Fue uno de los personajes más importantes del siglo XIX español. Larra se convirtió en uno de los mejores representantes del costumbrismo romántico. Fígaro, como era conocido, se transformó en un modelo de dandi rebelde, independiente y educado.

Larra, un gran romántico
Mariano José Larra, (1809-1837) es considerado junto con Espronceda, Bécquer y Rosalía de Castro, el gran poeta romántico del siglo XIX. En sus primeros años de adolescencia, Larra siguió con sus estudios en Francia. En el año 1825 se instaló en Valladolid para formarse en derecho, carrera que abandonó para dedicarse íntegramente a su pasión: la escritura y literatura.
Durante 1830 hasta el último año de su vida, formó parte activa de las tertulias literarias, en ellas era conocido como: Fígaro, Parnasillo y La partida del Trueno. El escritor se reunía con Bretón de los Herreros, Mesonero Romanos, Ventura de la Vega, etc. Así, la mayoría de estos literatos escribieron críticas feroces al absolutismo de Fernando VII.
La vida sentimental del poeta está marcada por el desamor y la desgracia. Un joven Larra contrajo matrimonio con Josefa Wetoret y Velasco, junto a ella tuvieron tres hijos. Sin embargo, este casamiento acabó en divorcio. En 1830, conocerá al amor de su vida y la causa de su desgracia, Dolores Armijo. Finalmente, el 13 de febrero de 1837, Larra se suicida tras una acalorada discusión con su amante Dolores.

El conjunto masculino (1814-1831)
La indumentaria masculina pasa por un cambio de época y se orienta hacia patrones de sobriedad y utilidad práctica. Los hombres burgueses elegían ropas civiles sencillas y bien cortadas, de paños de lana de colores sumamente apagados: verde oliva, marrón, gris, negro y azul entre otros. Se mantiene en vigor el frac de mangas estrechas con faldones atrás, cuello levantado solo por detrás, vueltas amplias y botones en plata y oro, que se convirtieron en una prenda reservada para ceremonias.
Como prenda superior, se adoptaron los gabanes de mangas estrechas. El resto de prendas eran pantalones ceñidos, a menudo a rayas verticales, y se llevan por dentro de las botas holgadas. En invierno, se usaba la levita, con abotonadura cruzada. Esta prenda era informal con cierto aire deportivo, que se utilizaba en el campo y constituye una evolución de la chaqueta de equitación.

La camisa masculina adquiere un toque de frivolidad con volantes y jaretas. Es importante la corbata de seda blanca y bordada. El chaleco contribuye a modelar el torso: con cuello de chal, piqué, cachemira o ante. Además, se empleaba superponiendo uno blanco y otro de color.
Este conjunto masculino se convirtió en la imagen que mejor expresa las características de una burguesía heterogénea y cada vez más consciente de su papel en la sociedad del siglo XIX.

¿Cómo vestía un poeta del siglo XIX? El guardarropa viviente de Larra
Mariano José Larra es uno de los mejores ejemplos de dandi en el Romanticismo Español. Su interés por la moda estaba en un plano secundario, frente a la reivindicación social mostrada en sus artículos y libros. En el Museo del Romanticismo en Madrid se conservan diferentes documentos acerca del escritor. Uno de estos documentos es el inventario de bienes que se redactó a la muerte del poeta. De esta forma en el inventario se especifica:
- Ocho pares de guantes.
- Un bastón de caña.
- Dos pares de pantalones de paño, unos de color y otros negros.
- Dos fraques de paño, uno verde y otro negro.
- Una lebita (levita) de paño negro.
- Cuatro chalecos, tres de seda y uno negro.
- Un chaleco de seda de color blanquinoso.
- Seis pares de pantalones de verano de diversas clases.
- Una camisola de batista.
- Un camisolín con chorreras de lo mismo.
- Una corbata de seda y cuatro pañuelos de lo mismo.
- Dos pañuelos de seda blancos.
- Una camisa de color.
- Dos pares de guantes.
- Un frac y tres pares de pantalones.
- Una capa de paño color de la lana con embozos encarnados.
- Una capota de paño negro usado.
- Una capota de ule.
- Una bata de algodón de tela de cuadros.
- Un lazo de noche.
- Tres sombreros de seda.
Algunas prendas conservadas del escritor
De esta manera, el Museo del Romanticismo se conserva algunas de estas prendas utilizadas por el poeta. Una de las ropas más famosas fue la levita, también llamada redingote. En los años coetáneos a Larra, esta prenda se convirtió en un símbolo de la sociedad burguesa interesada en temas sociales y políticos. Los caballeros vestían con bastante asiduidad esta prenda, además los tejidos eran principalmente paños y lanas, adaptándose a las distintas estaciones del año.

Una de las prendas más sorprendentes del guardarropa de Larra es la camisa que vestía el día que se quitó la vida, la cual aún conserva la sangre del literato. Este tipo de camisa era bastante usual en la década de los años treinta, puesto que se amoldaba a los cánones masculinos del momento histórico.

Anteriormente, hemos mencionado el chaleco. Una prenda característica de estos años, puesto que era utilizada por todas las clases sociales y añadía color a las oscuras levitas del primer cuarto del siglo XIX. Junto a las prendas comentadas, se conserva uno de los chalecos que vistió Larra en ese momento.

El dandi que se suicidó ¿por amor o por España?
El 13 de febrero de 1837, el poeta ponía fin a su vida disparándose en la sien. Un momento antes de su muerte, acababa de recibir la visita de su amante, Dolores Armijo. Finalmente, Dolores le devolvió a Larra unas cartas y le comunicó que ella volvía al hogar con su marido.

Sin embargo, esto no es todo. En una de las últimas biografías de Mariano José Larra escrita por uno de sus últimos descendientes, Jesús Miranda de Larra. El heredero sostiene: “la insatisfacción política y cultural se uniera a que su amante, Dolores Armijo, decidiera abandonarle”. De esta forma, Miranda explica que: “al escritor no le quedó ningún clavo donde agarrarse y decidió acabar con su vida”.

Fuentes
Miranda de Larra, J., Larra, Madrid, Aguilar, 2009.
Rodríguez Collado, M., Levita perteneciente a Mariano José Larra. Sala XXI (Dormitorio), Madrid, Museo del Romanticismo, 2017.
Riello, G., Breve Historia de la Moda, Barcelona, Gustavo Gili, 2016.
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