Desde la escisión del Islam, el Sunismo se ha dividido en distintas escuelas de jurisprudencia con diferentes visiones del mundo, diversas estrategias y variadas formas de organizarse. No obstante, no son “facciones” rivales, si no que conven con naturalidad.
En contraposición, el Chiismo se ha mantenido básicamente unido, aunque con tres principales variantes, Zaydies, Ismailíes y Duodecimanos o Ismamíes (incluye a los Alawitas) y otros grupos minoritarios como los Drusos y los Alevíes.
Escuelas del Islam Suní
En el Islam Suní se pueden distinguir cuatro tradiciones, ritos o escuelas (Madhabs): la Malakí, la Shafí, la Hanafí y la Hanbalí.
De estas, el Hanbalismo hace una interpretación casi literal de los textos del Corán, permitiendo muy poco margen para la deliberación racional u opiniones personales. Esto contrasta con las demás escuelas, especialmente con la Hanafí (la mayor y más antigua de las cuatro), que es la que se impuso en los Balcanes con la presencia del Imperio Otomano.
El wahabismo
El rito Hanbalí fue la base doctrinal para las enseñanzas del clérigo Muhámmad ibn Abd-al-Wahhab, de la tribu de los Banu Tamim, que predicó en Arabia a mediados del siglo XVIII, dando lugar al movimiento wahabita o Wahabismo, descrito como una forma de revivir la visión Hanbalí en el contexto árabe.
¿Cómo se inició el Salafismo?
Se suele afirmar que el Salafismo nació como un movimiento de reforma en Oriente Medio, durante el último cuarto del Siglo XIX. Sus fundadores fueron el chiita persa Jamal-al-Din-al-Afgani (1838-1897) y el sunita egipcio Mohammed Abduh (1849-1905). No obstante esto no es del todo correcto.
Aunque ambos eran testigos de cómo el mundo islámico iba cediendo ante occidente y estaban convencidos de que necesitaban un cambio, a fin de superar la decadencia cultural, espiritual e intelectual de la sociedad musulmana en la que les había tocado vivir. Su reforma no fue una base para el Salafismo, si no que para superar este desafío promovieron una visión no herética del Islam que permitiera esa reforma de su civilización. Una reforma sobre el primer islam, no una vuelta al primer islam.
Aunque ellos no iniciaron el movimiento Salafista sí que mencionaron más de una vez el regreso a los Salaf (primeros musulmanes) pero sin la jurisprudencia tradicional, ni los decretos emitidos por sabios que interpretaban los textos; ellos defendían la ijtihad, una interpretación personal de los textos.
La defensa de la ijtihad es la principal diferencia que hace que los expertos en la materia, como Alejandro Salamanca, les denomien “modernistas islámicos“ y no “salafistas”. Además, al-Afghani era masón, posiblemente ateo y gran amante de las bebidas espirituosas, algo que choca directamente con una interpretación a rajatabla del Corán.
No obstante, estos hombres, lo que sí hicieron fue promover el anti-imperialismo, por lo que muchos estudiosos musulmanes los han descrito como “poco interesados en la teología y más en organizar la respuesta musulmana frente a la presión de Occidente”. Al Afgani fue descrito como «el hombre que levantó por primera vez la voz de la conciencia en el aletargado Oriente».
Hasta finales de 1970, el movimiento de reforma modernista se extendió especialmente en los países del Norte de África, conservando elementos de la visión salafista. Las clases burguesas de Marruecos y Argelia, amenazadas por los intereses económicos franceses, pronto se adhirieron a este movimiento. Usaron así la reforma religiosa para llevar a cabo movilizaciones contra la ocupación extranjera de sus territorios históricos.
Origen real del Salafismo
El Salafismo, que quiere regresar al Islam de Mahoma y sus seguidores, surge entre las clases medias urbanas, como un movimiento contra el poder constituido a finales del siglo XIX. Su principal referente es el teólogo Ibn Taymiyyah, nacido en 1263 y el erudito del siglo XVIII Muhammed bin ‘Abd al-Wahhab (fundador del wahabismo).
Es posible que la reforma modernista facilitara el conocimiento de los textos salafistas, aunque los defensores reformistas poco o nada tienen que ver con este movimiento tan ortodoxo como se entiende hoy en día.
Historiadores y académicos, como Saba Mahmood o Emad El-Din Shahin, ubican el surgimiento de este movimiento en la mezquita de Al-Azhar en Egipto. Los salafistas afirman que la etiqueta “Salafiyya” existió desde las primeras generaciones del Islam y que no es un movimiento moderno, es por esto que recurren a los autores anteriormente mencionados (especialmente a Ibn Taymiyyah o el diccionario de al-Sam’ani) donde se usa este término para justificar su antigüedad.
Salafismo en el siglo XX
Los rasgos de modernidad y reforma islamista que pudieran tener el Salafismo se fueron al traste tras el decidido refuerzo al Salafismo lanzado desde Arabia Saudí, financiado por el auge económico de su riqueza petrolífera, entre los años 70 y 80 del siglo pasado.
Además, el triunfo de la revolución chiíta en Irán impulsó un compromiso más entregado, si cabe, de Arabia Saudí para con la causa sunita, que llevó al Salafismo a caer en la “hegemonía” del Wahabismo.
Es desde entonces cuando movimiento Salafista ha sido identificado con posturas radicales, basado en esa interpretación estricta de las escrituras de la tradición Wahabí procedente de Arabia Saudí y, por lo tanto, muy influenciado por la escuela Hanbalí sunita lo que genera que el Salafismo haya radicalizado su postura contra el Islam Chií y establecido hostilidades contra judíos y cristianos, a los que considera “no creyentes”.
Un enfoque que contrasta con la visión islámica tradicional que prevaleció con el Imperio Otomano, en la que los judíos y cristianos son nombrados como “pueblos del libro”.
El nacimiento del Deobandi en la India
El Deobandi, que recibe el nombre de la ciudad India de Deoband (situada al norte de Delhi), es un movimiento revivalista con orígenes sufíes, más espirituales, pero predicaba una interpretación estricta de las escrituras y, por lo tanto, una hostilidad sectaria hacia el Chiismo. Con el tiempo también se vio influenciado del Wahabismo en la misma época que el Salafismo.
Movimientos Talibán
Los movimientos Talibán de Afganistán y Paquistán, nacieron al calor de organizaciones deobandis que enseñaban en las madrasas y en los campos de refugiados en el contexto de la invasión soviética de Afganistán.
El Salafismo hoy en día
Para algunos analistas, el Salafismo al que nos referimos habitualmente hoy en día, dominado por el Wahabismo, superó la cumbre de su influencia en los años ochenta del siglo XX. Luego vinieron las divisiones internas de principios de los noventa, el vacío intelectual y de liderazgo espiritual produjo que, tras una fase de declive del movimiento saudí en el mundo árabe, se pasara a otra de expansión por el África Sub-sahariana, el Sudeste Asiático y por Europa.
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