Hace unos 300 años, una banda de piratas capturó un barco de esclavos francés. Entre esos piratas había un hombre llamado Edward Thatch (también escrito como Teach) que después sería más conocido como Barbanegra. Este temido capitán pirata se quedó con el barco, llamándolo “La venganza de la reina Ana” (“Queen Anne’s Revenge), presumiblemente en honor a la monarca a la que habías servido anteriormente. Barbanegra navegó por el Caribe en su nuevo buque insignia reuniendo una tripulación de hasta 400 piratas y reuniendo un tesoro, según todos los relatos, aún por descubrir.
Las aventuras de Barbanegra terminaron el 22 de noviembre de 1718, cuando fue capturado y ejecutado por un destacamento de la Royal Navy cerca de la costa de Carolina del Norte. Su buque, encalló en un banco de arena cerca de Beaufort, Carolina del Norte, poco antes de su captura. Ahí es donde terminaría el reinado de Queen Anne’s Revenge, barco que no sería descubierto hasta 1996.
Un tesoro hundido
En las últimas décadas, desde el descubrimiento del buque hundido, los expertos en la materia sostienen que se ha recuperado aproximadamente la mitad del naufragio, obteniéndose valiosos descubrimientos como pepitas de oro, mercurio, valiosos objetos de vidrio y cientos de piezas de carbón.
Un equipo de investigadores de las universidades de Carolina del Norte y Kentucky ha emprendido un estudio con el objetivo de determinar el origen del carbón hallado en el histórico naufragio, cuyos resultados han sido publicados en la Revista Internacional de Arqueología Náutica.
Entre los miembros del equipo de investigación se encuentra James Hower, Ph.D., miembro distinguido y profesor de investigación en el Centro de Investigación de Energía Aplicada (CAER) del Reino Unido y el Departamento de Ciencias Ambientales y de la Tierra en la Facultad de Artes y Ciencias. Hower, con más de cuatro décadas de experiencia en investigación sobre combustibles fósiles, analizó detenidamente las muestras de carbón extraídas del sitio.
Nos propusimos determinar la posible procedencia del carbón encontrado en el naufragio, en esa época específica
Explicó Hower.
Abastecimiento del enigma del carbón
Según Hower, existen motivos por los que se podría encontrar carbón en un velero como este, por lo que su presencia no es única. No obstante, para discernir si el carbón encontrado pertenecía al barco, primero era necesario hacerse una idea de la carga y necesidades del “Queen Anne’s Revenge”.
Los expertos en la materia citan que en los barcos de los siglos XVII y XVIII, el carbón se usaba principalmente para cocinar o calentar, ya que no se utilizaba para la propulsión hasta la década de 1870. Sin embargo, el equipo de investigación no encontró pruebas que indicaran que se hubiera utilizado para calentar o navegar en el barco pirata.
Durante el estudio, los arqueólogos hallaron carbón distribuido uniformemente por todo el sitio y esperan que haya más muestras por descubrir, tanto en el hierro corroído como en las áreas que aún no han sido excavadas de los restos. Se enviaron cuatro muestras de carbón a Hower para su posterior análisis en laboratorio con el fin de determinar el tipo de carbón. Cabe destacar que el carbón se clasifica en cuatro rangos principales o tipos, que se basan en la cantidad de carbono que contiene el carbón y la cantidad de energía térmica que puede generar.
Las muestras extraídas del naufragio presentaron una amplia variedad de rangos, que oscilaron entre el carbón bituminoso de baja volatilidad (con un contenido de carbono del 87 al 90%) hasta la antracita (con más del 90% de carbono). Hower explicó que las diferencias son significativas para comprender la procedencia del carbón. El carbón bituminoso de baja volatilidad generalmente se encuentra en Virginia. Es adecuado para cocinar y también se usaba en barcos de vapor, ya que este tipo de carbón no produce humo cuando se quema. La antracita no es el tipo de carbón más común y mucho menos en los EE. UU.
Otra clave para desentrañar este enigma es la determinación de las fuentes de carbón que estuvieron activas durante el siglo XVIII. En un contexto histórico del siglo XIX o XX, la explicación más fácil para la fuente de ambos tipos de carbón podría haber sido en los Apalaches, pero la minería allí no existía en el periodo que estamos analizando. Además, los colonos europeos no descubrieron la antracita de Pensilvania hasta quizás la última parte de la década de 1760, y la explotación minera no tuvo lugar hasta la década de 1800.
El experto en carbón enumeró posibles fuentes de carbón en el extranjero, como Irlanda o Portugal, que podrían haber suministrado carbón a los piratas del Queen Anne’s Revenge.
¿Causa y coincidencia?
Los investigadores creen que el carbón encontrado en el sitio del naufragio del Queen Anne’s Revenge probablemente fue arrojado de barcos de la Marina de los Estados Unidos durante la Guerra Civil. Beaufort, Carolina del Norte, cerca de donde se encuentra el naufragio, era un puerto importante y una estación de reabastecimiento de carbón durante la Guerra Civil. Hubo una gran afluencia de tráfico de barcos en ese periodo, especialmente durante el bloqueo de la Unión de Wilmington, Carolina del Norte, un puerto importante para la Confederación y el último en caer en febrero de 1865. Entre 1862 y 1864, 421 barcos hicieron casi 500 viajes a Beaufort en busca de carbón. La estación cerraría en 1865, 147 años después del hundimiento del Queen Anne’s Revenge.
Los investigadores también destacan que la investigación puede proporcionar una valiosa comprensión de la historia. Según Hower, el ejercicio en este caso es una forma importante de ayudar a agregar contexto a este tipo de sucesos y de “capas arqueológicas”, aunque sean submarinas. Finalmente se ha demostrado que el carbón que rodeaba el pecio no fue utilizado por Barbanegra, sino por la Marina de los EE. UU. durante la Guerra Civil.
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