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«Ferrrandus Cordubensis», el Anticristo español

Cesáreo Fernández Duró descubrió un escrito de Mathieu D'Escouchy en el que citaba a un curioso erudito español

Según nos cuenta una curiosa crónica francesas del siglo XV, en 1445 vino a París un letrado que decía ser natural de España al que identificaron más tarde con el mismísimo Anticristo.

Un joven sabio español en París

Decía que tenía 25 años, era de mediana estatura, de buena presencia y una persona educada además de agradable. Sabía de todo, especialmente de las ciencias eclesiásticas, posiblemente era la persona con más profundo conocimiento de las mismas que se haya acreditado en cualquier país.

Aseguraba que era caballero en armas, doctor en teología, en medicina, en leyes y en derecho. Sabía también de música y tocaba todos los instrumentos que le pusieran en la mano de forma portentosa; además, no dudaba en dar consejos y enseñanzas a los propios dueños de los mismos de cómo debían tocar.

También probó su manejo con la espada. Se le dió un mandoble, con él saltaba delante y detrás de su adversario, con tremenda agilidad.

Contaba que había recorrido muchos pueblos de Francia y que estaba en París para reunirse con 40 o 50 eminencias de la Universidad.

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“Libro de Esgrima” S.XVI

Duelo intelectual a orillas del Sena

Por estos eruditos fue examinado y preguntado en varias ciencias, respondiendo tan bien, y con tales razones, que nadie pudo corregirle; y lo que es más de notar, rebatía sobre los textos de San Jerónimo, San Agustín y otros de la Santa Iglesia. Después, en plena Universidad, más de 3.000 letrados quisieron verlo. A todos ellos presentó argumentos sobre cuestiones que le hacían, que no sentaron muy bien a todo el mundo.

También estuvo en el Parlamento y en otras asambleas, sin encontrar apenas opositores, permaneciendo algún tiempo en París; y luego marchó a Gante con propósito de visitar la corte del duque de Borgoña. Allí fue igualmente examinado por los más sabios, que lo juzgaron sin igual.

Quiso luego ir a Inglaterra, y no habiendo logrado pasar el canal, se dirigió hacia Alemania.

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Das muss das Land der Sage seyn Am Wasgau und am Rhein [ilustración de Schuler, R. Auguste]

Las teorías de los sabios franceses: es el anticristo

El día que salió de París para ir a Inglaterra, se reunieron los profesores de la Universidad a deliberar sobre el caso, y bien discutido, les pareció no ser posible que ni en cien años pudiera un hombre aprender tanto y saber todo lo que el español sabía.

Con esta certidumbre sospechaban los sabios franceses que hubiera adquirido aquellos conocimientos por arte magia o artes oscuras; por lo que habían estado ante el auténtico Anticristo, o uno de sus discípulos. Porque consideradas sus circunstancias y examinados los libros que tratan el Apocalípsis, dedujeron que:

El Anticristo había de nacer en tiempo de guerra, de padre cristiano y madre judía (que se fingiría cristiana), hijo adulterino, y que al nacer serían los pueblos poco caritativos.

Además, los textos aseguraban que estaría poseído por el demonio —de quien obtiene todos esos conocimientos, aunque parecieran salirle de forma natural— que sería cristiano hasta la edad de 28 años, y en su juventud visitaría a los grandes nobles del mundo con objeto de hacer alarde público de sus conocimientos.

Pero, que en el año 28 de su existencia iría á Jerusalén, donde los judíos habían de recibirle como si fuera un profeta o el mismo Dios, reinando con crueldad hasta que cumpliera 32 años. Sería entonces cuando Dios le haría destruir con fuego del cielo y con ello sucederá el fin del mundo.

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Pièce contre la papauté accompagnée d’un chant en allemand sur la chute de l’Antechrist et de la grande prostituée de …[Biblioteca Nacional de Francia]

La investigación de don Cesáreo Fernández Duro

La historia que estáis leyendo, no solamente está en un documento francés de aquella época; según pudo investigar el gran historiador don Cesáreo Fernández Duro, además, está certificado por un notable doctor en teología llamado “Maestro Juan de Oliva”, en cuyas cartas, a las que tuvo acceso el académico español, cuenta que estuvo presente en el examen é interrogaciones que se hicieron en la Universidad de París al referido letrado, con maravilla general, y que después no ha vuelto á saberse nada de él.

Cesáreo Fernández Duro.
Cesáreo Fernández Duro.

Las cartas de Juan de Oliva eran muy poco conocidas, pero sí lo era el “Diario escrito por un ciudadano de Paris” atribuído al mismo maestro, y en él también se da cuenta de la aparición del español, aunque afirma que llegó a París tras la Pascua, año nuevo en Francia por entonces, por lo que lo fecha en 1446.

