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Jerónimo de Pasamonte: el soldado que inspiró a Cervantes

Jerónimo de Pasamonte, un nombre que para muchos puede pasar desapercibido, esconde una de las historias más fascinantes del Siglo de Oro español. Soldado, cautivo y escritor, su vida estuvo marcada por la lucha, la supervivencia y la búsqueda de reconocimiento en un mundo dominado por las guerras y las letras.

Aunque su autobiografía, Vida y trabajos de Jerónimo de Pasamonte, no alcanzó la fama de otras obras de su tiempo, su figura ha sido objeto de interés por su posible influencia en la creación de uno de los personajes más icónicos de la literatura universal: Ginés de Pasamonte, el pícaro galeote de Don Quijote de la Mancha.


Un soldado al servicio de la Monarquía Hispánica

Jerónimo de Pasamonte nació en 1553 en el seno de una familia de infanzones aragoneses, Jerónimo de Pasamonte quedó huérfano a temprana edad. A los ocho años perdió a su madre, Jerónima Godino, y a los diez, a su padre, Jerónimo de Pasamonte.

Fue criado por sus tíos Pedro Luzón y María de Pasamonte, aunque pronto fue enviado a Soria para servir al obispo. Más tarde, su hermano mayor, Esteban de Pasamonte, lo llevó de regreso a Aragón, donde estudió Gramática y Latín en Maluenda bajo la tutela de un tío materno, mosén Godino.

A los trece años, Jerónimo se inscribió en la Cofradía de la Madre de Dios del Rosario Bendito en Calatayud, mostrando una devoción que mantendría durante toda su vida. Sin embargo, su juventud estuvo marcada por conflictos familiares y decisiones difíciles. A los diecisiete años, tras un desacuerdo con su tío clérigo, huyó a Zaragoza, donde hizo un voto religioso de ingresar en un monasterio. Este deseo fue frustrado por su hermano mayor, quien consideraba que esa decisión deshonraría al linaje familiar.

Ante la imposibilidad de seguir una vida religiosa y sin recursos para estudiar en Roma, Pasamonte optó por alistarse como soldado. En 1571, se unió a la compañía del capitán Enrique Centellas, parte del tercio de Miguel de Moncada, y embarcó hacia Italia para servir bajo las órdenes de Juan de Austria. En este tercio también militaba Miguel de Cervantes, lo que llevó a que ambos compartieran experiencias durante un periodo crucial de sus vidas.

Cervantes en Lepanto según Ferrer Dalmau

Pasamonte participó en algunas de las campañas más significativas de su tiempo, como la Batalla de Lepanto, la batalla de Navarino o la toma de la Goleta, enclaves estratégicos en el norte de África. Estas fortalezas eran clave en la lucha contra el Imperio Otomano, que representaba una amenaza constante para los intereses hispánicos en el Mediterráneo.

Sin embargo, en 1574, las tropas españolas sufrieron una derrota devastadora cuando los otomanos tomaron Túnez y La Goleta. Fue en este contexto donde Jerónimo de Pasamonte cayó prisionero, iniciando un cautiverio que marcaría profundamente su vida.


Dieciocho años de cautiverio en las galeras otomanas

El cautiverio de Jerónimo de Pasamonte no fue breve ni fácil. Durante dieciocho años, estuvo sometido a las duras condiciones de las galeras otomanas, donde los prisioneros eran forzados a remar bajo condiciones inhumanas. Las galeras eran auténticas prisiones flotantes, donde la vida de los cautivos dependía de la voluntad de sus captores y de su resistencia física.

Galera Otomana

A pesar de las penurias, Pasamonte logró sobrevivir gracias a su ingenio y ganas de vivir. Su experiencia como prisionero le permitió conocer de cerca las costumbres, lenguas y estrategias del enemigo, un conocimiento que más tarde sería valorado por la Monarquía Hispánica tras su liberación.


El regreso a la Cristiandad y su vida como escritor

Finalmente, en 1592, logró reunir el dinero necesario para su liberación. Tras un peligroso viaje de regreso, llegó a Nápoles en junio de ese año y desembarcó en España a principios de 1593. Al regresar a Zaragoza, descubrió que su hermano mayor había fallecido y que la herencia familiar había pasado a su sobrino. Esto lo llevó a escribir un memorial dirigido al Rey, en el que relataba sus servicios militares y los sufrimientos de su cautiverio, con la esperanza de obtener una recompensa. Este memorial será la base de su autobiografía, Vida y trabajos de Jerónimo de Pasamonte.

