El 8 de septiembre de 1925, la historia militar cambió en las aguas de la bahía de Alhucemas. Allí, bajo un cielo encapotado y el rugido de los acorazados, España puso en marcha la primera operación anfibia moderna de la era contemporánea. Hace 100 años, el día 8 de septiembre de 1925, dio comienzo la operación de desembarco en Alhucemas.

Entre los protagonistas silenciosos de aquel amanecer estuvo el Buque de la Armada “Dédalo”, portahidroaviones único en su género, convertido en “buque-estación” para hidroaviones, globos cautivos y un dirigible SCA. Desde su cubierta y grúas se levantó un sistema aéreo inédito: observación continua, corrección de fuegos navales y bombardeo ligero contra las posiciones rifeñas que defendían las playas de Ixdain y La Cebadilla.
¿Qué era exactamente el Dédalo en 1925?
En los papeles de planeamiento y en las crónicas técnicas de la Armada, el Dédalo figura como Estación Transportable de Aeronáutica Naval: plataforma de hidroaviación y aerostación para reconocimiento, regulación de fuegos y enlace en la bahía.
Su origen estuvo en un vapor mercante alemán requisado tras la Gran Guerra y rebautizado en España. La transformación se ejecutó en Barcelona: La empresa Talleres Nuevo Vulcano, de Barcelona, efectuó las obras. Aquella conversión lo convirtió en pionero del Arma Aérea embarcada.
Para Alhucemas la dotación aerostática y de hidroaviones definió su empleo táctico: el buque estación Dédalo, que disponía de un globo cautivo AP de 1.100 metros cúbicos y de un dirigible tipo SCA. Doctrinalmente no se concibió como portaaviones de cubierta corrida, sino como buque de apoyo a hidroaviones y observación, por lo que no debe pensarse en el portahidroaviones Dédalo como un portaviones en el concepto moderno.

La arquitectura logística prevista para sostener la aviación naval se completó con la base de hidroaviones del Atalayón (Melilla) y un buque auxiliar para repostajes; la misma fuente detalla que, además del dispositivo costero, se situaría en la bahía de Alhucemas dando al mismo tiempo servicio el buque estación Dédalo para facilitar la acción aérea ofensiva.
Estas líneas fijan el lugar del Dédalo en el dispositivo: plataforma de despliegue de hidroaviones, estación de globos y dirigible, y nodo de comunicaciones con buques y fuerzas de tierra. En términos operativos, su misión fue permitir observación estable y sostenida (aeronaves y globo), regulación del tiro naval y apoyo a bombardeos y reconocimientos en el litoral del Morro Nuevo y las playas de la Cebadilla e Ixdain.

La fuerza combinada: dónde encaja el Dédalo
El despliegue naval hispano-francés que amparó el desembarco bajo mando unificado se describe con claridad en la síntesis operativa del Instituto de Historia y Cultura Naval: Fuerzas Navales: 2 acorazados (Jaime I y Alfonso XIII), 1 portahidroaviones (Dédalo), 4 cruceros, 7 cañoneros, 11 guardacostas, 6 torpederos, 7 guardapescas, 4 remolcadores, 2 aljibes, 26 barcazas de desembarco, y 27 transportes.
Con ese marco de fuerzas, el encaje orgánico del Dédalo queda fijado en la “Escuadra de Instrucción”, constituida como reserva estratégica y puesta a disposición del Mando: La Escuadra de Instrucción, al mando del vicealmirante Francisco Yolif y Morgado, estaba formada por 2 acorazados, Jaime I y Alfonso XIII; 2 cruceros, Méndez Núñez y Blas de Lezo; 2 cazatorpederos, Alsedo y Velasco, y el portaaviones Dédalo. Constituyó una reserva estratégica a disposición del Mando.

Orden de batalla por agrupaciones
España
Escuadra de Instrucción (reserva estratégica, Vicealmirante Francisco Yolif y Morgado)
- Acorazados: Jaime I, Alfonso XIII.
- Cruceros: Méndez Núñez, Blas de Lezo.
- Cazatorpederos: Alsedo, Velasco.
- Aeronáutica naval / apoyo: portahidroaviones Dédalo (funciones de estación aerostática e hidroaviación). La operación contó también con la intervención de la Aeronáutica española (portaaviones Dédalo), el Grupo de hidroaviones de Mar Chica y una escuadrilla francesa del tipo Goliath de bombardeo pesado.
Fuerzas de escolta y apoyo al convoy de la Brigada de Ceuta (Contraalmirante Eduardo Guerra Goyena)
- Cruceros: Reina Victoria Eugenia (insignia), Extremadura.
- Cañoneros: Cánovas del Castillo, Canalejas, Recalde, Dato, Bonifaz, Laya.
- Guardacostas: once unidades tipo “Uad”.
- Torpederos: seis.
- Guardapescas: siete.
Estaba formada por los cruceros acorazados Reina Victoria Eugenia, buque insignia, y Extremadura; cañoneros Cánovas, Canalejas, Recalde, Dato, Bonifaz y Laya; 11 guardacostas ‹Uad›, 6 torpederos, 7 guardapescas.

