En San Millán de la Cogolla, en La Rioja, existen dos de los más bellos monasterios de toda la península. El monasterio de San Millán de Suso, el más antiguo, y el de San Millán de Yuso. Hay que saber que, en castellano antiguo, suso quiere decir arriba y yuso quiere decir abajo.
¿Cuál es el origen del monasterio de San Millán?
El de Suso tiene su origen en el retiro del santo Millán (también llamado Emiliano), allá por los tiempos de los visigodos, en el siglo VI. El obispo San Braulio de Zaragoza escribiría su vida en latín hacia el año 635 y, posteriormente, Gonzalo de Berceo —que se educó en ese monasterio— traduciría sus versos a la lengua vulgar o romance.
San Millán, símbolo de la lengua castellana
Gonzalo de Berceo es considerado el primer poeta conocido en castellano, según los expertos. Ésto junto a la labor de scriptorium que realizaron los monjes del monasterio, escribiendo, las primeras anotaciones en castellano y vasco llamadas “Glosas Emilianenses” dan la categoría de Cuna de la Lengua al monasterio de Suso.
Estas anotaciones no indican que fuera allí el lugar concreto en que comienza a existir el castellano ni el vasco. Sin embargo, San Millán se ha convertido en un símbolo para la lengua, por proceder de allí esa primera escritura realizada de forma consciente, conservada.
Me gusta la acepción con la que Claudio García Turza, Catedrático de Lengua Española de La Universidad de La Rioja, nombra este lugar: El lugar de la palabra.
El Monasterio de Suso
El pequeño monasterio de Suso se levantó alrededor de la cueva en donde había pasado su vida el ermitaño que falleció a los 101 años. En su primera etapa de construcción (s V y VI) se excavan en la montaña diferentes cuevas creando nuevas estancias.
El edificio, de aspecto austero al exterior, conserva una interesante iglesia mozárabe de dos naves adosada a las cuevas, con arcos de herradura, realizada en el siglo X. Para que entendamos mejor, veamos una descripción general de las tres fases de su construcción:
- La fase Visigótica: Con el fin de adaptar las dependencias para una vida monástica se procede a la excavación de las dependencias monacales.
- La fase Mozárabe: En el siglo X se amplía edificando el monasterio con la iglesia, consagrándose en el 954 por García Sánchez, el primer rey de Navarra. Destacan las bóvedas de estilo califal y los arcos de herradura característicos. Pocos años después (1002), Almanzor, ordenó incendiar el monasterio, con lo que se perdió la decoración original y el estucado mozárabe.
- La fase Románica: Sancho Garcés III, rey de Pamplona, restaura y amplía el monasterio hacia el año 1030. Sería su hijo, García III Sánchez rey de Nájera y Pamplona el que ordenaría la construcción de un nuevo monasterio, el de Yuso.
En este monasterio podemos encontrar el Cenotafio de San Millán (que no su tumba) y el llamado “Portaliello de Berceo” en el que Don Gonzalo meditaba, junto a los que se dice son las tumbas de los Siete Infantes de Lara.
El Monasterio de Yuso
Este monasterio Descrito en algunos libros de arquitectura española como el “Escorial de La Rioja”. Cuenta la leyenda, se acababa de construir en Nájera el monasterio de Santa María la Real, y quiso llevarse allí los restos del San Millán, enterrados en el monasterio de San Millán de Suso. El 29 de mayo de 10531, y muy a pesar de la oposición de los monjes residentes, sacaron los restos del monasterio y los depositaron sobre una carreta tirada por bueyes.
El camino fue corto, ya que, al llegar al llano que hay en el valle los bueyes se detuvieron y no hubo manera de hacerlos caminar. El rey atribuyó esto a un milagro del Santo y al deseo de éste de reposar allí mismo. Ordenó entonces la construcción del Monasterio de abajo, el de Yuso.
Historia reciente del Monasterio de San Millán
Hasta el siglo XII ambos monasterios estuvieron activos. El de Suso siguiendo la regla mozárabe y de comunidad mixta (hombres y mujeres); el nuevo ya de regla benedictina. Será en los primeros años de ese siglo cuando solamente permanecerá la comunidad benedictina y el monasterio de Suso se cierra.
José Bonaparte, en 1809, expulsa a los religiosos benedictinos; aunque regresan en 1813 cuando los franceses son expulsados pero Fernando VII los volverá a expulsar en 1820 vendiendo sus propiedades en subasta pública. Aunque regresan años después a las propiedades que no consiguió vender la hacienda real, el famoso decreto de Mendizábal, los expulsa de nuevo.
Yuso y Suso permanecen en estado de abandono durante 30 años, hasta que en 1866 unos misioneros franciscanos se establecen en sus dependencias de forma temporal quedando vacías hacia 1868. En 1878 la Orden de Agustinos Recoletos instala allí una casa de formación para misioneros destinados a las Filipinas
Por suerte se conservaron la mayoría de obras de arte como la tabla central del retablo mayor de la iglesia, en el que representa la legendaria intervención del santo en socorro del ejército castellano del conde Fernán González o la no menos importante sillería del coro.
Aunque destaca por encima de las demás la famosa “Arca Relicario de San Millán” decorada con placas de marfil románicas —del siglo XI— en las que se representan escenas de la vida del santo.
El 4 de diciembre de 1997 los monasterios de San Millán, Suso y Yuso, fueron declarados Patrimonio de la Humanidad en Europa. Pero lo más importante es que, en aquellos valles, todavía todavía parece vislumbrarse la figura de Gonzalo de Berceo.
Fuentes:
- Asociación Amigos San Millán de la Cogolla
- Biblioteca Gonzalo de Berceo
- Archivo personal
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