En 1792 se hacen las primeras experiencias aerostáticas militares dirigidas por Joseph Louis Proust. A partir de ese año comienzan los inicios de la aerostación española.
La aerostación en España
Le cabe el honor a España de ser la primera nación que realizase una práctica aerostática militar. En 1788, el químico francés Joseph Louis Proust fue requerido por el rey Carlos IV para que ejerciera como profesor de Química en el Real Colegio de Artillería de Segovia, a quién otorgó la graduación de capitán.
Las demostraciones aerostáticas llevadas a cabo en nuestra nación, por aerosteros extranjeros, despertaron la curiosidad del científico, que ya había tenido alguna experiencia de este tipo con Pilâtre de Rozier en París (junio de 1784). Además, incitaron al científico a construir un globo con la colaboración de los oficiales y cadetes del Real Colegio, que efectuaron ascensiones los días 3, 5 y 6 de noviembre de 1792 en Segovia. Finalmente, todo fue un gran éxito, demostrando ser un excelente observatorio para la Artillería.
El gran éxito de los inicios de la aerostación
Debido a la resonancia de estas ascensiones, el monarca solicitó que repitiese la experiencia ante su presencia —y la de la familia real— en El Escorial. La prueba tuvo lugar el 11 de noviembre, con excelente resultado, pero no pudo repetirse los días siguientes debido a “aguas cuantiosas y ráfagas de viento”.
El rey quedó muy complacido y prometió a los artilleros su ayuda para la creación de la Aerostación Militar. Sin embargo, las circunstancias políticas tan trascendentes como la caída del Conde de Aranda (máximo valedor en esta empresa) y la exaltación de Godoy, hicieron que el proyecto cayera en el olvido.
Es muy posible que los artilleros no interrumpieran esas experiencias aerostáticas y seguramente prosiguieron esos estudios. No obstante, no se ha podido localizar nada relacionado con estos supuestos trabajos, debido seguramente a que desapareció en el violento incendio que sufrió el Alcázar de Segovia, el 6 de marzo de 1862.
El uniforme de Artillero de 1792
El uniforme de los artilleros, en esa época, consistía en casaca y calzón azul turquí. Las vueltas del cuello y de las mangas eran de color encarnado. En los faldones de la casaca, dobles costuras verticales, con la vuelta abierta y cartera azul.
Como prenda de cabeza destaca el sombrero walón, fue modificándose hasta convertirse en tricornio y en gran sombrero bicornio o de “medio queso”, como se le conocía en lenguaje cotidiano. Llevaban polainas altas blancas, abotonadas al costado, aunque más adelante éstas quedaron para gala y se adaptaron para diario las de color negro.
Fuentes
Aguilar Hornos, J., Uniformidad de la Aeronáutica Española, Museo del Aire, Madrid, 1993.
Bueno, J. M., Soldados de España. El uniforme militar español desde los Reyes Católicos hasta Juan Carlos I, Madrid, Quirón Ediciones, 2012.
Descubre más desde El Reto Histórico
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.