El 18 de Julio de 1909, después de un día de duro combate, es asaltada por los Rifeños, de noche y por sorpresa la Batería de Sidi-Ahmed el Hach.
Aquella noche el enemigo atacó la batería de Sidi Hamet (o Ahmed) por sorpresa. Llegaron a rechazar el primer ataque, que se produjo justo a la hora del rancho, cuando solamente se encontraba atento el personal mínimo de guardia, pero en la segunda acometida lograron penetrar en el campamento con la intención de hacerse con los cañones, que llevaban tiempo hostigando los avances de las harkas por la zona.
Los rifeños había roto las alambradas y superado las defensas. Decididos a morir antes que dejarse arrebatar las piezas, oficiales y soldados, todos cuantos se hallaban un poco alejados de las posiciones avanzadas, comprendieron el riesgo en el que se hallaban sus compañeros, y corriendo, mejor dicho volando, se lanzaron en su socorro.
En un rasgo de valor y sereno heroísmo todos los artilleros de la posición junto al comandante Royo de Diego y el capitán Guiloche, ambos revólver en mano, llegan ante las piezas.
Nuestros artilleros lograron cargar y disparar en alguna ocasión sus piezas con asombrosa serenidad, pero el combate será cuerpo a cuerpo. Unos cincuenta moros se precipitaron sobre uno de los cañones, cuchillo en mano, que se encontraba emplazado en una posición saliente.
El capitán Guiloche se agarró a una de las ruedas de un cañón, y disparando su revólver logró hacer retrocederlos. Los sirvientes de la pieza, enardecidos por el valor de su jefe, rechazaron a tiros y culatazos a los salvajes asaltantes que quedaban.
De pronto el capitán Guiloche se desplomó. Con un último esfuerzo volvió a agarrarse a la pieza que tan bravamente había defendido, y expiró sin exhalar un grito. Había recibido un tiro fatal en el pecho y, según un testigo le habían clavado también una gumía en el cuello. Era la 4ª pieza —un cañón de bronce Krupp nº268.
El comandante Royo, sin dejar de gritar y enardecer a sus artilleros, en la otra parte de la Batería disparaba su revólver contra el enemigo que comenzó a replegarse.
Hubo un momento de respiro, pero de pronto sonó una nueva descarga. El comandante Royo fue alcanzado en el cuello atravesado por un balazo.
Fuerzas de Infantería mandadas por López Ochoa avanzaron entonces haciendo fuego por descargas, y los moros se retiraron sin dejar de disparar. Los cadáveres de Guiloche y Royo fueron recogidos calientes todavía, según la prensa de la época, habían defendido las piezas con su vida. Habían muerto al pie del cañón.
Uno de los supervivientes del ataque fue entrevistado días después llegando a declarar:
El momento fue terrible. El ataque fue verdaderamente salvaje (…)
También declaró que más de la mitad de la Policía Indígena presente en la posición, al escuchar los primeros tiros, huyó llevándose consigo 13 mulas, armamento y material. Tras la investigación posterior se descubrió que las alambradas no habían sido cortadas de fuera a dentro por los asaltantes, sino de dentro a afuera, por los propios policías indígenas.
Según el expediente (juicio contradictorio) para la obtención de la Laureada de San Fernando, el cañón al pie del que murió el capitán Guiloche se trasladó al Museo del Ejército.
El 11 de agosto de 1.909 José Royo fue ascendido a teniente coronel y Enrique Guiloche a comandante, estando los dos enterrados en Melilla en el Panteón de Margallo. Ambos fueron recompensados con la Cruz Laureada de San Fernando el 22 de abril de 1910.
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Fotografías de las lápidas de los nichos de los laureados Guiloche y Royo
http://fotografiasdemelilla.blogspot.com.es/2012/12/laureados-en-el-panteon-de-margallo.html
Fotos del interior del Panteón del Gral Margallo, cementerio de Melilla.
http://fotografiasdemelilla.blogspot.com.es/2012/09/panteon-general-margallo-cementerio.html
Gracias crack !! La verdad que no siempre uno puede entrar en el Panteón de Héroes, se agradece que haya estas webs de referencia, como Fotografiasdemelilla con imágenes tan buenas.