En esta obra, Pasamonte narra con detalle sus vivencias, desde su infancia en Aragón hasta su cautiverio en las galeras otomanas y su posterior liberación. La autobiografía, escrita con un estilo directo y sincero, es un testimonio valioso de la vida de un soldado común en el Siglo de Oro, alejado de las glorias y los triunfos que suelen protagonizar las crónicas oficiales.

El manuscrito permaneció inédito hasta 1922, cuando fue publicado por Raymond Foulché-Delbosc en la Revue Hispanique. A pesar de su valor histórico, la obra también ha sido objeto de controversia. Algunos estudiosos sugieren que Miguel de Cervantes se inspiró en Pasamonte para crear al personaje de Ginés de Pasamonte en Don Quijote de la Mancha, un galeote que también escribe su autobiografía.

Pasamonte no se limitó a relatar sus sufrimientos; también reflexionó sobre la condición humana, la guerra y la fe. Su obra es un ejemplo temprano de literatura autobiográfica en España, un género que en su tiempo no gozaba del prestigio que tendría siglos después, pero que muchos practicaban.

Tras ver frustrado su intento de obtener un beneficio real que le permitiera hacerse sacerdote, Pasamonte regresó al Reino de Nápoles en 1595. Allí sirvió como soldado en Gaeta, donde afirmó haber sido víctima de hechicerías y envenenamientos, experiencias que reflejan las creencias supersticiosas de la época.

En 1599, obtuvo una plaza de residente en Nápoles, lo que le permitió retirarse de la milicia activa. Ese mismo año contrajo matrimonio, aunque su vida familiar estuvo marcada por conflictos con su cuñada y suegra, a quienes acusaba de practicar brujería. A pesar de estas dificultades, continuó escribiendo y dedicándose a la práctica religiosa.

Anónimo, Viñeta de portada con Don Quijote (1618),grabado en cobre (Cervantes Saavedra, Seconde partie de l’histoire de l’ingénieux et redoutable chevalierDon Quichotte de la Manche, 1618).

La polémica con Cervantes: ¿El verdadero Ginés de Pasamonte?

Uno de los aspectos más intrigantes de la vida de Jerónimo de Pasamonte es su posible relación con Miguel de Cervantes. Ambos compartieron experiencias similares: fueron soldados, cayeron prisioneros en manos de los otomanos y escribieron sobre sus vidas. Sin embargo, la conexión más directa entre ellos se encuentra en Don Quijote de la Mancha, donde aparece un personaje llamado Ginés de Pasamonte, un galeote pícaro y astuto que parece estar inspirado en Jerónimo.

El personaje Ginés de Pasamonte según una edición del Quijote de 1879

Ginés de Pasamonte, presentado como un escritor que presume de haber escrito su propia autobiografía, es un personaje que combina humor y crítica social. Su nombre y características han llevado a muchos estudiosos a especular que Cervantes, quien también había sido cautivo y conocía a Pasamonte, pudo haberlo utilizado como modelo para este personaje. Sin embargo, esta teoría no está exenta de controversia. Algunos argumentan que Cervantes pudo haber creado a Ginés como una sátira general de los escritores de autobiografías, mientras que otros ven en ello una burla directa hacia Pasamonte.

Sea cual sea la verdad, lo cierto es que esta posible conexión ha contribuido a mantener viva la memoria de Jerónimo de Pasamonte, un hombre cuya vida y obra reflejan las complejidades de su tiempo.

Una de las teorías más intrigantes sobre Jerónimo de Pasamonte es su posible relación con el Quijote apócrifo (1614), firmado por Alonso Fernández de Avellaneda. Según Martín de Riquer y otros estudiosos, Pasamonte podría haber escrito esta obra como una venganza contra Cervantes, quien lo habría satirizado en la figura de Ginés de Pasamonte… pero esta es una hipótesis que sigue siendo objeto de debate.



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Miguel Ángel Ferreiro

Militar de carrera, autor de "La Segunda Columna" (Ed.Edaf), director de este proyecto e Historiador del Arte (UNED). Entre África y Europa, como el Mediterráneo.
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