Albert Fernand Séverin Roche nació en Réauville (zona oriental del sur de Francia) el 5 de marzo de 1895. Tenía 19 años cuando quiso alistarse a filas en los inicios de la Gran Guerra. A pesar de sus ganas de luchar por Francia, el ejército se niega a reclutarlo porque mide 1´58 y se lo considera demasiado bajito para el ejército.
Albert Roche, un soldado inquieto
Pero Albert Roche sigue decidido a unirse al ejército, por lo que acude a otro banderín de enganche en una ciudad vecina para ver si allí conseguía ser reclutado. Lo consigue, siendo destinado al 30º batallón de cazadores. Pero su comportamiento no es el mejor, tiene varias peleas con compañeros y termina por huir de su batallón. Sus mandos lo encuentran rápidamente, considerándolo un desertor, y es encarcelado.
Cuando se le pidió explicaciones de su fuga, alegó que él no quería estar en ese campamento, que allí estaban los malos soldados. Él quería estar en el frente, donde se lucha.
Por sus palabras y su deseo fervoroso de ir al frente, fue liberado. Y el 3 de julio de 1915 fue enviado al frente, al 27º batallón de cazadores alpinos. Es el comienzo de sus hazañas.
En el frente de la Primera Guerra Mundial
Sus camaradas enfatizan rápidamente con él. Es valiente, tiene coraje y suele ofrecerse voluntario para las misiones más complicadas.
En una ocasión se arrastró hacia una trinchera alemana para destruir un nido de ametralladoras. Llegó a la posición y arrojó un puñado de granadas sobre una estufa que los alemanes estaban usando para calentarse. El estruendo y la destrucción fue tan grande que pensaron que se les venía encima por sorpresa todo el batallón francés y deciden, los 8 supervivientes enemigos se rinden.
El “pequeño cazador alpino” (como se le conocerá en el futuro), que no querían dejar entrar en el ejército, acababa de capturar a 8 soldados alemanes, destruyó la posición enemiga y, encima, trajo de vuelta la ametralladora del nido. Por esta acción es promovido a cazador de primera clase.
El “pequeño cazador alpino”, soldado de élite
Su unidad es trasladada a una trinchera en Alsacia, allí, tras un asalto alemán los franceses sufren cuantiosas pérdidas humanas quedando Roche como último superviviente defendiendo la posición.
Entonces usa los cadáveres de sus camaradas, levantándolos y poniéndoles un arma, para hacer creer a los alemanes que habían llegado refuerzos. Así, en solitario, defiende la trinchera y repele un nuevo asalto alemán disparando uno tras otro, los rifles que había puesto en manos de sus compañeros muertos.
Albert Roche multiplica increíblemente sus hazañas durante la guerra. Bate todos los récords en el número de soldados alemanes capturados cada mes.
En una de tantas misiones de reconocimiento, fue hecho prisionero. Durante el interrogatorio, se las arregla para apoderarse de un arma y matar a su interrogado. La hazaña no se detiene ahí, salva a su teniente, que estaba herido llevándolo a hombros y capturó a todos los alemanes que los tenían cautivos, además de los que se encontraba por el camino. No me preguntéis como lo hizo, pero en total trae de vuelta a 42 prisioneros y su teniente herido sobre la espalda.
La situación parece impensable, digna de una película o de la propaganda de guerra, pero, según los historiadores de la Gran Guerra, los archivos no mienten, el soldado Albert Roche logró esta hazaña y el teniente la suscribió.
1917, hazaña y captura
En 1917 “el pequeño cazador alpino” casi muere. Ocurrió durante la ofensiva de la Ofensiva de Nivelle; su capitán había quedado gravemente herido entre las líneas, Albert Roche escuchando solo a su coraje, decide ir a salvarlo. Durante casi 6 horas se arrastrará entre las trincheras y alambradas para salvar a su oficial, y le llevará otras tantas horas traerlo de vuelta a la posición francesa, para que lo atendieran los sanitarios.
Tras aquel esfuerzo sobrehumano, Roche se desvanece y se queda dormido antes de bajar a la trinchera. Según dicen en el agujero provocado por una bomba.
Horas más tarde es encontrado por una patrulla francesa que no le conoce y es acusado de abandonar su puesto en plena batalla.
Albert Roche es llevado una vez más a prisión. Según el código militar para tiempos de guerra, a un desertor se le debe ejecutar en las siguientes 24 horas tras su captura. Roche trata de explicar que no ha desertado, pero nadie le cree. Su situación es desesperada.
En una hora me ejecutarán, pero te aseguro que soy inocente
Carta de Albert Roche para su padre
Pero sucede el milagro, de nuevo de película. El capitán que Albert ha salvado acaba de despertarse y es informado de la suerte del soldado que lo salvó. Rápidamente trata de hacer llegar un mensaje al oficial de servicio que ordena la ejecución. Albert Roche se ha vuelto a salvar.
El reconocimiento a Albert Roche
Cuando el Esta Mayor francés es informado de todas sus acciones de guerra, el “pequeño cazador” es nombrado caballero de la Legión de Honor el 3 de septiembre de 1918, la más alta distinción francesa. Al finalizar el conflicto, a los 23 años, todavía era soldado de primera clase.
El 27 de noviembre de 1918, el Mariscal Ferdinand Foch, comandante en jefe de los ejércitos Aliados, lo presentó en el balcón del ayuntamiento de Estrasburgo frente a una inmensa multitud diciendo:
Alsacianos, os presento a vuestro libertador Albert Roche. ¡Es el primer soldado en Francia!
Además, poco antes del discurso, el Mariscal leyó con gran asombro todos los actos heroicos y estadísticos de los soldados. Cuando leyó los de Roche exclamó:
¡Hizo todo esto, y no tiene una sola tira de lana!
(refiriéndose a sus galones)
En aquella triste guerra, Roche, fue un soldado desconocido por muchos que nunca alardeó de sus acciones. Pero el ejército francés no se olvidó de él y, en 1920, él y siete de sus compañeros llevaron el ataúd del Soldado Desconocido durante la ceremonia en el Arco del Triunfo. Uno de los más emotivos actos tras el armisticio de la Primera Guerra Mundial.
Albert fue nombrado también miembro de la delegación francesa en Londres en 1925 junto el general Gouraud para asistir al funeral de John Denton Pinkstone French. Él y cinco representantes del ejército francés fueron invitados a cenar con el rey Jorge V en su palacio. Hoy es considerado como uno de los más grandes soldados de la historia de Francia.
Resumen de sus acciones durante la guerra:
- Capturó un total de 1.180 soldados alemanes.
- Fue herido en 9 ocasiones
- Salvó la vida de 2 oficiales en solitario
- Único voluntario para decenas misiones de reconocimiento y sabotaje
- Defendió una posición en solitario tras la muerte de sus compañeros
- Huyó de un interrogatorio en líneas enemigas
- Mató a docenas de enemigos
Condecoraciones
Oficial de la Legión de Honor
Médaille Militaire.
Croix du combattant volontaire.
Croix de Guerre.
Tras la Guerra
Regresó a su hogar tras la guerra, se casó trabajó en una fábrica de cartón además de como bombero. Apenas habló de sus actos de guerra y vivió en paz con su familia hasta abril de 1939, a los 44 años, que fue atropellado por un automóvil al bajarse de un autobús.
Edouard Daladier exigió que se le dieran honores militares durante el funeral. En 1971, el municipio de Réauville erigió una estela en su memoria frente a su lugar de nacimiento.
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