Cuando los españoles llegaron por primera vez al Perú, un escribano llamado Pedro Cieza de León registró todo lo que vio y oyó en un libro titulado “Las crónicas del Perú“.
El manuscrito está lleno de datos muy precisos de las culturas indígenas, la conquista por los españoles, descripciones del entorno y recoge además, con bastante detalle, la historia de un pueblo construido por gigantes, de los cuales, toda la expedición estaba convencida de su existencia.
Cieza de León registró la historia que le contaron unos nativos sobre unos gigantes que llegaron por mar “en botes hechos de cañas, tan grandes como buques de gran tamaño” y cuyas piernas eran tan grandes “como toda la altura de un hombre común.” Y que al parecer habrían desembarcado cerca de una ciudad llamada Puerto Viejo.
Según la leyenda, los gigantes eran un poco deformes y llevaban el pelo largo. Vestían con pieles o iban desnudos y no había hembras entre ellos.
Construyeron unos pozos enormes para abastecerse de agu que excavaron el la roca y su dieta, aunque variada, se basaba básicamente en la pesca, arte que conocían bien.
Al no tener hembras capturaban a las nativas y las acababan matando, según Cieza:
Vivieron en grande aborrecimiento de los naturales, porque por usar con sus mujeres las mataban, y con ellos también usaban sus lujurias.
Levantaron un poblado de tamaño descomunal para da cabida a su raza. Y con el paso del tiempo se fueron quedando aislados al huir los indígenas de su presencia.
Al quedarse sin mujeres recurrieron a la sodomía. Cosa que, según los nativos, los dioses castigaron:
Así dicen, que estando todos juntos envueltos en su maldita sodomía, vino fuego del cielo temeroso y muy espantable, haciendo gran ruido, del medio del cual salió un ángel resplandeciente con una espada tajante y muy refulgen-te, con la cual de un solo golpe los mató a todos, y el fuego los consumió
Fueron devastados, como dicen, por una gran bola de fuego que cayó del cielo.
Los indígenas que le contaron la historia le mostraron los restos del poblado y los pozos que mencionaba en su historia. En su relato, Cieza, describe los pozos como fuera de lo normal y habla sobre huesos encontrados en otros lugares de la Nueva España, con lo que saca la conclusión de que seguramente se tratase de la misma raza.
Otros españoles que lo acompañaron se encontraron, con lo que parecían, restos de dientes de un tamaño descomunal.
Aunque esos restos no se conservan, y la historia no se puede confirmar, es dificil que un cronista tan apegado a la verdad y a las descripciones visuales mienta en algo tan extraño.
¿Le habrían engañado los nativos hasta convencerlo? ¿O es que realmente llegaron “otros” por mar antes que los españoles? Extrañas leyendas…
Como Escribió Cieza: “Querer afirmar o decir de qué parte, o por qué camino vinieron éstos, no lo puedo afirmar, porque no lo sé.”
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