El papel de María Magdalena en el cristianismo es innegable. Ella fue una testigo clave de los eventos que llevaron a la resurrección de Jesucristo y su legado ha sido fundamental en la forma en que se ha comprendido la historia cristiana. Sin embargo, a pesar de su importancia, la imagen que se ha tenido de ella a lo largo de la historia ha sido objeto de controversias y malentendidos.
La Biblia nos dice muy poco acerca de María Magdalena y, sin embargo, a través de los siglos de enseñanza cristiana y la imaginación popular, María Magdalena ha pasado de ser la mujer elegida para presenciar el milagro más grande de la cristiandad a una figura altamente sexualizada y controvertida: de una pecadora arrepentida a una prostituta reformada e incluso a la pareja romántica de Jesucristo.
¿Por qué “Magdalena”?
El apellido de María no era Magdalena; esa era una referencia a su lugar de origen, un pequeño pueblo de pescadores llamado Magdala (hoy Mejdel) en el Mar de Galilea. Ella era María de Magdala. Lo más que nos dice el Nuevo Testamento sobre la biografía de María Magdalena se encuentra en los primeros tres versículos de Lucas 8. Según el autor y profesor de religión Bruce Chilton, estos versículos son muy importantes, puesto que es la única vez en los evangelios en la que se describe al séquito de Jesús donde se incluían mujeres, María Magdalena entre ellas. Y aquí es donde también aprendemos un detalle clave sobre María Magdalena, que fue exorcizada de “siete demonios”.
La imagen distorsionada de María Magdalena
A pesar de la importancia de María Magdalena en la historia cristiana, su imagen ha sido distorsionada a lo largo de los siglos. En la Edad Media, la Iglesia Católica la retrató como una prostituta arrepentida, lo que no tiene fundamento en los evangelios. En el siglo VI, el Papa Gregorio I estableció la conexión entre María Magdalena y la “mujer pecadora” que ungió a Jesús en la casa de Simón el fariseo. A partir de entonces, la idea de que María Magdalena era una prostituta se extendió rápidamente.
La idea de que María Magdalena era una prostituta es completamente falsa y ha sido desmentida por la Iglesia Católica, pero aún así, su legado ha sido objeto de controversia durante siglos. El Nuevo Testamento nos dice muy poco sobre ella; sabemos que era una de las mujeres que seguían a Jesús y que estaba presente en la crucifixión y la resurrección, pero poco más. A pesar de esto, María Magdalena se ha convertido en uno de los personajes más fascinantes de la historia cristiana, y su papel ha sido objeto de muchas teorías y especulaciones.
La importancia de María Magdalena
María Magdalena fue una de las mujeres que acompañó a Jesús en su ministerio y fue testigo de muchos de sus milagros y enseñanzas. El hecho de que María Magdalena fuera la primera en ver a Jesús después de su resurrección es significativo. En la época en que se escribieron los evangelios, las mujeres no eran consideradas fuentes fiables de información. De hecho, en la cultura judía de la época, las mujeres no podían ser testigos en un juicio. Sin embargo, los evangelios afirman que fue María Magdalena quien vio a Jesús resucitado primero y que fue ella quien informó a los demás discípulos.
En los primeros tres relatos de Pascua, Mateo 28, Marcos 16 y Lucas 24, María Magdalena visita la tumba de Jesús con otras mujeres para limpiar y ungir su cuerpo, pero lo encuentran vacío. Un ángel (o ángeles) les dice: “¡Ha resucitado!” e instruye a las mujeres para que vayan a decírselo al resto de los discípulos. En Juan 20, María Magdalena no sólo encuentra un ángel en el sepulcro vacío, sino que es la primera en ver y hablar con el mismo Jesús resucitado.
Este hecho sugiere que la historia es auténtica y que María Magdalena debe haber sido una figura importante en la vida de Jesús. Además, el hecho de que Jesús la eligiera para ser la primera en verlo después de su resurrección sugiere que tenía un papel especial en su ministerio.
El verdadero legado de María Magdalena
El verdadero legado de María Magdalena es su papel como testigo de la resurrección de Jesucristo y su papel como una de las mujeres que acompañaron a Jesús en su ministerio. En 2016, el Papa Francisco declaró el 22 de junio como una fiesta dedicada a María Magdalena, en reconocimiento a su papel en la historia cristiana y como una forma de rectificar la imagen distorsionada que se ha tenido de ella durante siglos. Esta declaración es un paso importante para corregir la imagen errónea que se ha tenido de María Magdalena y para reconocer su verdadero legado en la historia cristiana.
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