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El dibujo preparatorio de “La escuela de Atenas”, de Rafael

Este gran boceto se conserva en la Biblioteca Ambrosiana

“La escuela de Atenas” de Rafael Sanzio está considerada como la encarnación visual del Renacimiento, tanto del mundo de la filosofía clásica como del arte.

Escuela de atenas dibujo

¿Cuándo y por qué realizó Rafael “La Escuela de Atenas”?

Rafael pintó el fresco para la Stanza della Segnatura, la sala del Vaticano que albergaba la biblioteca del Papa Julio II, entre 1509 y 1511.

El artista comenzó con un dibujo (o cartón) preparatorio a escala completa en carbón, tiza roja y blanca sobre papel en 1508/9. Era enorme, más de 2,5 m de alto y 8 m de ancho, y se hizo mediante el pegado de 210 hojas de “papel real” (hojas de gran formato de aproximadamente 30 × 40 cm).

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Trabajos de la última restauración

Retrató a más de 50 individuos, los grandes filósofos de la antigüedad centrados alrededor de Platón y Aristóteles y solamente añadió algunos “toques” arquitectónicos y un par de figuras más al fresco final, como Heráclito, cuyo rostro se dice que es un retrato de Miguel Ángel, entonces trabajando en el techo de la Capilla Sixtina. Es el dibujo más grande del Renacimiento que se conserva.

Rafael fue empleado por el Papa Julio II, por recomendación de Bramante, para pintar aquel fresco. Hay que saber que en la estancia ya había frescos, y no de cualquiera, sino de Piero della Francesca, pero éste había sido contratado por Alejandro VI (Borgia) cuyo papado habia sido infame. Julio II estaba ansioso por cubrir las paredes con nuevos frescos que borrarían la huella de su predecesor, una especie de Damnatio memoriae por apoderado artístico.

Antes de la restauración

¿Qué importancia tienen estos bocetos?

A sus 27 años de edad, cuando comenzó “La escuela de Atenas”, Rafael creó una visión que transponía las ideas del pensamiento humanista renacentista a formas figurativas y arquitectónicas.

Las líneas fluidas de su dibujo inicial iluminan su proceso creativo, la aparente facilidad con la que concibió el intrincado mural le llevaría dos años completarlo.

El dibujo es la única versión de la escuela de Atenas hecha enteramente por Rafael. Ya que, para el fresco, utilizó el método del estarcido, cuyos agujeros para trasladar el dibujo a la pared son claramente visibles, y se sirvió de numeroso personal para pintarlo.

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¿Qué vicisitudes ha pasado este boceto tras casi 500 años?

Cien años después de su creación, el boceto desaparece del registro histórico. Reapareciendo en 1610 en un documento legal afirmando que Fabio II Visconti Borromeo, Conde de Brebbia, presta el dibujo al cardenal Borromeo hasta que Visconti solicita su devolución. Aunque nunca se lo devolverá, cosas de familia, supongo.

En 1618 el cardenal fundó la Pinacoteca Ambrosiana para albergar su gran colección de pinturas y dibujos, incluyendo obras de Caravaggio, Leonardo da Vinci y el enorme carboncillo de Rafael.

Se convirtió oficialmente en parte de la colección Ambrosiana en 1626 cuando el cardenal lo compró a la viuda del Conde (Bianca Spinola Borromeo) por 600 liras imperiales.

Permaneció en la Pinacoteca hasta 1796, cuando “el azote del patrimonio europeo”, Napoleón Bonaparte, entró en Milán. Cinco días después de que sus fuerzas tomaran la ciudad, Napoleón proclamó que Milán debía a Francia 15 millones liras y todas las obras de arte que se considerasen de valor. Dominique-Vivant Denon, director del Louvre, tuvo la tarea de elaborar una lista de las piezas más importantes de Milán que serían saqueado sumariamente y enviadas al Museo de París.

Napoleón en 1804

El 25 de junio de 1796, la caja de tesoros de la Ambrosiana salió de Milán destinada al Louvre. “El retrato de un músico” de Leonardo estaba en ellos, sus cuadernos de la colección de la biblioteca y el boceto de la escuela de Atenas de Rafael.

Una vez en Francia, el Rafael, fue sometido a una intensa restauración — reforzado con lona, montado sobre un nuevo bastidor, piezas faltantes rellenadas — antes de ser puesto en exhibición.

Tras la derrota de Napoleón en Waterloo en 1815, el escultor Antonio Canova fue enviado al Louvre para reclamar las obras saqueadas de los Estados Pontificios. Fue el encargado del regreso de los tesoros de la Ambrosiana, en 1816. Fue restaurado de nuevo en 1887. Se unió a un nuevo respaldo de lona y se cambió el marco.

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En 1915, el norte de Italia fue blanco del bombardeo aéreo Austro-Húngaro. El boceto regresó a Roma por primera vez desde que fue dibujado por Rafael 400 antes. Se mantuvo seguro en el Vaticano hasta que terminó la guerra.

En 1942 fue depositado en la bóveda del Banco de la Cassa di Risparmio delle Provincie lombarde, en aquella guerra la Abrosiana fue bombardeado y tuvo que ser reconstruido después de la guerra, se salvó por los pelos.

Las “aventuras” de los últimos dos siglos dejaron su huella. El papel había amarillento, el carbón se había desdibujado y los daños por humedad eran muy visibles. En 1966, se restauró de nuevo.

Aunque no fue hasta 2014, cuando la Ambrosiana lanzó un ambicioso programa de conservación y estudio. Un equipo de expertos compuesto por miembros de la Biblioteca Ambrosiana, el Instituto superior de conservación y restauración de los Museos Vaticanos, la Superintendencia de Milán y el centro de conservación y restauración “la Venaria Reale trabajaron con profesores de otras universidades italianas para preservar el trabajo.

También se encargaron de revertir los viejos errores de restauración y crear un nuevo soporte para proteger la caricatura y poder exponerla.

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Que este conjunto de ilustraciones, tan delicadas, haya sobrevivido a cinco siglos de guerras, saqueos y desastres se debe en gran parte al cardenal Federico Borromeo (1564-1631), Arzobispo de Milán y fundador de la Biblioteca Ambrosiana. Y a su galería regresó flamante el 27 de marzo de 2019.

Antes y después:

Fuente: Web oficial de la Biblioteca Ambrosiana (https://www.ambrosiana.it)

Redacción

Equipo de Redacción / Notas de Prensa / Agencias
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