En 1982, Argentina y el Reino Unido se enfrentaron en la Guerra de las Malvinas, un conflicto armado que se extendió desde el 2 de abril hasta el 14 de julio de ese mismo año. Fue una guerra que dejó un total de 649 soldados argentinos y 255 británicos muertos. Una de las estrategias que el Reino Unido utilizó durante la guerra fue la guerra psicológica.
El objetivo de la guerra psicológica era desmoralizar a los soldados argentinos y convencerlos de que su lucha era inútil. La idea era ponerlos en una situación de aislamiento y desesperación, para que se rindieran sin luchar. El gobierno británico encargó al llamado Grupo de Proyectos Especiales (GEP) la tarea de llevar a cabo la guerra psicológica en las Malvinas. La guerra psicológica se llevó a cabo mediante la producción de panfletos y la instalación de una estación de radio en español llamada Rádio Atlântico Sul (RAdS).
Propaganda en papel
Los panfletos producidos por el GEP fueron enviados a las Malvinas en barcos británicos. Uno de los folletos, que incluía una foto del capitán de fragata argentino Alfredo Astiz rindiéndose, exploraba el sentimiento de separación. El texto de esta octavilla decía:
“Sus valientes camaradas de armas que estuvieron recientemente en las Islas Georgias del Sur regresaron a su tierra natal. Fotografías de ellos recibiendo honores militares y reuniéndose con sus seres queridos aparecieron en todos los periódicos.
Tomaron una decisión correcta y honorable. Ahora debes hacer lo mismo. Piensa en el peligro en el que te encuentras. Tus suministros de guerra y alimentos son muy escasos. Piensa en tu familia y tu hogar, todos esperando tu regreso”.
Otro panfleto describía una situación aún más dramática:
“Todos los rigores de un invierno cruel caerán sobre vosotros y el ejército argentino no podrá enviaros los víveres y refuerzos que tanto necesitáis. Sus familiares viven aterrorizados, con miedo de que nunca más se les vuelva a ver”.
El objetivo de la guerra psicológica era intensificar la percepción entre los argentinos de que sus líderes eran unos irresponsables, además de mostrar la superioridad bélica y política del Reino Unido. También se buscaba la desmoralización de las tropas argentinas en las islas.
La Radio
La misión de la Rádio Atlântico Sul (RAdS) era “intensificar el sentimiento de aislamiento de las tropas argentinas y alentar su rendición“. Los programas de la RAdS, producidos en Londres por un equipo de 25 personas, en su mayoría militares, destinados a los soldados argentinos en las Malvinas. El equipo de la RAdS trabajó en secreto en un lugar de la capital británica y los empleados tenían que usar una contraseña secreta, “Pinocho” (el mentiroso de los cuentos por antonomasia, menuda ironía), para referirse a la radio o sus objetivos.
A lo largo de la crisis de las Malvinas, las autoridades argentinas buscaron formas de justificar sus acciones y demostrar, especialmente a su propia gente, que estaban teniendo éxito. Montaron una campaña de propaganda a gran escala en la que se ignoraba la verdad. Muchas declaraciones eran tan exageradas y absurdas que se desmentían a sí mismas.
En un esfuerzo por desmoralizar a los soldados argentinos, la radio transmitió durante cuatro horas al día, utilizando un español con acento centroamericano, seguramente mexicano, lo que hizo difícil para los argentinos identificar y conectarse emocionalmente con el mensaje tal y como pretendían los británicos. La radio también utilizó música y noticias para tratar de influir en la moral de las tropas.
La guerra psicológica fue inefectiva contra los soldados argentinos
A pesar de la intención de la guerra psicológica de desmoralizar a los soldados argentinos y hacerles creer que su lucha era inútil, la misión tuvo poco efecto en la rendición de los soldados argentinos. El entonces ministro de Defensa británico, John Nott, reconoció que, aunque las transmisiones fueron buenas, no tuvieron un efecto importante en el resultado final de la guerra.
Además, la propaganda de guerra no fue sin controversia. La BBC, cuyos servicios Mundo y Latinoamérica ya transmitían en las Malvinas y en el territorio argentino, se opuso a la decisión del gobierno británico de tomar el control de una de sus antenas en la Isla Ascensión para lanzar su “arma psicológica” en la frecuencia de 9,71 MHz.
La importancia de la guerra psicológica en los conflictos armados
La guerra psicológica ha sido un elemento clave en la estrategia militar desde hace mucho tiempo. Se ha utilizado en muchos conflictos armados, desde la Segunda Guerra Mundial hasta la Guerra de Vietnam y la Guerra del Golfo. La guerra psicológica se utiliza para influir en la percepción y el comportamiento de la población y las tropas, y puede ser una herramienta poderosa en la victoria militar.
En la Segunda Guerra Mundial, la propaganda se utilizó para influir en la percepción de la población y las tropas. Los alemanes utilizaron la propaganda para tratar de desmoralizar a las tropas aliadas y minar la confianza de la población en sus líderes. Los aliados, por su parte, utilizaron la propaganda para inspirar a las tropas y aumentar la moral de la población.
En la Guerra de Vietnam, la propaganda se utilizó para influir en la percepción de la población y las tropas. Los vietnamitas utilizaron la propaganda para tratar de desmoralizar a las tropas estadounidenses y minar la confianza de la población en sus líderes. Los estadounidenses, por su parte, utilizaron la propaganda para inspirar a las tropas y aumentar la moral de la población.
En la Guerra del Golfo, la propaganda se utilizó para influir en la percepción de la población y las tropas. Los iraquíes utilizaron la propaganda para tratar de desmoralizar a las tropas estadounidenses y minar la confianza de la población en sus líderes. Los estadounidenses, por su parte, utilizaron la propaganda para inspirar a las tropas y aumentar la moral de la población.
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