Notas operativas comprobables (incidencias previas al 8 de septiembre)
- En la noche del día 7 de septiembre de 1925, víspera del desembarco de Alhucemas, el destructor Alsedo fue colisionao por el cañonero Cánovas del Castillo teniendo que retirarse para realizar reparaciones.
Medios de desembarco y transportes
- Barcazas tipo K (relación por grupos K-1 a K-26 asignados a buques de remolque y maniobra).
- Transportes (Brigada de Melilla): Lázaro, Aragón, Navarra, Sagunto, Alhambra, Menorca, Jorge Juan, Florinda, Romeu, Roger de Flor, Villarreal (buque hospital), Cullera; además de un buque aljibe de 100 t. La Brigada de Melilla… embarcó en los transportes siguientes: Lázaro, Aragón, Navarra, Sagunto, Alhambra, Menorca, Jorge Juan, Florinda, Romeu, Roger de Flor, Villarreal (buque hospital), Cullera; y un buque aljibe de 100 t.

Francia (fuerzas navales de apoyo al convoy de la Brigada de Melilla; Almirante Hallier)
- Acorazado: Paris.
- Cruceros: Strasbourg, Metz.
- Torpederos: Annamite, Tonkinois.
- Monitores/avisos: Amiens, Reims.
- Remolcador con globo cautivo.
Por su parte, las fuerzas navales de apoyo de la Armada francesa… estaban constituidas por un acorazado, el París; 2 cruceros, Estrasburgo y Metz; 2 torpederos, Anamite y Tonkinois; 2 monitores, Amiens y Reims, y 1 remolcador con un globo cautivo.
Empleo conjunto de fuegos y aviación
El mismo esquema doctrinal —ensayado con simulacros y con inicio de fuegos coordinado— había previsto la secuencia del 8 de septiembre: tras una intensa preparación por el fuego de la artillería naval y bombardeos aéreos se lleva a cabo el desembarco.
En ese dispositivo, el Dédalo actuó como portahidroaviones y buque-estación de aerostación, integrando la casi totalidad de la Aeronáutica Naval desplegada en la operación: Muchas de estas aeronaves correspondían a la Aeronáutica Naval, que intervino con la casi totalidad de sus unidades operando desde el portahidroaviones Dédalo, o desde Mar Chica y otros lugares.

Calendario y maniobra: del 6 al 8 de septiembre
La secuencia inmediata al desembarco se articula en tres jalones:
6–7 de septiembre: engaño operativo y concentración
Desde las primeras horas de la mañana del día 6 de septiembre decenas de aviones procedentes de Melilla iniciaron en sucesivas oleadas un duro ataque sobre la zona de Sidi Dris, para posteriormente efectuar el simulacro de desembarco, que concluía al atardecer, emprendiendo la marcha cada convoy hacia la bahía de Alhucemas.
Durante estas 48 horas de aproximación y fijación, el componente de aerostación tuvo un papel instrumental en la corrección del tiro: la misma crónica puntualiza que, pese al bajo techo de nubes, se corregía el tiro artillero el globo amarrado al acorazado Jaime I.
8 de septiembre: apertura de las cabezas de playa
La embarcación y remolque de barcazas K se completó a primera hora, y a las 11:30 se inició el asalto en Ixdain. La descripción técnica precisa que las barcazas iniciaron su asalto hacia tierra bajo el mando del coronel Franco, con cobertura de escuadrillas de Bristol, Fokker e hidroaviones, mientras la Escuadra batía las alturas de la costa.

El papel del Dédalo se percibe aquí en dos capas: por un lado, sostén de hidroaviones que reconocen y golpean posiciones; por otro, plataforma de aerostación para ajustar el golpeo naval. Ambas funciones convergen en habilitar fuego preciso sobre Morro Nuevo, Malmusi y los relieves que dominaban la Cebadilla.
9–14 de septiembre: consolidación y contragolpes rifeños
Con mar más franca, el 10 se completó la descarga de boca y guerra de la brigada de Ceuta; el 11 desembarcó la columna de Melilla en la playa de los Frailes. El texto operacional remarca la presión continuada sobre las piezas enemigas y detalla la pérdida de varios aparatos (Fokker, Dornier, Napier, Bristol), con continuidad de misiones “con un alto espíritu combativo”.
De nuevo, el nexo aéreo-naval —hidroaviones, globos, observación y fuegos— fue el vector que permitió sostener la cabeza de playa y neutralizar posiciones artilleras que variaban con frecuencia su emplazamiento.

