Hernando de Talavera (1428¿-1507) fue un destacado religioso y humanista español del siglo XV, se inició como monje de la Orden de San Jerónimo de San Leonardo de Alba de Tormes, prior del Monasterio de Nuestra Señora del Prado en Valladolid (1470), confesor y consejero de Isabel la Católica (1475), obispo de Ávila (1485) y arzobispo de Granada (1492). Como siempre, acompañamos este pequeño artículo con el vídeo biográfico que han preparado nuestros colegas de Gestas de España:
Infancia y juventud de Hernando de Talavera
Hernando de Talavera nació en Talavera de la Reina, una pequeña ciudad en la provincia de Toledo, hacia 1428/30. Según las algunas fuente, entre sus orígenes familiares se menciona a los Contreras, judeoconversos, por parte materna y por parte paterna, tal vez, podría enraizarse con los Álvarez de Toledo, señores de Oropesa, uno de los cuales, Fernando Álvarez de Toledo, apadrinó sus estudios. También se especula sobre su posible parentesco con fray Alonso de Oropesa, general de la orden de los Jerónimos en tiempos de Enrique IV.
Desde joven, mostró una gran inclinación hacia la religión pero no descuidó su formación universitaria. Cursó sus estudios en la Universidad de Salamanca Artes y Teología entre 1445 y 1460. Luego será profesor de teología moral en la misma universidad entre 1463 y 1466, antes de unirse a la Orden de San Jerónimo el 15 de agosto de 1466. Después se convirtió en prior del Monasterio de Nuestra Señora del Prado en Valladolid y, posteriormente, en obispo de Ávila, pero antes de obtener este cargo fue requerido por la corte de Castilla, que frecuentaba la ciudad del Pisuerga.
Confesor y consejero espiritual de Isabel la Católica
Su fama como predicador y guía espiritual se propagó rápidamente por toda la ciudad y había llegado a oídos de la reina Isabel, quien lo eligió como su confesor sin vacilar en torno al año 1475. Se dice que en su primera confesión con él, Hernando de Talavera ordenó a la reina que se pusiera de rodillas, un hecho que dejó una impresión muy favorable en ella. De esta manera, el célebre fraile pasó a ser una de las personas más influyentes de España.

Fray Hernando también fue designado como visitador general dentro de su Orden, lo que significaba que tenía que viajar frecuentemente fuera de la Corte. La reina Isabel, quien valoraba mucho su sabiduría, discreción y conocimientos, no estaba conforme con estas ausencias, ya que no le gustaba tomar decisiones importantes sin su consejo y aprobación.
En sus viajes por España, como visitador de la Orden Jerónima, miraba también por los intereses de la reina e incluso se conoce que recaudó dinero para sufragar los gastos de la Guerra de Sucesión Castellana. Para obtener parte de estos fondos, se hipotecaron joyas y objetos valiosos, parte de los cuales se encontraban depositados en el Monasterio jerónimo de Montamarta (Zamora). En un intento por justificar la licitud del préstamo de la plata de las iglesias durante estos momentos angustiosos de falta de dinero, Talavera escribió a la Reina, asegurando que él “fue el primero que firmó que podrían prestarlo” (15 de septiembre de 1477).
En otro de sus viajes, participó en las Cortes de Toledo de 1480, que tenían como objetivo la revisión y reintegración a la Corona de las rentas enajenadas indebidamente por Enrique IV. Esta medida resultó en un beneficio anual de 30 millones de maravedís para el tesoro real, pero también suscitó muchos resentimientos contra Talavera y, al final de su vida, tras la muerte de la Reina, recibió represalias a través de la Inquisición por parte de los afectados.
¿Cuál fue el papel de Talavera en la conquista de Granada?
Fray Hernando de Talavera y su habilidad para aprender árabe
Sí, Fray Hernando de Talavera aprendió el árabe y promovió que sus sacerdotes también lo aprendieran para una mayor eficacia en su acción pastoral. Su habilidad lingüística fue fundamental en su trabajo como arzobispo de Granada después de la conquista, ya que entendía que el conocimiento del idioma era esencial para una evangelización efectiva. Además, también creía que el conocimiento del idioma era importante para comprender mejor la cultura y las costumbres islámicas.
La habilidad lingüística de Talavera no solo se limitaba al árabe, también hablaba latín, griego y hebreo, lo que le permitió leer y estudiar textos religiosos en su idioma original. Esta habilidad le permitió profundizar en su conocimiento teológico y filosófico, lo que a su vez influyó en sus ideas religiosas y políticas.
Talavera y la Inquisición
En los últimos años de su vida, Hernando de Talavera enfrentó una difícil prueba para su virtud: la Inquisición inició un proceso por delito de herejía contra él y su familia, acusándolos de judaizar. Su hermana, sobrino y otras dos sobrinas fueron encarceladas en Córdoba a principios de enero de 1506. Como arzobispo, Talavera no podía ser juzgado sin la autorización de la Santa Sede, por lo que solicitó al Papa que asumiera el caso de sus parientes.
Julio II envió al nuncio Juan Rufo para abrir un proceso informativo con la bula Exponi nobis, emitida el 30 de noviembre de 1506. Talavera y su familia fueron absueltos y el inquisidor Diego Rodríguez Lucero fue depuesto de su cargo. No se sabe si Hernando de Talavera conoció la sentencia absolutoria antes de su fallecimiento ya que murió en Granada el 14 de mayo de 1507.

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