Un nuevo huésped en la Sala 31

El Museo Arqueológico Nacional ha incorporado a su exposición permanente una obra que captura la esencia de Madrid con una precisión inquietante. Se trata de Vista de Madrid (Museo Arqueológico desde la calle Serrano), un cuadro de Antonio López que forma parte de la Colección BBVA y que permanecerá en el museo en calidad de depósito durante cinco años.
La pintura, realizada entre 1961 y 1962, se exhibe en la Sala 31, un espacio que enlaza el final del recorrido por la Edad Moderna y Contemporánea con la sección dedicada a la historia del museo. La ubicación no es casual. La obra de López representa un momento concreto de la evolución del propio edificio.
Una mirada detenida en el Madrid de los años 60
Antonio López, maestro del realismo, construye en esta pintura una imagen de Madrid que parece suspendida en el tiempo. La fachada del Museo Arqueológico, con su puerta original flanqueada por esfinges y precedida por una escalera, se convierte en el eje de la composición. La escena muestra el acceso tal como era antes de la reforma de finales de los años 70, cuando la escalera central fue ampliada y se abrieron nuevos vanos en la entrada.
La directora del MAN, Isabel Izquierdo, ha destacado el valor documental del cuadro, que permite observar con detalle la transformación del museo a lo largo de las décadas. La imagen del edificio, capturada con la meticulosidad característica de López, se convierte en un testimonio visual de la historia arquitectónica de la institución.
El realismo mágico en la obra de Antonio López

A simple vista, la pintura podría parecer una representación fiel de la realidad. Sin embargo, López introduce un elemento inesperado: una pareja de enamorados se besa en la copa de un árbol. Este detalle, casi oculto, rompe la aparente objetividad de la escena y la inscribe dentro del realismo mágico.
El artista, conocido por su capacidad para capturar la luz y la atmósfera con precisión, añade aquí una dimensión poética. La ciudad representada no es solo un espacio físico, sino un escenario donde lo cotidiano y lo extraordinario conviven en un mismo plano.
Antonio López y su obsesión por Madrid
Antonio López (Tomelloso, 1936) ha dedicado gran parte de su carrera a retratar Madrid. Desde sus primeras panorámicas urbanas en los años 60 hasta sus lienzos más recientes, la ciudad ha sido un motivo recurrente en su obra.

Formado en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, López ha expuesto en museos como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza y el Museo de Bellas Artes de Bilbao. Su trabajo también ha sido exhibido en instituciones internacionales como el Musée d’Art Moderne de Bruselas o la Marlborough Gallery de Nueva York.
Premiado con el Príncipe de Asturias de las Artes en 1985 y el Premio Velázquez de Artes Plásticas en 2006, su obra se ha consolidado como una referencia dentro del realismo contemporáneo.
Un préstamo con vocación de permanencia
El depósito de la obra en el MAN ha sido posible gracias a la colaboración con BBVA, entidad propietaria de la pintura. Con cerca de 9.000 piezas en su colección, BBVA ha desarrollado una labor de conservación y difusión del patrimonio artístico que permite que obras como esta lleguen al público.
Checa Pardo, director global de estrategia de Talento y Cultura en BBVA, ha subrayado la importancia de acercar el arte a la sociedad. La cesión de Vista de Madrid refuerza el vínculo entre la ciudad y su representación artística.
En la Sala 31 del Museo Arqueológico Nacional, el Madrid de Antonio López espera a ser descubierto, con su luz detenida en el tiempo y sus secretos ocultos entre las ramas de un árbol.

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