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San Luis, el rey de Francia que murió en Cartago

Cartago, 25 de agosto de 1270 la muerte de San Luis rey.

A menos de 2 kilómetros de la actual Cartago, en Túnez, en la colina de Birsa, donde se cree se ubicaba la antigua acrópolis de Cartago, reposaron hasta 1964 los restos de Luis IX, más conocido como San Luis, fallecido el 25 de agosto de 1270. También famoso en España por llevar su nombre (o algo así) el ejército que devolvió el absolutismo a España: los Cien Mil Hijos de San Luis.

¿Qué estaba haciendo en Túnez? ¿Vino, como afirman los historiadores franceses, “a morir como un mártir cristiano”? ¿Por qué decidió atacar Túnez y no ir hacia Tierra Santa?

La Séptima Cruzada

San Luis, que había acudido a Lyon, donde se convocó la Séptima Cruzada, fue nombrado caudillo de esta nueva ofensiva cristiana por el mismo Papa (Inocencio IV). Su plan inicial era atacar Egipto y luego marchar hacia Tierra Santa. En 1249 atacó Damietta, en la costa, al norte de El Cairo. Pero fue derrotado en la batalla de Mansurá y hecho prisionero por los mamelucos egipcios al mando de Baibars. Fue liberado bajo rescate y permaneció en Palestina desde 1250 hasta 1254, antes de regresar a Francia.

San Luis rey
Batalla de Mansurah. BnF, Ms.Fr. 5716.

La Octava Cruzada, la segunda de San Luis

Cuando el 24 de marzo de 1267, volvió a tomar la cruz junto a sus hijos, la nueva  cruzada no despertó ningún entusiasmo. No es que la fe se hubiera debilitado, pero el espíritu de las Cruzadas ya se estaba perdiendo.

Las condiciones económicas de esta Cruzada eran poco favorables. La operación era costosa y faltaron fondos. Tenían que construir o alquilar una flota para pasar a África. También era necesario convencer a sus aliados, ahora reticentes tras la anterior derrota. Por tanto, los preparativos fueron largos y tediosos, duraron casi tres años. Además, el rey sufría de disentería.

El 15 de marzo de 1270 salió de París, llegando a Aigues-Mortes, desde donde, tras una misa nocturna, se embarcó hacia Cagliari, en Cerdeña, llegando a principios del mes de julio.Los nobles que le acompañaban no sabían las intenciones del rey, solo una vez atracados en Cerdeña les confesó sus planes: zarpar hacia Túnez. Se cree que este plan fue ideado a razón de que su hermano, Carlos de Anjou, le informara que el emir tunecino se iba a convertir al cristianismo.

Luis IX de Francia
Grabado que representa la salida de Aigues-Mortes de Luis IX (por Gustave Doré)

El 17 de julio, tras dos días de navegación, los cruzados llegaron a La Goleta (Halq al Wadi), muy cerca de Túnez. Su ejército, de entre 10,000 y 15,000 hombres, se refugió en las ruinas de Cartago, otrora hogar también de los Vándalos. Tuvo que luchar contra una ola de calor, contra la falta de v´vieres y sobre todo contra una cruenta epidemia de disentería.

La muerte de San Luis, rey de Francia

Túnez pertenecía a la dinastía bereber hafsida, sucesora en la zona del Imperio Almohade. Abû ‘Abd Allah Muhammad al-Mustansir (1249-77), califa desde 1255, había organizado la defensa de sus territorios, tomando posiciones al otro lado del lago de Túnez.

Los franceses esperaban la llegada de Carlos de Anjou, hermano de San Luis y rey ​​de Sicilia, junto a sus tropas. Absteniéndose durante más de un mes de cualquier tipo de enfrentamiento serio. Mientras tanto, la epidemia de disentería comenzaba a extenderse virulentamente debido a la falta de agua potable.

El 3 de agosto se llevó al menor de los hijos del rey, Jean Tristan, conde de Nevers, y el 25, por la tarde, fallecía el propio San Luis… justo el mismo día en que llegaba la flota de su hermano. Al día siguiente y según una costumbre familiar que se mantuvo entre los siglos XII y XIV para los restos reales, se descarnizaba el cuerpo y se hervían las vísceras y partes blandas que debían llevarse a Palermo.

san luis versalles
Relicario de las entrañas de San Luis en la catedral de Versalles.

