Fahrenheit 451 de Ray Bradbury (1920-2012) se publicó en 1953. Para comprender al completo el valor y el impacto de este trabajo literario es importante conocer el contexto histórico y cultural en el que fue escrito:
- la Segunda Guerra Mundial había terminado recientemente;
- en Estados Unidos la política del senador republicano McCarthy (el llamado macartismo) difundió un anticomunismo exasperado y el miedo a un conflicto atómico;
- en esos mismos años, la tecnología hizo los primeros avances significativos, acompañada sin embargo de temores sobre su posible evolución en detrimento de toda la humanidad.
El resumen de la novela
Fahrenheit 451 se sitúa en un futuro hipotético; en una sociedad “supertecnológica” gobernada por un poder central autoritario y opresivo, que garantiza el orden social con reglas muy específicas.
Todos los ciudadanos deben usar la televisión (cuyos programas son establecidos por el gobierno central) para educarse, informarse y vivir según las normas establecidas. Las casas tienen enormes pantallas planas en las paredes, mientras que cada espacio al aire libre está controlado por cámaras de CCTV.
Está prohibido que cualquier persona posea libros o revistas de cualquier tipo; la lectura se considera un delito muy grave. Un cuerpo especial de “bomberos” se compromete a quemar todo tipo de publicaciones: en lugar de apagar incendios, los encienden.
Los protagonistas de Fahrenheit 451
El protagonista de Fahrenheit 451 es Guy Montag. Tiene unos 30 años; es un bombero modelo (su padre y su abuelo también fueron bomberos); su casco lleva el número 451.
Cierto día Montag conoce a Clarisse, una opositora a las reglas del gobierno. Le atrae su personalidad, tan diferente a la de su esposa Mildred, a quien solo le interesa no perderse el último episodio de su programa de televisión favorito. Montag se encuentra con Clarisse en otras ocasiones y se detiene a charlas con ella. Así comienza a “reflexionar” (lo que nunca había hecho antes) y a considerar que quizás haya algo importante en los libros.
Un día, tras una denuncia anónima, Montag y su equipo registran una casa para realizar otro “trabajo de limpieza”, solo que esta vez la policía no se ha llevado a la residente de la casa, como de costumbre. La anciana se niega a abandonar su casa y a sus… por lo que decide morir con ellos pasto de las llamas.
Montag queda impresionado por lo ocurrido y decide leer a escondidas el libro que, sin darse cuenta, escondió bajo su mono antes de salir de la casa de la anciana.
Así descubre que en el pasado existía un mundo más allá del control de la tecnología, en el que se permitía la libertad de pensamiento y el individuo podía dar rienda suelta a sus propias ideas e imaginación a través de la escritura y de la lectura.
Los libros son revolucionarios
Tras recibir la noticia de la muerte de Clarisse, atropellada por un coche, Montag obtiene y lee en secreto otros libros y descubre su poder “revolucionario”, porque los libros contienen la sabiduría de la humanidad que, precisamente por eso, lo hace peligroso para el régimen en el que vive.
Montag intenta involucrar a su esposa en la lectura, pero la mujer no comprende las razones de su esposo y no comparte su curiosidad, acepta pasivamente la estandarización de ideas impuestas por el poder central.
Guy contacta con un viejo profesor, Faber. Con este diseña un plan para eliminar a los bomberos. Pero el plan fracasa y, denunciado por su esposa, Montag es buscado por sus propios colegas.
Durante una acalorada discusión con Beatty, su superior directo, Guy lo mata, agravando así su situación. Entonces se desata una verdadera persecución contra él. Se las arregla para escapar gracias a la ayuda del profesor Faber.
La resistencia
Se une así a un grupo de personas obligadas a vivir en el exilio, la mayoría antiguos profesores o escritores. Su líder es Granger, un empático intelectual. Se han memorizado todos los libros que han leído, porque solo así podrán salvarlos de la destrucción.
Mientras tanto, la ciudad es bombardeada y destruida. Montag y sus nuevos compañeros: esperan poder resucitar la cultura de las cenizas de su horrible sociedad, al igual que el mítico fénix resucitó de sus propias cenizas.
Fahrenheit 451: el comentario
Aunque hayan pasado más de sesenta años desde su publicación, el libro Fahrenheit 451 todavía demuestra hoy toda su extraordinaria relevancia: los hombres no deben aceptar las reglas impuestas por la sociedad, o el “imperativo social”, sin cuestionarse las implicaciones que estas conllevan; deben seguir leyendo, adquiriendo conocimientos para argumentar, pensar y reflexionar como “individuos” y no como una “masa”.
Los libros son una herramienta válida para responder a los más variados “por qué”. Son necesarios para partir de ideas, problemas o contenidos que, elaborados personalmente, forman una mente abierta, constructiva, crítica y actualizada.
El hombre que se educa a sí mismo es libre , porque rompe la cadena que lo atrapa en la ignorancia. Ignorar significa no reconocer los propios derechos y deberes.
Más actual que nunca, quien nos iba a decir que estaríamos en un tiempo que empezaríamos a vivirlo.