Antes del palacio que se alza en la Plaza de Oriente de la Villa de Madrid, existió otra residencia palaciega bien distinta: el Alcázar de Madrid. Destruido por un incendio justo en los inicios del reinado de Felipe V.
Primeros datos sobre el Alcázar
Se conservan, de entre 1530 a 1734, mucha documentación (textos, grabados, planos, pinturas y maquetas) sobre el diseño exterior del edificio. Sin embargo, las imágenes del interior y las referencias a su historia son escasas.
El primer dibujo del Alcázar, antes del incendio, fue realizado por Cornelius Vermeyen en 1534. tres décadas antes de que Madrid hubiera sido nombrada residencia permanente de la Corte. El dibujo muestra un castillo dividido en dos partes principales, que pueden corresponder, al menos parcialmente, a la estructura de una fortaleza musulmana.
¿Quién construyó el Alcázar de Madrid?
La fortaleza original fue erigida por el emir árabe Muhammad I de Córdoba (852-886) entre 860 y 880. El edificio era el núcleo central de la ciudadela islámica de Mayrit (uno de los posibles nombres árabes de la actual capital de España) un distrito amurallado de aproximadamente 40.000 metros cuadrados, incorporando no solo el castillo, sino también una mezquita y el hogar del gobernador (o emir). El emir Omeya Muhammad I está considerado como el fundador de la ciudad.
Su ubicación sobre un promontorio es ahora el sitio del Palacio Real, y fue de gran importancia estratégica, debido a que permitió la vigilancia del río Manzanares. Este fue un factor clave en la defensa de Toledo, antes de las frecuentes incursiones de los cristianos en Al-Andalus. La fortaleza, antes de ser Alcázar, pasó por otra tipología de construcciones militares según se cree. Inicialmente como torreón para punto de observación, y más tarde como pequeño fuerte que albergaba tropas.
Con el paso del tiempo, el viejo castillo se amplió sobre la propia estructura original. Estas modificaciones se observan especialmente comparando los primeros grabados con las pinturas del siglo XVII, en los que unas torrecillas semicirculares, que no coinciden con el diseño original del edificio, se pueden ver en la fachada occidental (que domina el río Manzanares ). Se cree que la fachada pertenecía al castillo musulmán y se incorporó al Alcázar, utilizando la fortaleza original como base del nuevo edificio.
Tras la conquista de Madrid, la dinastía Trastámara convirtió el Alcázar en su residencia temporal, y hacia el final del siglo XV fue una de las principales fortalezas de Castilla, además de la residencia real. De acuerdo con su nueva función, el castillo incorporó la palabra “real” en su nombre, indicando su uso exclusivo por la monarquía castellana.
El rey Enrique III de Castilla instigó la construcción de diferentes torres que cambiaron la apariencia del edificio, dándole un aire más palaciego. Su hijo, Juan II , construyó la Capilla Real y agregó una nueva sala, conocida como la “Sala Rica” por su espléndida decoración. Con estas modificaciones la fortaleza amplió un 20% de su tamaño.
Enrique IV de Castilla fue uno de los reyes que pasó la mayor parte del tiempo en el Alcázar. Vivió allí durante largos períodos de tiempo y una de sus hijas, Juana (llamada “la Beltraneja”), nació allí el 28 de febrero de 1462. Posteriormente el Alcázar, con los “Austria“, sufriría numerosos asedios, obras y ampliaciones, por ejemplo la efectuada en su fachada por Juan Gómez de Mora. Finalmente, en el siglo XVIII, un incendio acabó por destruirlo, pero eso pertenece ya a otra época.
Fuentes:
El Madrid medieval. Sus tierras y sus hombres, Asociacion Cultural Al-Mudayna
Fernandez Garcia, A., Historia de Madrid, Instituto de Estudios Madrileños,
Valdes, Fernando ed. (1992). Maŷrīt: estudios de arqueología medieval madrileña.
Web “Arte de Madrid”. Un Pasadizo bajo la Cuesta de los Ciegos
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