Edad ModernaHistoria

Cuando Vasco Núñez de Balboa llegó al Océano Pacífico

La historia del descubrimiento de un nuevo mar

En 1509, Vasco Núñez de Balboa se embarcó como polizón, escondido en un barril de harina y llevándose a su perro “Leoncico”, en la expedición que partía para Nueva Andalucía comandada por Martín Fernández de Enciso. Era la segunda vez que partía hacía el Nuevo Mundo.

La expedición de Fernández de Enciso

La expedición iba a socorrer a Alonso de Ojeda, cuyo fuerte fundado poco tiempo atrás estaba siendo hostigado por las belicosas tribus que lo rodeaban, estando el propio Ojeda retira en La Española, herido y necesitado de esos refuerzos. Ojeda recurrió también a Francisco de Pizarro, que entonces aún no era más que uno de los mejores hombres que tenía España en aquellas tierras, que mantuviera la posición hasta la llegada de los refuerzos.

Antes de llegar la expedición a tierra, descubrieron a Núñez de Balboa escondido en el barco y lo amenazaron con dejarlo en el primer islote que encontraran. Pero Enciso, convencido de que los conocimientos de Balboa serían de utilidad le permitió quedarse a bordo. Balboa ya había estado allí en la expedición que había realizado con Bastida unos ocho años antes.

La primera vez que tocaron tierra, tuvieron que combatir contra varios indígenas y levantaron el campamento, según consejo de Balboa, a orillas del golfo de Urabá, en el delta del río Atrato. Allí fundaron un fuerte, luego llegará a ser una importante ciudad, que será la primera capital (capital de la Gobernación de Castilla de Oro hasta 1520) del continente americano: Santa María de la Antigua del Darién.

En el fuerte se quedaron unos 70 o 75 hombres y el resto marcharon a pie río arriba hasta que encontraron una pequeña aldea a cuyo frente se encontraban unos 500 hombres armados que se acercaban a ellos con no muy buenas intenciones.

Los españoles desenvainaron sus armas, pero antes de entrar en combate se arrodillaron y ofrecieron sus vidas a la Virgen de la Antigua, venerada en Sevilla, prometiendo que si ganaban la batalla darían su nombre al asentamiento que acababan de fundar. Y como ya sabemos, así se llamó. La batalla fue muy reñida pero los españoles salieron victoriosos. Aquel triunfo dio a Balboa el respeto y consideración entre sus compañeros, era un hombre cercano, con conocimientos y encima combatía bien.

Mapa de 1785 que ubica la ya desaparecida "Nª Sª de la Antigua".
Mapa de 1785 que ubica la ya desaparecida “Nª Sª de la Antigua”.

Poco después, apoyado por todos, arrebató el liderazgo de la expedición a Enciso, cuyo comportamiento despótico acabó por cansar a su propia gente. Regresando tras asegurar la zona al fuerte ocurrieron varias cosas, entre ellas juzgar al propio Fernández de Enciso que fue condenado y posteriormente expulsado a España. En el viaje que lo llevaba iban dos emisarios de Balboa, para asegurar la versión de lo sucedido y pedir más hombres para proseguir la conquista de Veragua, ya bajo su mando.

Vasco Núñez de Balboa, conquistador

Balboa entonces, comenzó a mostrar su faceta de conquistador, recorriendo el istmo de Panamá, sometiendo a varias tribus indígenas de la zona y logrando respeto, mediante la diplomacia, (y temor) con otras. Con estas alianzas aseguraba alimentos para Santa María de la Antigua del Darién.

Logró provisiones abundantes desde la España y La Española. Acostumbró, mediante regulares salidas, a sus soldados a la dura vida de exploradores, logrando un equipo bien preparado y experimentado.

Remontó ríos, atravesó montañas y pantanos a la cabeza de sus hombres. No sin problemas, pues tuvo que hacer frente a varias revueltas de peninsulares que desafiaban su autoridad. Logró también armamento, provisiones y maestros carpinteros para levantar un astillero.

vasco nuñez de balboa
Copiado del grabado de la obra Retratos de Españoles ilustres, publicada en Madrid, en 1791.

En una carta enviada al rey de España decía:

He ido adelante por guía y aun abriendo los caminos por mi mano

La existencia de otro mar

El avance por aquel territorio de Núñez de Balboa era imparable. Comenzó por conquistar las tierras de los caciques rivales de sus aliados cuyas victorias facilitaron en gran medida los tratados de amistad con otros cacique, como con el llamado Comogre.