Un poeta de la corte hafsida le había dedicado un verso poco amigable antes de su muerte… una especie de predicción:

“¡Francés! Tendrás la misma bienvenida aquí que en Egipto.

Prepárate para el destino que te espera.

Aquí la casa de Ibn Luqman será una tumba para ti,

Y tendrás Mounkar y Nakir como carceleros*

*Mounkar y Nakir, son dos ángeles responsables de atormentar a los malvados en sus tumbas.

muerte de san luis
Muerte de Luis IX (BNF)

Retirada francesa

Felipe III, nuevo rey de Francia, por miedo a la enfermedad a la que acababa de sucumbir su padre, dejó en manos de su tío el contingente militar, desmoralizado y diezmado por la epidemia y ordenó que los cadáveres fuesen arrojados al lago, algo que provocó un hedor insoportable, recordemos que era pleno verano.

En estas condiciones se produjeron unas sensibles negociaciones con el emir para asegurar la retirada de los ejércitos franceses. Finalmente, firmaron un tratado de paz bastante beneficioso y regresaron a casa, finalizando así la Octava Cruzada hacia noviembre de aquel año.

El tratado original, en árabe, con un gran sello de cera con cinta de seda roja y verde, que ha llegado hasta nosotros. Se conserva en París, en el Archivo Nacional. En el se estipula la liberación de los prisioneros, la seguridad de los viajeros y comerciantes franceses, el derecho de los misioneros cristianos a oficiar y predicar libremente en el territorio hafsida (actual Túnez) y a varios pagos de indemnización de guerra, a pagar por los hafsidas a los franceses.

mapa europa 1328
Mapa de los Estados del Mediterráneo en 1328, incluidos los estados (izquierda) de meriníes, ziyaníes y hafsíes.

Tras la marcha de los cruzados, las ruinas de Cartago fueron arrasadas (una vez más) sistemáticamente, pérdida irreparable y la consecuencia más dañina, tras la muerte de tantas personas, de aquella aventura. Así terminó esa cruzada, según un cronista italiano:

todos se retiraron, dejando a la mitad de ellos muertos en tierra extranjera, justo castigo por su conducta, porque habían ido a África de manera fraudulenta, en contra de la voluntad de Dios (…) que les había ordenado marchar cuanto antes hacia la liberación de Tierra Santa.

En contra de lo que se pudiera pensar, la salida de los cruzados fue recibida con inmenso alivio por los norteafricanos. Según el historiador tunecino Ibn Jaldún, los poblados hafsidas aceptaron “con ilusión” reunir para su soberano el importe de aquella indemnización de guerra.

¿El rey de Francia “San Luis” convertido al islam?

En la década de 1830, una historia se contaba en los alrededores del Cartago tunecino. Era sobre un rey cristiano se habría convertido al Islam antes de morir… ¿San Luis convertido al Islam? La ficción del “conquistador conquistado por su conquista” llevará a una “doble canonización” del rey santo.

En un diario de viajes publicado en Londres en 1835, el arqueólogo Sir Grenville Temple, podemos leer este fabuloso relato:

Los moros consideran una y la misma persona San Luis y su gran santo Sidi Bou Saïd.

Aseguran que, en su lecho de muerte, el monarca francés abjuró de su religión y abrazó las doctrinas de Mahoma, mientras que al mismo tiempo cambió su nombre por el de Bou Saïd.

La tumba del morabito Sidi Bou Saïd (1156-1231) no está lejos de Cartago generando así esta historia que se fue extendiendo por las guías de viajes decimonónicas.

Una catedral en el Norte de África

En 1841, la construcción de una capilla dedicada a San Luis en la colina de Birsa, lugar de su fallecimiento, trató de silenciar esta incómoda leyenda. El Bey de Túnez autorizó a Louis-Philippe construir además una catedral y colocar allí una estatua del rey.

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San Luís de Cartago

El 15 de mayo de 1890, el cardenal Lavigerie, arzobispo de Argel, consagró junto a la capilla, la nueva catedral de Saint-Louis de Cartago, destinada a ser la primada de África, por el solemne depósito de parte de las entrañas del Rey.

Como curiosidad, la catedral, se levantó sobre las ruinas del antiguo templo cartaginés de Eshmún (s II a.C.). Desde el año 1964 no está abierta al culto, aunque sí está abierta al público siendo utilizada para actos festivos o culturales.

san luis de cartago
San Luis de Cartago en la actualidad

ArquiteCultura

Una persona normal, historiador y periodista, pero normal a fin de cuentas.
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