Pedro Páez Jaramillo, un sencillo religioso madrileño, originario del actual Olmeda de las Fuentes. Fue el primer Europeo que logró alcanzar el nacimiento del Nilo Azul y dejó testimonio por escrito.
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¿Quién era Pedro Páez?
Pedro Páez nació en 1564 en, Olmeda de Cebolla, hoy Olmeda de las fuentes, un pueblo de la Comunidad de Madrid.
Tras su formación académica y ordenación como jesuita fue enviado como misionero a la India. De allí trató de llegar a Etiopía para reforzar la misión de Fremona, al norte del reino abisinio.
El primer viaje
Su primer viaje fue infructuoso y fue capturado, junto a su compañero Antonio de Montserrat, por piratas turcos que los exhibieron como una captura exótica entre los grandes mandatarios otomanos de Yemen y terminaron por venderlos como galeotes. Años después serían rescatados por orden de Felipe II pagando por ellos cerca de 2000 reales y regresando a Goa, India.
Montserrat fallecería tres años después de su liberación, en 1599, seguramente aquellos años de cautiverio le pasaron factura con el tiempo.
Segundo Viaje a Etiopía
En 1603, Páez, volvió a intentar en solitario la proeza de llegar a Etiopía. Sus nuevos conocimientos le serían de gran ayuda; había aprendido árabe, persa, armenio, hebreo y hasta chino (según se cuenta) de sus compañeros de cautiverio y viajes. Logró llegar esta vez y se estableció en la misión de Fremona, aprendiendo las costumbres locales y por supuesto, los complicados idiomas etíopes: el amárico y la “lengua muerta” (aunque utilizada en la liturgia) ge‘ez.
El encuentro con las fuentes del Nilo Azul
Formó parte de la corte de dos emperadores etíopes, Za Dengel y Susenyos I: de este último ejerció como consejero y capellán real.
Bajo el mandato de Susenyos I promovió la construcción de iglesias y palacios en un curioso estilo imitando lo que había visto en Europa.
Realizó su viaje al nacimiento del Nilo Azul, formando parte de una expedición real a la zona. Llegando al enclave el 21 de abril de 1618. Era el primer europeo que llegaba a aquellas tierras sagradas y Páez era consciente de aquello; por lo que escribió:
Confieso que me alegré de ver lo que tanto desearon ver antiguamente el rey Ciro y su hijo Cambises, el gran Alejandro Magno y Julio César.
Fuentes para el video: Biblioteca Nacional de España // Universidad de Cambridge // Archivo Jesuita de Roma // UNESCO // Biblioteca árabe de Estambul // Archivo y Biblioteca Nacionales de Adís Abeba // Real Academia de la Historia