Cuando llegaron a tierras de Comogre fueron recibidos pacíficamente, agasajados con orfebrería de oro e invitados a un gran banquete. Allí escuchan por vez primera la existencia de otro mar. Se dice que en aquel banquete, al ver el hijo de Comogre, Panquiaco, que muchos de los soldados españoles estaban ansiosos por conseguir oro y fortuna, les dijo:

Si yo supiera, cristianos, que sobre mi oro habíades de reñir, no vos lo diera, ca soy amigo de toda paz y concordia.

Maravíllome de vuestra ceguera y locura, que deshacéis las joyas bien labradas por hacer de ellas palillos, y que siendo tan amigos riñáis por cosa vil y poca.

Más os valiera estar en vuestra tierra, que tan lejos de aquí está, si hay tan sabia y pulida gente como afirmáis, que no venir a reñir en la ajena, donde vivimos contentos los groseros y bárbaros hombres que llamáis.

Mas empero, si tanta gana de oro tenéis, que desasoguéis y aun matéis los que lo tienen, yo os mostraré una tierra donde os hartéis de ello

En resumen, Panquiaco se estaba sorprendido de que se estuvieran peleando por ese metal de tan poco valor, que si quería más, según les contó después al otro lado de las montañas había tierras con mucho oro, riquezas y otro mar. Se trataba de la primera mención de la Leyenda de El Dorado.

La expedición de 1513, el descubrimiento del Océano Pacífico

Balboa salió de Santa María a través el 1 de septiembre de 1513, con 190 hombres, algunos guías indígenas y una jauría de perros. Llegaron a las cordilleras del río Chucunaque el 25, desde donde se podía ver ya el mar. Núñez de Balboa será el primer europeo en contemplarlo, ya que según los relatos, se adelantó a su expedición y subió los promontorios hasta que pudo contemplar, de lejos, las aguas de aquel mar desconocido. Era el Pacífico.

Cuando todos pudieron divisarlo, la emoción fue tal, que se pusieron a entonar, siguiendo al capellán de la expedición, el Te Deum Laudamus. El escriba Andrés de Valderrábanos levantó acta del acontecimiento incluyendo un acta que firmaron todos los presentes. Era el 25 de septiembre de 1513.

El “bautismo” del Mar del Sur

La expedición prosiguió en dirección al descubrimiento, para poder mojar los pies en aquel mar que luego sería el Océano Pacífico; pero pasaron por las tierras de otro cacique, llamado Chiapes, que les hizo frente, aunque fue derrotado. Pero esto les obligó a tomar descanso y precaución.

Balboa envió tres grupos para encontrar un camino seguro hacia el mar. Uno de ellos, liderado por Alonso Martín, llegó dos días después a sus orillas (parece que no estaba tan cerca). Según contó el explorador, consiguieron una canoa y pudieron navegar por aquel mar, siendo su grupo el primero en tocar aquel mar.

Núñez de Balboa marchó por la senda de Alonso Martín con el resto de sus hombres que llegaron a la playa el 29 de septiembre, día de San Miguel; al llegar a la orilla, se introdujo en el agua. Según la mayoría de relatos:

Alzó sus manos, en una estaba su espada y la otra un estandarte, entró al mar hasta las rodillas y tomó posesión del mar en nombre de los soberanos de Castilla.

Origen del nombre “Pacífico”

Tras más de un centenar de kilómetros de exploración, bautizó al golfo donde estaban como San Miguel y al nuevo mar como Mar del Sur. Luego, en 1520, Fernando de Magallanes rebautizaría el mar como océano Pacífico, por sus aparentemente calmadas aguas. Aunque la historia de Balboa no termina aquí, su futuro fue más bien corto ya que moriría ejecutado en 1519… pero eso, es otra historia.


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Fuentes utilizadas:
Garrison, Omar V. Balboa el conquistador: La odisea de Vasco Núñez, descubridor del Pacífico. Colección «Biografías Gandesa». Barcelona: Editorial Grijalbo, 01/1977.Correa, Feliciano. Balboa: La fantástica historia de un hidalgo español. Badajoz: Tecnigraf Editores, 2014. ISBN 978-84-96733-40-4Gonzalo Hernández Muro. Vasco Núñez de Balboa. Alcántara: revista del Seminario de Estudios Cacereños, ISSN 0210-9859, Nº. 77, 2013
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ArquiteCultura

Una persona normal, historiador y periodista, pero normal a fin de cuentas.
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