su aprobación, y la expedición zarpó de Liverpool el 21 de diciembre. Durante el mes siguiente otros 23 barcos se dirigieron con nuevos hombres y provisiones a Balaclava. Llevaban toda clase de enseres, desde picos y palas hasta grúas y vagonetas.

La crudeza del invierno ruso no suponía ninguna novedad para muchos de los peones, recién venidos de la construcción del tren Canadá-Estados Unidos. En los 10 primeros días ya habían levantado un campamento de sólidas y recias cabañas, y tendido 8 kilómetros de ferrocarril. El ejército estaba impresionado. Un oficial comentó que aquellos hombres realizaban en un día el trabajo de un regimiento en una semana.

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construcción del tren

El tren y la caída de Sebastopol

En 6 semanas extendieron 12 kilómetros de vía doble desde el puerto de Balaclava hasta las colinas de Sebastopol. La red total cubrió 47 kilómetros. Inmediatamente se puso a disposición de las tropas.

Los trenes, que eran arrastrados por caballos, locomotoras a vapor e incluso por sistema de funiculares en los planos más inclinados, llegaron a transportar en un día 112 toneladas de alimentos, munición, ropa y medicinas. En el mes de abril el ejército estaba salvado y en septiembre caía Sebastopol.

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Calle principal del puerto de Balaclava con el ferrocarril, pintura de William Simpson

Para tomar Sebastopol los ejércitos tardaron 11 meses. Para los bravos jornaleros del ferrocarril, salvar un ejército de la enfermedad y del hambre fue cosa de poco más de un día.

Éste fue uno de los primeros usos de los ferrocarriles en la guerra, se le conoció como El Gran Ferrocarril Central de Crimea y fue también el primer tren hospital de la historia. Tras la victoria aliada y la firma del tratado de paz las vías fueron vendidas y eliminadas del trazado.

Fuentes utilizadas:
Hemeroteca Reader's DigestCooke, Brian (1990), The Grand Crimean Central Railway , Knutsford: Cavalier House

Miguel Ángel Ferreiro

Militar de carrera, autor de "La Segunda Columna" (Ed.Edaf), director de este proyecto e Historiador del Arte (UNED). Entre África y Europa, como el Mediterráneo.
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