#NoticiasArte

El rostro del genio: La historia oculta del autorretrato de Leonardo da Vinci

En las intimidades de la Biblioteca Real de Turín, resguardado como un secreto que el tiempo no ha querido revelar del todo, se encuentra uno de los tesoros más enigmáticos del Renacimiento: el Autorretrato de Leonardo da Vinci. No es solo una imagen en la que el maestro se ha dibujado a sí mismo, sino un espejo que refleja los misterios de una época dorada, y que del 28 de marzo al 30 de junio será el corazón palpitante de una nueva edición de la exposición “A tu per tu con Leonardo“.

A tu per tu con Leonardo
A tu per tu con Leonardo
Leonardo da Vinci, Autoritratto
Autorretrato de Leonardo da Vinci en el Museo,

El Enigma de un Rostro

La sanguina sobre papel, con la que Leonardo da Vinci eternizó su semblante, nos interpela desde el pasado con la fuerza de un mito. Es el año 1517, o tal vez 1518, y el genio florentino reside en Amboise, bajo la protección de Francisco I de Francia. En esos años crepusculares de su vida, la mano que había pintado La Última Cena y esbozado los planos de máquinas inimaginables para su tiempo, decide retratarse.

Es Paola Salvi, curadora del proyecto y docente en la Academia de Bellas Artes de Brera, quien nos guía a través de los últimos estudios sobre esta obra. Nos invita a sumergirnos en el contexto en que fue creada, mostrándonos no solo el dibujo en sí, sino también el legado que Leonardo dejó en su camino hacia la inmortalidad.

El dibujo es uno de los ejemplos más famosos de uso de sanguina. La obra se encuentra en la Biblioteca Real de Turín, Italia. Sin embargo, hay cierto debate entre los historiadores del arte sobre si el dibujo es realmente un autorretrato, ya que Leonardo tenía alrededor de 60 años en el momento de su creación, y la figura parece ser de un hombre más viejo. Otros estudiosos sostienen que el dibujo podría ser un estudio de un anciano, quizás para una figura en una pintura religiosa o un trabajo alegórico.

La obra ha sufrido daños a lo largo del tiempo, lo que ha oscurecido algunos detalles y ha añadido un elemento de misterio a su interpretación. La delicadeza del material con el que se realizó el dibujo, la sanguina, hace que sea particularmente susceptible al paso del tiempo y a las condiciones ambientales. Asumiendo que el dibujo es un autorretrato, hay quien especula que Leonardo pudo haberlo idealizado o envejecido intencionalmente para transmitir sabiduría o experiencia, lo cual era común en representaciones de artistas y filósofos de la época. Algunos investigadores han interpretado el dibujo como una meditación sobre la vejez y la mortalidad. Con su mirada introspectiva y la posibilidad de que el sujeto sea un hombre de avanzada edad, el dibujo podría reflejar las preocupaciones personales de Leonardo sobre su propia mortalidad.

El dibujo muestra la cabeza de un hombre de perfil con barba y cabello largo, mirando hacia la derecha. La técnica de la sanguina permite una gran variedad tonal y una riqueza en la textura que Leonardo explota al máximo. La suavidad de las líneas y la delicadeza de las sombras dan al rostro una expresión pensativa y una profundidad psicológica. La sanguina, al ser un medio seco, también permite la precisión en los detalles, algo que Leonardo, con su obsesión por la anatomía y la fidelidad a la naturaleza, habría valorado mucho. Se puede observar en el dibujo la atención al detalle en las arrugas y la textura de la piel, así como en la expresión serena y distante del sujeto.

El dibujo como pieza del Museo

Entre las piezas que dialogan con el Autorretrato, destacan seis hojas del Codex Atlanticus, custodiado por la venerable Biblioteca Ambrosiana de Milán. Estos documentos, que apenas ven la luz para no sucumbir ante su fulgor, nos descubren un Leonardo científico, ingeniero y filósofo. Junto a ellos, hallamos fragmentos del Codex sobre el vuelo de los pájaros, donde un rostro esbozado nos recuerda al anciano del Autorretrato.

Leonardo da Vinci, Codice Atlantico (Codex Atlanticus), foglio 307 verso, Rappresentazione dell’ultima parte del “ludo geometrico” (formazione del “traforato di stelle e rose”) (Milano; Veneranda Biblioteca Ambrosiana)
Leonardo da Vinci, Codice Atlantico (Codex Atlanticus), foglio 307 verso, Rappresentazione dell’ultima parte del “ludo geometrico” (formazione del “traforato di stelle e rose”) (Milano; Veneranda Biblioteca Ambrosiana)
Leonardo da Vinci, Codice Atlantico (Codex Atlanticus), foglio 770 verso, Centine e capriate con osservazioni circa il modo di collocare i sostentacoli; in alto a destra, figura della statua di Arianna attualmente in Vaticano (Milano; Veneranda Biblioteca Ambrosiana)
Leonardo da Vinci, Codice Atlantico (Codex Atlanticus), foglio 770 verso, Centine e capriate con osservazioni circa il modo di collocare i sostentacoli; in alto a destra, figura della statua di Arianna attualmente in Vaticano (Milano; Veneranda Biblioteca Ambrosiana)

Por sus estudios sabemos que Leonardo no solo buscaba la belleza, sino también la proporción y la perfección. Se adentró en el estudio de la anatomía humana con la precisión de un cirujano y la curiosidad de un niño. Según anotó en uno de sus manuscritos:

La proporción es lo que hace a un hombre, una planta o un edificio parecer bellos

Leonardo da Vinci, Studio di proporzioni del volto e dell’occhio (1489-1490 circa; penna e inchiostro bruno, punta metallica su carta; 197x159 mm il disegno a destra, 144x117 mm il disegno a sinistra; Torino, Musei Reali-Biblioteca Reale; Dis. It. Scat. 1/20-21; 15574 e 15576 D.C.)
Leonardo da Vinci, Studio di proporzioni del volto e dell’occhio (1489-1490 circa; penna e inchiostro bruno, punta metallica su carta; 197×159 mm il disegno a destra, 144×117 mm il disegno a sinistra; Torino, Musei Reali-Biblioteca Reale; Dis. It. Scat. 1/20-21; 15574 e 15576 D.C.)

Un Legado que Trasciende el Tiempo

La exposición también se adentra en cómo la fama del Autorretrato creció con los siglos, ejerciendo una influencia imborrable en artistas posteriores. Un ejemplo es el Ecce Homo de Sodoma, en el cual el rostro de un sabio con turbante parece evocar al anciano Leonardo.

La muestra, distribuida en los dos caveau de la Biblioteca Real, se extiende hasta la Galleria Sabauda, donde una sección inédita curada por Annamaria Bava, “Con Leonardo en los ojos”, nos revela cómo sus discípulos y colegas absorbieron y reinterpretaron las innovaciones del maestro. Desde Lorenzo di Credi hasta Gaudenzio Ferrari, vemos cómo su influencia se extiende como ondas en el agua, tocando las orillas de la historia.

El Autorretrato de Leonardo es, en sí mismo, un estudio de la humanidad. Con una mirada que parece trascender la barrera del tiempo, el maestro nos observa, como si pudiese ver en nosotros lo que aún está por venir. Al contemplarlo, no podemos sino sentirnos partícipes de un diálogo que se extiende a través de los siglos, donde el genio florentino sigue hablando en susurros, retando a nuestra propia comprensión del mundo.

Redacción

Equipo de Redacción / Notas de Prensa / Agencias
Botón volver arriba