La Historia nos regala a veces personajes de gran valor humano, quizás don Juan José sea uno de esos pocos. Siendo el hijo bastardo de Felipe IV fue siempre leal a su hermanastro Carlos II y luchó por su bien y por el bien de los reinos hispánicos.
Ascenso de don Juan José de Austria
A la edad de trece años (1642), Juan José es finalmente reconocido por su padre, Felipe IV pero no se le otorgó legitimidad. La corona procuró para el joven una educación adecuada a su sangre y otorgarle categoría ante los miembros de la corte.
En 1643, con 14 años, Felipe IV y el Consejo le nombraron Gobernador de los Países Bajos y Capitán General. Pero ante la oposición flamenca —a causa de su edad— frustrarían ese nombramiento. Finalmente y con éxito, se le nombró Príncipe del Mar, en otras palabras, el mando total sobre las flotas militares de la corona. Eso fue en el año 1647, con apenas 18 años.
Primeras victorias
A los pocos meses de su nombramiento, en Nápoles se producían unos disturbios causados por los impuestos a productos básicos. Los tumultos adquirieron cada vez más características separatistas por la influencia de Francia, que ya estaba mandando más tropas hacia Nápoles y Barcelona. Cabe matizar que nos encontramos en plena Guerra de los Segadores y Guerra de Restauración Portuguesa pero don Juan José aún tardará en tomar partido en ellas.
Nápoles
Con la llegada de don Juan a Nápoles, este optó por la negociación en vez de la represión. Apartó al virrey para evitar tensiones en las negociaciones – ya que era muy odiado- y reunió a los líderes de la revuelta. Llegaron a acuerdos de poner fin a los disturbios a cambio de la destitución del virrey duque de Arcos. El rey Felipe IV dio a don Juan José el virreinato de Nápoles y plenos poderes políticos para fomentar la estabilidad en el territorio y no perder la lealtad del pueblo. Curiosamente, pasado apenas un mes Felipe IV nombraría otro virrey.
Don Juan acató y ayudó al nuevo virrey a recuperar Italia para el rey y garantizar así su estabilidad. Pero antes de abandonar el cargo, don Juan, usó los plenos poderes otorgados por su padre para liberar Nápoles de muchos de los impuestos que cargaban. Como recompensa por este buen hacer fue nombrado virrey de Sicilia.
Sicilia
En su gobierno se encargó de reformar y reducir los efectivos de los tercios ya que eran demasiados para el limitado territorio. Pero sobretodo enfocó su gobierno en liberar las plazas tomadas por Francia durante los años que duró la revuelta, Porto Longone y Piombino. Tras años de inconvenientes a causa de la política, la crisis y las revueltas no será hasta 1650 que podría dedicarse a conquistar esas plazas. En menos de dos meses logró recuperarlas de forma casi simultánea.
Don Juan quería fama y gloria; quería lograrlo en la guerra. Por suerte para él, su padre le envió en 1651, con 22 años a integrarse en la guerra para recuperar Cataluña que estaba ocupada por franceses y por los rebeldes de la Diputación General del Principado de Cataluña.
Consolidación de don Juan José
En Cataluña tomó rápidamente Barcelona a cambio de garantizar sus fueros, y con ella el control del principado. Como recompensa fue nombrado virrey de Cataluña. Don Juan se labró una brillante carrera militar y política como Virrey de Cataluña (1653-1656), ganándose el favor y cariño de sus nobles al limpiar de franceses su territorio y garantizar las constituciones e instituciones tras su toma. También se ganó el respeto de la burguesía.
Fue muy activo, igualmente, en la Guerra franco-española contra Francia y Holanda donde llegó a situaciones límite sufriendo terribles masacres y derrotas. En la península también participó en la pacificación de Andalucía y la guerra contra Portugal.
Don Juan mantenía una relación muy viva con muchos nobles de Castilla, Aragón y Cataluña a través de correspondencia. Gozaba de mucho carisma entre las tropas. A la muerte de su padre que le garantizó honores y respetos en su testamento se sentía frustrado por no ser miembro de la Junta de Regencia. Tenía una gran enemistad tanto como la reina regente como con Nithard, el valido.
Golpe contra Nithard
Don Juan era el principal opositor de Nithard y todos sus opositores se aliaron junto a Juan José para hacer frente a su mala gestión. Delante del poder de este, Nithard y la reina pretendiendo debilitar su poder o intimidarle. Ordenaron ejecutar a uno de sus servidores don José Melladas. La reacción de don Juan fue inmediata, alzó un ejército en Aragón y Cataluña desde donde marchó hacia Madrid obteniendo apoyos de más nobles enemistados con la reina y Nithard. Al llegar a la capital depuso al jesuita en 1669. Don Juan ya tenía 40 años para entonces.
Con la caída de Nithard el puesto de valido lo ocupó Valenzuela, un hombre hábil de la baja nobleza que se había granjeado de la reina acumulando cargos de forma muy acelerada. Valenzuela destacó por su política de obras públicas y reformas en la hacienda para reducir la inflación. Inicialmente logró el favor de la nobleza organizando grandes fiestas y banquetes. Tenía un don para enterarse de todos los chismes de la corte por lo que era apodado el Duende.
Golpe contra la reina
Mariana y Valenzuela —el valido de la reina— querían apartar a don Juan de Carlos II, ya que le profesaba auténtico cariño fraternal y procuraba por sus intereses. Se le intentó mandar como virrey a Sicilia a lo que se resistió alegando la mayoría de edad del monarca (1675), pero, manipulado por Mariana, Carlos cedió y envió a don Juan a Sicilia.
El precio de esto fue que Valenzuela fuese también apartado de la corte, aunque rápidamente se volvió a posicionar en lo más alto (1676) con gran acumulación de cargos.
Esta última acción fue la gota que colmó la paciencia de los grandes de España que pidieron a don Juan que interviniese. Don Juan que había logrado instalarse en Aragón como virrey; armó de nuevo un ejército y se dirigió otra vez a Madrid en 1677. La reina fue forzada a renunciar a sus cargos en la junta de gobierno y cedérselos a don Juan.
Golpe contra Valenzuela
Hay una anécdota respecto a este episodio. Valenzuela corrió a esconderse al Monasterio del Escorial confiado en que al estar en suelo sagrado no podría ser apresado. Don Juan hizo caso omiso de eso y ordenó asaltar el monasterio y sacar a rastras a Valenzuela. Se lo acusó de prevaricación, venta de cargos públicos y de haber robado unos cien millones de reales. Finalmente fue desterrado en Filipinas.
Gobierno final de don Juan José
Don Juan se estableció como primer ministro del Rey, siendo su mayor aliado, mientras Carlos II consolidaba su poder. Aplicó una política reformista y, dada su buena relación, quiso dar mucha más importancia a la Corona de Aragón, ya que gracias a ella había logrado ser quién era.
Organizó viajes para su hermano, el Rey, por todo el territorio de la corona para jurar las constituciones, pero tuvo que cancelarse por el elevado precio y por la mala salud —como bien sabemos— del soberano. Concertó para el matrimonio con María Luisa de Orleans para intentar mejorar las relaciones con Francia. Esta primera esposa le profesará mucha lealtad y cariño, aunque fue enormemente impopular por no quedarse embarazada. Don Juan morirá en 1679 envenenado, con 50 años.
Fuente:
Dominguez Ortiz, Antonio. El Antiguo Régimen: Los Reyes Católicos y los Austrias. 1979
Documentos Varios. Biblioteca Nacional de España.
