Irlanda será el escenario de las peores masacres perpetradas por los ejércitos del Parlamento de Inglaterra, mandados por Oliver Cromwell.
Aquellos sucesos ennegrecerán para siempre el nombre de Cromwell en aquellas tierras, en cambio para los colonos protestantes será el gran vengador; división que se mantiene hasta nuestros días.
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ToggleGuerras de los Tres Reinos
Drogheda será el primer enfrentamiento importante de la conquista de Irlanda por Cromwell, aunque tuvo lugar durante los últimos años de la Guerra Confederada de Irlanda (1641-1652), período turbulento de la historia irlandesa que comenzó con un conflicto entre católicos irlandeses (nativos) y colonos protestantes anglo-escoceses en la Rebelión de 1641, suceso que, como veremos tiene bastante relación con las reacciones de los ejércitos del Parlamento Inglés.
Sin embargo, la Guerra Confederada de Irlanda, fue solo la parte irlandesa de las Guerras de los Tres Reinos, una serie de conflictos que tuvieron lugar entre varios grupos políticos, étnicos y religiosos en Inglaterra, Escocia e Irlanda.
La Guerra Civil Inglesa comenzó como parte de esta serie de conflictos en 1642, se trataba de un conflicto armado entre los “parlamentarios” y los “realistas” ingleses. Se trataba de una guerra entre los principales poderes, en contra y a favor del absolutismo real. Este enfrentamiento entre el poder parlamentario y el poder real terminó a favor del primero, moderando el rey su política absolutista y viéndose controlado por el Parlamento.
Ejecución de Carlos I
Pero los partidarios del rey se sublevarían (1648-1649), uniéndose el propio Carlos I a ellos. Los parlamentarios obtuvieron una nueva victoria, con Cromwell al frente de los ejércitos. El fin del enfrentamiento supuso el enjuiciamiento por alta traición del rey y su posterior condena a muerte, firmada por 59 de los miembros del Parlamento, incluyendo a Cromwell. Carlos fue ejecutado el 30 de enero de 1649, siendo la primera vez que un monarca era ejecutado de forma pública en la historia de Occidente, teniendo como consecuencia la proclamación de la única república en la historia inglesa.
Tras la ejecución, los realistas, firmaron la Segunda Paz de Ormond con los Confederados Irlandeses (Confederación Católica Irlandesa que gobernó dos tercios de Irlanda desde la Rebelión de 1641 hasta la Conquista de Cromwell), alineándose con los irlandeses contra el Parlamento inglés. A ellos se unieron los escoceses de Ulster, que también se sintieron alienados por la ejecución.
Cromwell parte hacia Irlanda
En agosto de 1649, Cromwell zarpó hacia Irlanda decidido a anular la nueva alianza y para reconquistar y reorganizar Irlanda.
A la espera de la llegada de Cromwell, los realistas celebraron un Consejo de Guerra en Drogheda, donde se decidió que la ciudad debería estar en manos de un total de 2.550 realistas y tropas confederadas irlandesas al mando de Arthur Aston, para evitar que Cromwell tomara el control de todos los puertos del este de Irlanda.
El sitio de Drogheda
La ubicación del sitio en Drogheda también fue significativa, ya que la ciudad había estado sujeta a un sitio anterior durante la Rebelión de 1641, durante la cual una fuerza católica al mando de Féilim Ó Néill no pudo tomar la ciudad antes de ser disuelta por las tropas inglesas.
El asedio comenzó casi al momento de la llegada de Cromwell y sus (aproximadamente) 12,000 hombres el 3 de septiembre de 1649.
Drogheda era una de las ciudades mejor fortificadas de Irlanda y Arthur Aston se jactaba de las capacidades de aquella fortaleza. Estaba seguro de poder frenar a Cromwell lo suficiente como para que los realistas de otras partes del país pudieran reagruparse.
Sabiendo esto, Cromwell atacó las murallas de la ciudad con sus once pesadas piezas de artillería de 48 libras. El 10 de septiembre, envió una nota de rendición a las fuerzas confederadas realistas/irlandesas que fue rechazada por los mandos de la ciudad y el bombardeo se reanudó con más vigor, rompiendo las murallas de la ciudad por el lado sur en la noche del 11 de septiembre.
Asalto a la ciudad por las tropas de Oliver Cromwell
Cromwell ordenó a las tropas parlamentarias que asaltaran la ciudad y más de 6,000 hombres atravesaron la brecha, matando a toda resistencia, mientras una fuerza de caballería aguardaba en la cara norte para evitar cualquier intento de fuga de lo que se había convertido en una ratonera.