Pero el caso llevó a Cesáreo Fernández a indagar un poco más, no le servía con aquella curiosidad. Si era cierto, quería saber de quién se trataba, ¿a qué erudito español tomaron por anticristo aquellos franceses?

Don Cesáreo deduce —que no afirma— que bien pudiera tratarse del prodigioso Fernando del Pulgar. Personaje que en 1445 acababa de cumplir 25 años. Además, se sabe que aquel año visitó á París, y aunque en su tierra no se le tuviera por erudito, pasaba en la estimación general, y en la particular de los doctos, por hombre versado en letras divinas y humanas.

De ser cierto, que parece que sí, aquel torneo intelectual en las orillas del Sena, se comprendería —por vergüenza de los suyos— que en los elogios escritor por los cronistas franceses de la época, no aparezca escrito de su mano el del vencedor, cuya omisión extraña no obstante.

El nombre del Anticristo

En la obra titulada “Historia Universitatis Parisiensis, autore Caesare Egassio Bvlaco, Parisiis, M. DC. LXX. Tomo V” en la página 534, don Cesáreo Fernández pudo localizar lo siguiente:

HISTORIA VIRI ADMIRABILIS.

Eodem anno (1445) ex Hispania Lutetiam venit Iuvenis quidam sacræ Theol. Doctor tam mirabilis ingenij & scientiæ, vt nunquam ei par visus, neque post hac videndus sit. Vocabatur autem Ferrandus Cordubensis, de quo sic Trithem. in Chron. Spenheim.

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Claros varones de España [edición del 1500]AutorPulgar, Fernando del (ca. 1430-ca. 1493) [Biblioteca Nacional de España]

Con estos nuevos datos la teoría en favor de Fernando de Pulgar era más clara. Según el escrito, aquel extraño sabio español se llamaba Fernandus Cordubensis. Además de la edad viene a unirse la coincidencia del nombre.

El texto dice: vocabatur Ferrandus Cordubensis. Aunque, por aquel tiempo, no había ningún Fernando de Córdoba que destacase en España; el otro Fernando de Córdoba aún no había nacido. Por lo que se deduce que el Cordubensis señalaba la naturaleza, sin que por necesidad se refiera a su familia.

¿Quién era Fernando del Pulgar?

Los orígenes de la familia de Fernando del Pulgar, son desconocidos. Se conoce que era de origen humilde y poco más. Sobre donde nació, tampoco hay veracidad, aunque se le supone originario del reino de Toledo, por existir aquí un pueblo llamado Pulgar, que pudiera ser origen del sobrenombre con que se le apellida. De la instrucción, de los estudios, ni la más breve referencia; consta que se crió en la corte del rey Juan II de Castilla, porque él lo dejó escrito, al igual que su nombre, en una carta dirigida a Pedro de Toledo, como casi todo lo que se sabe sobre él.

Varias veces, en estas cartas de Fernando del Pulgar, habla del Duque de Borgoña. También escribe que:

vió en Francia la compilación de los hechos notables de algunos caballeros y prelados del reino que hizo el Maestro Jorge de la Vernada, Secretario del Rey Carlos.

Cesáreo Fernández no fue el único

Puesto que se trata de un suceso documentado, don Cesáreo, no fue el único que investigó la presencia del calificado “anticristo” por los cronistas franceses. Julien Havet dio cuenta de ello en una publicación posterior e incluso la Société de l’histoire de Paris, indagó un poco sobre el tema en 1882, antes de que Fernández Duro hurgara en sus archivos.

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Primera página del trabajo de Julies Havet sobre el anticristo español

No obstante, ninguna de las investigaciones aclaran la identidad del personaje y aunque la mayoría de indicios llevan a afirmar que aquel “doctor” fuera Fernando del Pulgar. Como bien terminó su investigación Cesáreo Fernández en París, un 3 de Julio de 1887:

Acaso el mejor día salga de un legajo del archivo de la Sorbona ó de la ciudad de Gante el nombre que falta en la crónica (…)


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Fuentes utilizadas:
Escritos de Mathieu D'Escouchy transcitos por John Edward Longhurst Boletín de la Real Academia de la Historia (Tomo XI)Crónica de Matthieu (d'Escouchy.) Transcrita por Renouard (1863)
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Miguel Ángel Ferreiro

Militar de carrera, autor de "La Segunda Columna" (Ed.Edaf), director de este proyecto e Historiador del Arte (UNED). Entre África y Europa, como el Mediterráneo.
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