Annie “Londonderry” se convirtió en símbolo del feminismo de finales del siglo XIX. Su hazaña rompió muchos prejuicios de la época y le brindó la oportunidad de convertirse en redactora de un periódico firmando sus propios artículos.
¿Cómo surge la idea del viaje?
Antes de embarcarse en su atrevido plan de viajar alrededor del mundo, con nada más que una muda y un revólver en el bolsillo, nuestra heroína se llamaba Annie Cohen Kopchovsky y era una mujer que llevaba una vida tranquila en Boston. A la edad de 18 años, estaba casada y estaba a punto de tener su primer hijo, luego tuvo otro y otro más.
“No siempre quise vivir mi vida en casa ni tener cada año un bebé nuevo en mi regazo”, diría más adelante en las entrevistas. Annie Kopchovsky quiere ser independiente, ser libre y ser famosa.
Todo comenzaría tras aceptar una apuesta de dos miembros de un club de Boston, algo muy típico en aquella época. 5000 dólares a que una mujer no era capaz de dar la vuelta al mundo con una bicicleta y en un plazo de 15 meses. Estamos a finales del siglo XIX, sería toda una demostración de que una mujer podía valerse por sí misma sin necesidad de nadie. Se comprometió a realizarlo, pero tenía un problema: no sabía montar en bicicleta.
A pesar de este contratiempo, se compró una bicicleta en Massachusetts y, tras practicar un poco, dejó a su marido al cargo de sus hijos y salió de Boston pedaleando rodeada de más de 500 personas, desde activistas por los derechos de las mujeres a toda su familia. Tenía 24 años, era el 25 de junio de 1894, comenzaba así un viaje que sería definido por la prensa de la época como “el viaje más extraordinario jamás emprendido por una mujer”.
Annie esbozó una sonrisa entre la multitud: “¡Voy a dar la vuelta al mundo en 15 meses!”.
El viaje de Annie Londonderry
Después de viajar de Nueva York a Chicago, ya había dado grandes muestras de su valía. Había negociado con diferentes marcas que la patrocinaban, para lo cual llevaba su publicidad colgando de la bicicleta o ropa. Incluso firmó un contrato con una compañía de agua de Boston: la Londonderry.
Cuyo contrato, como deduciremos, consistía en decir que se llamaba igual que la marca de agua, de ahí Annie Londonderry. La señora Kopchovsky era muy inteligente. En sus etapas siempre encontrará gente dispuesta a darle dinero.
Las historias de Londonderry
Una y otra vez escribe telegramas en clubes de ciclistas y periodistas para llamar la atención sobre sí misma. Y debido a que realmente no tenía mucho de especial, más que su propio viaje, dejaba volar su imaginación y se iba creando “un personaje”.
Contaba que tenía un doctorado en derecho o que es una rica heredera. Otras veces presumía de que era estudiante de medicina y ganaba dinero diseccionando cadáveres. Nada de eso era cierto, pero los periodistas publican ansiosamente sus declaraciones y el público estaba encantado leyendo esas alocadas historias. No la cuestionan, y Annie Londonderry se hace famosa.
Durante el viaje cambió sus faldas por unos bombachos, mucho más cómodos para ir en bici. También se deshizo de su bicicleta Columbia, modelo femenino que pesaba más de 19 kg, por una Sterling de caballeros, mucho más ligera.
Llegada a Europa y paso por Asia
Llegó a Francia desde New York el 3 de diciembre de 1894. Recorrió en dos semanas la ruta de París a Marsella, ganándose el reconocimiento público. Pedaleó por la costa Mediterránea hasta llegar a Egipto, luego se dirigió a Jerusalén y a la actual Yemen, antes de embarcarse para ir a Sri Lanka y Singapur. Algún que otro tramo lo realizó en tren o en barco, según sus posibilidades.
Regreso a los Estados Unidos
Volvió a los Estados Unidos a través de San Francisco, el 23 de marzo de 1895. De allí pedaleó hasta Los Ángeles, luego a El Paso, para más tarde cambiar la ruta hacia Denver, a donde llegó el 12 de agosto de 1895.
Por el camino, en su línea, contaba fantásticos relatos de su viaje, desde que había sido capturada en una guerra en China hasta que detuvo a unos ladrones en un tren de los que había cogido. Le encantaba estar en el candelero. Regresó a Boston el 24 de septiembre, se cumplían 15 meses tras su partida. Se supone que cobró la apuesta, aunque le llovieron críticas ya que decían que había viajado más “con” una bicicleta que “en” una, demasiados trenes y barcos, según decían, en sus viajes.
Después de la aventura
Tras el viaje se mudó con su familia a Nueva York, donde durante meses escribió artículos de éxito para el New York World firmando con el nombre de “The New Woman” (La nueva mujer). Su primera publicación fue, como no podía ser de otra manera, un relato sobre su aventura.
“Soy una periodista y una Nueva mujer”, escribió, “ese término significa que me creo capaz de hacer cualquier cosa que pueda hacer un hombre”.
Para saber más: annielondonderry.com
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