Entre las funciones del vicepresidente de los Estados Unidos se encuentra la de presidir el Senado, algo que no siempre hace, en cuyo caso ejerce un presidente pro tempore.
En estas circunstancias estaba Richard Nixon en el año 1954, siendo vicepresidente de Ike Eisenhower, cuando en un agitado debate sobre la energía nuclear hizo uso del mazo de su oficio con demasiado vigor, provocando que se desprendiese un trozo del bloque de marfil.
¿Por qué es tan importante el mazo del Senado de los EE.UU.?
El mazo del presidente del Senado de los Estados Unidos no es una pieza cualquiera. Gracias a la cultura popular estamos acostumbrados a ver a jueces golpeando la mesa para llamar al orden en la sala, circunstancia que también se da en la Cámara de Representantes y en el Senado estadounidense. El mazo del presidente de la Cámara es similar al que usan los jueces, hecho de madera y con un mango largo. El del presidente del Senado, en cambio, es un elemento de larga tradición y con un ceremonial muy concreto.
Antes de abrirse la sesión senatorial, un paje se acerca con una caja de caoba forrada de terciopelo rojo, con la tapa acristalada, y la deja en la tribuna desde la cual ejerce el vicepresidente o el presidente pro tempore. Así los senadores pueden ver el mazo con el que se impone orden en la sala. Sólo después de esto, el presidente pro tempore o el vicepresidente toman el taco de marfil del que se servirán.
Cuenta la tradición que ese bloque de marfil con forma parecida a la de un reloj de arena ya lo había usado John Adams, primer vicepresidente de la nación, para llamar al orden en los primeros años del Senado. Sin embargo, tal afirmación carece de pruebas documentales o testimonios que lo avalen. No obstante, sí que se puede acreditar una gran antigüedad para el famoso mazo, que parece coincidir con uno que el Senado compró en 1844, tal como consta en una factura pagada el 12 de julio de ese año a Richard Patten (National Archives, File 90, 791, document 39), que dice lo siguiente: “To 1 ivory Mace for Senate Chamber, $4.00″ (Para 1 maza de marfil para el Senado, 4.00 $).
El deterioro del mazo histórico
Con el paso del tiempo y el uso constante, el mazo fue acusando el desgaste, lo que provocó que en 1952 se hiciesen ciertas advertencias sobre su estado. Ese año, para paliar los efectos de los constantes golpes, se le añadieron dos chapas de plata en la parte superior y la inferior, aunque como se ve, de poco sirvieron.
Dos años después, la maza se astilló. Le pasó a Nixon como le podía haber pasado a cualquier otro vicepresidente o presidente pro tempore. La maza fue rápidamente reparada, uniéndose con un tornillo la pieza que había saltado al resto del bloque de marfil. Sin embargo, el Senado convino, a propuesta de un Richard Nixon lleno de remordimientos por haber roto la casi sagrada pieza, que lo más oportuno era encargar una maza nueva.
Una nueva maza para el Senado
Como no consiguieron encontrar en los EE.UU un trozo de marfil de un tamaño lo suficientemente grande para hacer uno nuevo, el vicepresidente Nixon contactó con la embajada de la India en Washington. La embajada india accedió muy gustosamente, y en cuestión de dos meses ya tenían un nuevo mazo de marfil que presentar ante el Senado estadounidense.
El 17 de noviembre de 1954, a las 14:00, hizo su entrada en el Senado el vicepresidente de la República de la India, Sarvepalli Radhakrishnan, precedido por el líder la mayoría en el Senado (William Knowland) y el líder la minoría (el futuro presidente Lyndon Johnson). Ante el distinguido público, Radhakrishnan presentó formalmente el nuevo mazo, algo más elaborado que el antiguo, y dio un discurso ensalzando la amistad con los EE.UU y los valores republicanos.
A día de hoy, el ceremonial de la presentación de la maza del presidente se sigue haciendo, presentándose ante el vicepresidente o el presidente pro tempore el estuche que contiene tanto la antigua como la nueva maza. Aunque ya no tenga uso oficial, la antigua maza está presente en el escudo del presidente del Senado de los Estados Unidos.
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