La repentina muerte de Antonio Cánovas, que caía asesinado el 8 de agosto de 1897 a manos del anarquista Angiolillo, cuya mano había sido financiada por dinero cubano, o norteamericano según algunas fuentes, iba a cambiar la suerte de la guerra en las provincias de ultramar así como el futuro de España.
Inicios en la política de Antonio Cánovas del Castillo
Antonio Cánovas era malagueño nacido en 1828, empezó muy pronto en la política. Ya en 1854 redactó el “Manifiesto de Manzanares”, el programa del pronunciamiento militar conocido como la “Vicalvarada” en el que se le exigía a la corona unas reformas liberales y la supresión del gobierno. Pronunciamiento que dio paso al llamado “bienio progresista” con el general Espartero, ya retirado, al frente.
En aquel año, tras la renovación de las Cortes, fue elegido diputado por Málaga para las Constituyentes y, a la caída de O’Donnell, gobernador civil de Cádiz. Fue también ministro de Gobernación en 1864 y de Ultramar en 1865 durante el reinado de Isabel II antes de la Revolución de 1868.
Tras “La Gloriosa”
Tras la expulsión de Isabel II ocupó la presidencia del Partido Moderado, dentro de la Unión Liberal, que se fue decantando por la vuelta de la dinastía borbónica, en la figura de Alfonso XII, más que por cualquier otra forma de gobierno, viendo el devenir del reinado de Amadeo y los avatares que dinamitaron la 1ª República.
Tuvo que esperar hasta finales de 1874, concretamente a diciembre, para redactar el Manifiesto de Sanhurst y ofrecérselo a la firma del príncipe Alfonso. Su estrategia consistía, según sus propias palabras, en crear «mucha opinión en favor de Alfonso» con «calma, serenidad, paciencia, tanto como perseverancia y energía». Especialmente buscando evitar confrontaciones y que algún militar se le ocurriera desencadenar un pronunciamiento militar, como así fue.
Pronunciamiento de Martínez Campos
El 29 de diciembre de 1874, el general Arsenio Martínez Campos se pronunció en Sagunto a favor de la restauración de la monarquía, proclamando rey de España e Indias a Alfonso XII y sumando apoyos por todo el territorio nacional.
El 31 de diciembre de 1874 se formó el llamado Ministerio-Regencia presidido por el propio Cánovas a la espera de que el príncipe Alfonso regresará a España desde Inglaterra. El malagueño, aunque se habían adelantado sus plantes, tenía ya ideado el sistema de la Restauración, básicamente porque ya lo había redactado en el mencionado Manifiesto que entregó al Príncipe. En él proponía un sistema bipartidista de alternancia en el poder, como medio de disipar tensiones. Así fue siete veces presidente del Consejo de Ministros de España con Alfonso XII.
Cánovas durante el reinado de Alfonso XII
En 1876 se encargó de redactar y promulgar una nueva Constitución española desarrollada por un grupo de personalidades designadas por él mismo. Ésta Constitución estuvo en vigor hasta 1923, hasta el Golpe de Estado de Primo de Rivera. Es la Constitución más longeva de España hasta este momento con 47 años.
Cánovas era miembro de varios grupos empresariales que estaban a favor de la pervivencia del esclavismo en las Provincias Ultramarinas. Pese a eso firmó la definitiva abolición de la esclavitud en España en 1880, aplicada en Cuba de forma gradual y no desaparecida, al menos, hasta octubre de 1886.
Un atentado cometido por anarquistas en Barcelona (Atentado de la Procesión del Corpus) en 1896, supondrá la persecución y arresto de anarquistas, socialistas y sindicalistas; muchos de los cuales fueron torturados durante los interrogatorios. Además de la aprobación de una nueva ley contra el anarquismo que incluía la deportación fuera del país de muchos activistas detenidos.
El asesinato de Antonio Cánovas
1897, día 8 de agosto, balneario de santa Águeda, en el municipio guipuzcoano de Mondragón, el anarquista italiano Michele Angiolillo, inscrito en el establecimiento como corresponsal de un periódico italiano efectuó varios disparos sobre Cánovas con una pistola que había traído desde Londres. Según declararía en el consejo de guerra, el motivo fue la venganza por las muertes de los anarquistas detenidos en Barcelona a raíz del atentado del Corpus.
Se descubrió después que, tras comprar el arma en la capital británica, se había dirigido a París donde visitó al delegado de los insurrectos cubanos, Ramón Emeterio Betances, al que pidió dinero para poder viajar a España y asesinar a la Reina-regente, a su hijo Alfonso (entonces de 11 años) y además al presidente del gobierno, el propio Cánovas. Por supuesto obtuvo el dinero y, tras pasar por Madrid, y obtener más información viajó a Mondragón en dónde ejecutó de tres tiros de revólver al presidente del gobierno mientras leía un periódico. Aquel fue el final de Antonio Cánovas.
Práxedes Mateo Sagasta, al glosar la figura de su rival político y amigo, pronunció la siguiente frase:
Después de la muerte de Don Antonio, todos los políticos podemos llamarnos de tú
Descubre más desde El Reto Histórico
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.