Un grupo de sacerdotes y frailes católicos fueron asesinados a su paso, según se dice portaban armas y estaban combatiendo. Otro grupo, que diversos historiadores afirman estaba desarmado, se refugió en el campanario de la Iglesia de San Pedro fueron quemados vivos cuando las tropas de Cromwell prendieron fuego a la Iglesia.
Alrededor de 3,500 personas murieron en la masacre, incluidos los que se rendían y arrojaban sus armas; 2,700 soldados realistas y cualquier hombre, mujer o niño del pueblo (civil o no) que pudiera portar un arma. Según los cronistas de aquella batalla, de pie sobre las ruinas de Drogheda en 1649, Cromwell afirmó que el saqueo de la ciudad (y matanza de su población civil) era el veredicto del juicio de Dios sobre los irlandeses nativos ‘bárbaros’ que habían matado a sus vecinos protestantes en 1641.
La masacre de Wexford
El puerto fortificado de Wexford era esencial para asegurar las líneas de suministros desde Inglaterra. Al saber de lo ocurrido en Drogheda, estos sí accedieron a negociar una rendición. Pero mientras esto ocurría, los soldados de Cromwell asaltaron la fortaleza y asesinaron a los 2,000 soldados de la guarnición a punto de rendirse y a los 1,500 civiles (hombres, mujeres y niños) que habitaban el poblado.
Además prendieron fuego a casi todas las construcciones de la localidad. Debía ser también resultado de un castigo divino, en palabras de Cromwell, y no de sus incontrolables ejércitos.
¿Por que se comportó así el ejército de Cromwell?
Venganza. A lo largo de la conquista de Irlanda en 1649, se creó en los ejércitos parlamentarios un odio hacia su enemigo, utilizando las historias de los asesinatos de protestantes durante la Rebelión de 1641 como una excusa para infligir una violencia extrema y no mostrar misericordia, buscando deshumanizar a su enemigo.
Cromwell contaba en su poder con los 31 volúmenes de la causa sobre la rebelión de 1641. 3,500 declaraciones juradas de los protestantes que habían huido a Dublín o Cork, bien documentadas, aunque bien es cierto que a veces se cuestiona la exactitud de lo relatado (con testimonios personales). Entre las declaraciones de testigos, principalmente protestantes, también constan las de algunos católicos; con ellas se hizo una idea general sobre los eventos de la rebelión, la pérdida de bienes, la actividad militar y los presuntos crímenes cometidos por los irlandeses insurgentes.
Según el historiador Micheal O´Siochru, autor del estudio sobre la campaña de Cromwell en Irlanda titulado “El verdugo de Dios”:
Había unas reglas de la guerra bien definidas en la que se permitían ciertas cosas y otras no. Cuando se trataba de lidiar con los católicos irlandeses, Cromwell fue más allá en sus deberes de guerra. Como comandante en jefe, tendría que asumir la responsabilidad final.
La Causa de la Rebelión de 1641
La rebelión de 1641 resultó ser uno de los momentos más controvertidos en la historia de Irlanda, ya que se cree que fue cierta aquella masacre de colonos protestantes durante los primeros meses del levantamiento.
Cientos de panfletos impresos en Inglaterra describían las supuestas atrocidades cometidas por los irlandeses a lo largo de la década de 1640, que contribuyeron al estallido de la Guerra Civil Inglesa y llevaron a la decapitación de Carlos I.
Si bien gran parte de las evidencias recopiladas en las declaraciones ha sido ampliamente impugnadas desde sus inicios causando una controversia significativa a lo largo de los años, debido principalmente al tiempo que había transcurrido entre el evento y las declaraciones, se cree que han jugado un papel clave en el establecimiento de la identidad británico-protestante en Irlanda, especialmente en el Ulster.
Las declaraciones afirman que la Rebelión de 1641 comenzó con una masacre de colonos protestantes que habían desposeído a la población católica irlandesa de sus tierras durante el proceso planificado de colonización llevado a cabo por Reino Unido (Jacobo I) para ocupar la provincia de Úlster, en Irlanda. La masacre de protestantes ayudó a moldear la identidad protestante en Irlanda, la sensación de estar sitiada, de ser víctimas de la agresión católica.
Incluso hasta el día de hoy en las marchas pro Orange del norte, muchas pancartas hacen referencia a los sucesos de 1641, en particular la notoria masacre de protestantes en el puente Portadown en Armagh, donde los plantadores fueron sacados de sus hogares y obligados a entrar en el río hasta morir ahogados.
Las declaraciones de 1641 están disponibles en línea a través de un proyecto de digitalización dirigido por Trinity College Dublin, se puede ver el catálogo completo.
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