Octubre de 1924, cae herido mortalmente en combate el comandante don José Valdés Martel, uno de los grandes héroes de nuestra Infantería. Y de los más desconocidos.
Siempre al mando de fuerzas de choque, había obtenido los ascensos a capitán y comandante por méritos de guerra y fue recompensado con la Cruz Laureada de San Fernando por haber sido uno de los tres primeros en asaltar la posición de Xarf el Haman (Larache), el 13 de septiembre de 1914, siendo primer teniente del tabor de Arcila. Le sería entregada en 1918.
Primeros años
Era hijo de un catedrático de la Universidad Central. Ingresó con apenas 15 años en la Academia de Infantería, siendo en 1910 destinado como segundo teniente al Regimiento de Melilla, con el que entró en por primera vez en combate.
A finales del verano de 1911 su unidad combatió en los durísimos combates de Talusit e Ishafen y más tarde en los de Beni bu Gafar y Beni Salem, obteniendo, por su arrojo y heridas la Cruz roja al Mérito Militar. En Lomas de Sammar, Tumiat y Río Martín, rubricaría los méritos en combate necesarios para obtener el ascenso a primer teniente y trasladado al Regimiento de Covadonga, del que enseguida pasó a servir en el Tabor de Arcila, con el que luchó en las acciones de Aonzar, Xarquía, Arbaua, Seguedla y otras. Era imparable.
En 1914 mandó la avanzadilla de la columna del comandante Saliquet, con la que intervino en la ocupación de Kesiba, participando también en operaciones con el comandante Berenguer y el teniente coronel García Trejo, hallándose con esta última en la ocupación de Sidi Buhaya.
La acción que le dio la Laureada, Xarf el Haman
Sería el general Silvestre, en septiembre de 1914, el que le ordenaría realizar su operación más arriesgada. Debía neutralizar a un grupo de rebeldes que se habían hecho fuertes en Larache, en la zona de Xarf el Hamán; asaltando convoyes, ambulancias y correos que atravesaban aquel vado procedentes de Tánger. Partió con su Tabor dentro de la columna del teniente coronel Berenguer y, ya en la zona, se le ordenó perseguir al enemigo.
El encontronazo se hizo sobre las lomas, el fuego les hizo detenerse, las descargas eran intensísimas. Pero Martel organizó una emboscada envolvente, un grupo iría por retaguardia y por delante… ¡a bayoneta! Siendo él mismo el primero en entrar en la posición, a la cabeza de sus hombres, como buen oficial de infantería española. Poco tardaron en reducir a los rifeños, la posición estaba tomada. Según los partes del día, nuestro oficial, habría recibido varias heridas de carácter leve durante la lucha cuerpo a cuerpo, pero esto no lo detuvo nunca.
Por las acciones en esta operación fue recompensado con la Cruz de María Cristina, iniciándose un expediente de juicio contradictorio por la acción de la toma de la posición rebelde que daría lugar a la concesión de la Cruz de San Fernando de 1.ª Clase por Real Orden de 27 de junio de 1918.
Pasa destinado a la Policía Indígena
Ingresa en 1915 en las Fuerzas Regulares Indígenas de Larache, al mando de la 2ª Compañía, con los que combatió ferozmente haciéndose meritorio de una segunda Cruz de María Cristina, además de su ascenso. Sus acciones en combate, como podemos ver en su expediente no dejan de sorprender. En ese año recibe dos felicitaciones personales por su intervención en las acciones de Azib el Hach y Sidi Talha. Serían el teniente coronel Berenguer y el comandante Millán Astray los que le promoverán, mediante informes y un juicio de votación, para el ascenso al empleo inmediato, a capitán. Además recibe una tercera Cruz de María Cristina.
Breve descanso y vuelta a la acción en 1919
En 1917 solicitó destino en el Regimiento de Covadonga, de guarnición en Alcazarquivir, pero que muy pronto pasó al cantón de Leganés. Se acababa de casar y buscaba una vida tranquila. En 1919 parece que Marruecos vuelve a “incendiarse” y pide destino en los Regulares de Tetuán. Nuevamente se distingue en infinitas acciones, como en la toma del Fondak de Ain Yedida —el cruce de caminos— y Dar Xaui. Es requerido para que tome el mando de una Mía de las Tropas de Policía Indígena de Ceuta. En ese año fue recompensado con otra Cruz roja al Mérito Militar, consiguiendo otra al siguiente. De nuevo, imparable.
