En la madrugada del día 1 de septiembre de 1939 se ponía en marcha el “Fall Weiss” (Plan Blanco) por el que los alemanes invadía Polonia. Uno de los más trágicos capítulos de la Humanidad había comenzado. ¿Cómo se llegó a esta situación a 20 años del final de la Primera Guerra Mundial?
El 29 de septiembre de 1938 se firma el Pacto de Munich por el primer ministro del Reino Unido Arthur Neville Chamberlain, el jefe del gobierno francés Édouard Daladier, el canciller Hitler y el duce Mussolini, tras una conferencia para resolver la crisis ocasionada por las reclamaciones de una minoría étnica en Europa Central formada por descendientes de alemanes, que por entonces vivían en determinadas zonas de Bohemia, Moravia y Silesia oriental, dentro de Checoslovaquia. Esta crisis recibió el nombre de la cordillera de los Sudetes en donde se ubicaban estas poblaciones.
La población de esta región, de lengua alemana, reclamaba desde hacía tiempo su anexión a Alemania. Checoslovaquia, que se oponía a esta petición, consideraba acceder a ella una amenaza para su soberanía nacional. Finalmente las potencias occidentales ceden a las pretensiones de Hitler. Este sería el primer gran error, pensar que se podría evitar una guerra cediendo ante las agresivas políticas del canciller alemán.
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