Aerostación y enlace: por qué el Dédalo era imprescindible
Los planificadores detectaron, desde el principio, un límite propio de los aviones de la época: Como los aviones carecían de las condiciones para realizar una observación continuada del fuego de la artillería naval, hacía obligado utilizar globos cautivos amarrados a barcos, o dirigibles.
La decisión operativa fue concentrar una unidad de Aerostación del Ejército y el buque-estación Dédalo a la zona de operaciones. La literalidad de la fuente especifica su dotación (globo AP-1.100 y dirigible SCA-1.500) y enuncia el criterio: unidad de observadores mixtos (Marina y Ejército) y amarre de globo al acorazado Jaime I cuando el relieve de costa impedía elevarlo desde el islote.
Ese arreglo técnico convirtió al Dédalo en una pieza de enlace, con comunicaciones seguras barco-tierra, capaz de “facilitar la acción aérea ofensiva” en la bahía y de integrar la observación con los ciclos de fuego naval sobre Morro Nuevo y el arco de la península del Morro.


Museo del Ejército de Toledo (foto: Miguel Ángel Ferreiro)
Dónde se le necesitó: Atalayón, bahía y derrotas de aproximación
La organización de los medios aéreos y navales contempló un triángulo operacional:
- El Atalayón (Melilla), como base de hidroaviones y depósito de combustible y munición.
- Aeródromos intermedios (Dar Drius, Ben-Tieb, TAFersit), para sostener reconocimiento y bombardeo en profundidad.
- La propia bahía de Alhucemas, con el Dédalo como buque-estación para observación y apoyo de hidroaviones “a la ofensiva”.
Un orden de batalla con nombre propio: el Dédalo entre acorazados y cruceros
La relación de la fuerza de mar y aire que acudió a Alhucemas —tal y como figura en la síntesis ya citada— lo deja por escrito: Las fuerzas navales hispano-francesas se componían del portaaviones Dédalo.
La fuerza aérea embarcada se escalonó en escuadrillas de reconocimiento, bombardeo y caza, con hidroaviones de ataque y de prospección costera. La aerostación (globo cautivo y dirigible) permitía la corrección de fuegos en tiempo real y la extensión del “ojo” de la escuadra sobre valles, barrancos y explanadas que desembocaban en las playas de Ixdain y la Cebadilla. La propia crónica operativa del CESEDEN subraya esa integración al narrar que la artillería naval batía de continuo las alturas de la costa mientras hidroaviones y escuadrillas de Bristol y Fokker protegían los momentos de llegada a tierra de las fuerzas.

La narrativa táctica: lo que vio el globo, lo que corrigió la mar
Entre el 6 y el 8 de septiembre, el globo cautivo se convirtió en un sensor táctico decisivo. Un detalle de campo recogido en la misma fuente consigna su misión: corregir el tiro artillero desde el Jaime I pese a la nubosidad, mientras los convoyes se aproximaban a la bahía.
Es en ese puente —desde el Dédalo y los acorazados, con enlace a tierra— donde se entiende en conjunto la participación del Dédalo en Alhucemas. No se trató de un “portaaviones” al estilo de la Segunda Guerra Mundial, sino de un buque-estación polivalente que arriaba hidroaviones al agua y sostenía globos/dirigible para ver y transmitir. Los relatos de operaciones, al subrayar que el Dédalo “facilitaba la acción aérea ofensiva” en la propia bahía, visualizan esa trama de medios.
Sostenimiento en costa y continuidad de las salidas
El dispositivo integró apoyo y rescate en el litoral inmediato a la maniobra. A partir de ese punto, el guion de tierra y mar se adentra en lo específico: barcazas K, remolques, oleadas de bombardeo, hidroaviones sobre Cebadilla e Ixdain, y corrección de fuegos desde el globo. La descripción cronística de la apertura de la cabeza de playa —la barcaza varada a 50 metros por rocas sumergidas, el toque de clarín, el avance con el agua al cuello—, sintetiza el tipo de entorno en que operó la combinación de hidroaviones del Dédalo y fuego naval.

El apoyo sanitario —evacuaciones aéreas, buques hospital, servicios de playa— quedó integrado en la maniobra desde la planificación. El relato conmemorativo de 2000 lo explicita como parte de una operación conjunta que, tras Gallípoli, buscó integrar fuegos, maniobra y sostenimiento. Ese marco doctrinal se desgrana, además, en el volumen monográfico del CESEDEN que liga bases terrestres (Dar Drius/Atalayón), Dédalo en bahía y servicio de apoyo y rescate en costa “entre Afrau y cabo Quilates”.
Con la cabeza de desembarco consolidada a mediados de septiembre, la división desembarcada terminó operaciones el 13 de octubre con la ocupación de Axdir. La misma síntesis operativa que nos da la composición de la fuerza y la presencia del Dédalo resume así la progresión posterior: las operaciones españolas y combinadas continuaron, forzando a Abd el-Krim a entregarse a las autoridades francesas el 22 de mayo de 1926.