Tras el desastre del 21, las cosas se pusieron más crudas. Los combates se recrudecieron, pero él siguió saliendo airoso y condecorado de cada acción. Asciende en 1922, por méritos de guerra a comandante.
1923, se requiere su presencia en el nuevo Tercio de Extranjeros
El mando de la 3.ª Bandera de la Legión, el nuevo cuerpo de élite del Ejército, le fue entregado por Millán Astray en Uad Lau. En su primera acción auxilió a un Tabor de Regulares siendo propuesto para el ascenso y recibiendo una felicitación del ministro de la Guerra.
Sus destacadas acciones no pasaron desapercibidas y el jefe de la Legión, el teniente coronel Franco, reclamó su presencia en Ceuta. Allí participó en la creación de la revista Tropas Coloniales, de la que fue redactor jefe, a veces sorprende cómo un hombre de tal valor en el campo de batalla podía tener tan gran talento como escritor. Así es la oficialidad española.
Instructor del Harka de Abd el Malek
Nuevamente se cansa de la vida de Estado Mayor y, ya puesta en funcionamiento la revista solicitó encargarse de la organización del Harka aliada de Abd el Malek. También le ayudarían en esta labor otros conocidos oficiales españoles como fueron los capitanes Muñoz Grandes y el bilaureado Rodríguez Bescansa (el primer español que puso pie en tierra en el desembarco de Alhucemas).
El 5 de octubre de 1924 se le ordenó incorporarse su Harka a otra columna para socorrer una posición. No estaban preparados, lo advirtió, pero tuvo que obedecer aquella orden. Aquel combate fue demasiado. Su vanguardia cayó cuando el oficial que la mandaba fue alcanzado por un certero disparo. La tropa indígena al ver a su qaíd caído retrocedía. Martel cogió un fusil y trató de matar al paco, fueron segundos, lo vio, cargó el arma… pero el enemigo fue más rápido y un tiro le alcanzó en el vientre. Sacó fuerzas de donde pudo y ordenó un repliegue ordenado, evitando así muchas muertes y un seguro desastre.
Fue llevado al hospital de Tetuán, pero no se pudo hacer nada por su vida. Fallecería a los pocos días. Sería enterrado en el cementerio de esa ciudad africana envuelto en la bandera nacional y rodeado de flores que trajeron sus harkeños y sus antiguos legionarios.
Millán Astray no le llevó flores aquel día. Días después del entierro del comandante Valdés, el coronel Millán Astray perdió un brazo siéndole amputado (a finales de octubre de 1924). Por expreso deseo suyo, su brazo, fue enterrado (en noviembre de ese mismo año) junto al cuerpo del que, según sus propias palabras, había sido su mejor oficial.
La Segunda Laureada
Para concederle una segunda laureada, se le abrió un juicio contradictorio después de su fallecimiento.
Todos los presentes en el combate testificaron a favor suyo. Sin embargo, el coronel Óvilo, un líder incompetente responsable del desastre de la operación donde falleció el comandante, aunque no estuvo presente en el lugar del combate, afirmó que no merecía recibir una segunda condecoración, probablemente en un intento de encubrir sus propias órdenes desacertadas que llevaron a la catástrofe.
También testificó en su contra el capitán Muñoz-Grandes, por entonces un subordinado del comandante Valdés, quien se encontraba a varios kilómetros de distancia del lugar de los hechos. Es muy probable que aquellos que intentaron negarle su merecida segunda condecoración a un compañero caído en combate sentían envidia. Como resultado no se le otorgó la segunda laureada de San Fernando, merecida según sus compañeros en el combate, lo cual causó sorpresa e indignación entre todos.
Galería de Miguel De Merlo Pérez-Gamir (archivo familiar)
Agradecimientos:
Por nuevas fuentes y datos, además de excepcionales fotografías al familiar del comandante Valdés, don Miguel De Merlo Pérez-Gámir
Fuentes:
Biografías de la Real Academia de la Historia
Hemeroteca de la Biblioteca Nacional
Fondos de la A. Estudios Melillenses
Archivo General Militar (Segovia), Secc. 1.ª, leg. B-202.
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Que pasada de historial. Fantástico artículo.
Bravo por el blog. Me deja alucinado.
Muchísimas gracias don Antonio, un placer enorme recibir un comentario así. Gracias por leernos :)
José Valdés Martel, uno de los grandes héroes de España.