Nadie recordaría a Justino de Nassau de no ser por el famoso cuadro de Velázquez sobre La Rendición de Breda, sin embargo, es una de las figuras más cautivadoras de la era de la Guerra de los Ochenta años, ya que estuvo involucrado en todos los eventos importantes en la guerra contra España.
Justino de Nassau (1559 -26 de junio de 1631), era hijo natural de Guillermo de Orange-Nassau, Príncipe por entonces de Orange, y de Eva Elinx, que posiblemente era hija de un alcalde de la villa alemana de Emmerik.
Almirante Justino de Nassau
Estudió en Leiden y fue nombrado el 28 de febrero de 1585, con 26 años, Teniente Almirante de Zelanda de la que se encargó de su defensa durante la primera parte de la Guerra de los Ochenta Años. Desde allí organizó un bloqueó la costa flamenca con sus barcos en 1588. No obstante, no le gustaba el mar, e hizo todo lo posible por permanecer en tierra, para disgusto de su familia.
Los hombres más importantes de Zelanda, para los que el mar era más que una forma de vida, a los que se supone debía servir, le enviaron una carta con duras críticas:
Dios no suele darte esa oportunidad y, además, puedes defender el honor de tu familia y hacer que tu nombre sea mundialmente famoso. Tiene suficientes oficiales experimentados a su disposición que pueden aconsejarle.
Esta reprimenda fue en vano, porque Justino siguió sin mostrar interés por el almirantazgo. Sin embargo, había ganado fama internacional cuando lideró el bloqueo de los puertos flamencos, que impidió que parte de la Armada española zarpara. En parte debido a esto, el intento español de tomar Inglaterra en 1588 fracasó.
Justino en los asedios de Breda y Steenwijk
Participó en la toma de Breda de 1590, una de las mayores victorias de los holandeses durante la guerra y que supuso un gran desprestigio para la Monarquía de España. Justino de Nassau estaba entre los hombres de armas que acompañaban al conde Hohenlohe con la caballería neerlandesa.
Estuvo también en el sitio de Steenwijk de 1592, cuando una fuerza anglo-holandesa al mando de Mauricio de Orange, se enfrentó a la guarnición de la ciudad organizada por Antonio Coquel. A pesar de que Francisco Verdugo trató de romper el cerco con soldados españoles veteranos, no lo logró. La resistencia de los españoles fue feroz, pero el cañoneo de las murallas y la repetida colocación de minas destrozaron las defensas de la ciudad.
Diplomacia internacional
Según muchos historiadores, una de las pasiones de Justino era la diplomacia internacional, eso de pasearse por los palacios extranjeros en condición de embajador.
Tuvo la oportunidad de dedicarse a esto entre 1589 y 1600, años en los que fue enviado numerosas veces a Francia a realizar audiencias ante el rey Enrique IV, junto a él solían viajar dos de los más destacados intelectuales holandeses, el reconocido político, Johan van Oldenbarnevelt y el jurista Hugo Grotius.En 1601 fue recompensado por sus servicios ante el rey de Francia con una cuantiosa suma económica.
La Rendición de Breda y final de su vida
El 28 de diciembre de 1601 fue nombrado gobernador de Breda.
A pesar de haber dirigió varios ejércitos en nombre de su medio hermano Mauricio de Nassau, como gobernador de Breda, no pudo evitar que la ciudad cayera en manos del general Ambrosio Spinola en 1625. Los cronistas de la época lo criticaron bastante y lo acusaron de falta de decisión ya que, según cuentan, dentro de la ciudad había una gigantesca reserva de armamento. Otros afirman que esperó mucho tiempo los refuerzos prometidos por sus medio hermanos Frédéric-Henri y Mauricio de Nassau , que no pudieron romper el asedio, y se vio forzado a capitular en agosto 1625.
Se retiró a Leiden junto a su familia, donde murió el 26 de junio de 1631. Dejó dos hijos, Guillaume Henri y Philippe, y una hija Lenore Henriette.
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