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La historia del cuento en España, el relato imaginado

El cuento en la literatura española del siglo XIX

El cuento, es uno de los géneros narrativos más antiguos, se llama así porque deriva de contar, verbo que etimológicamente procede del latín computare y significa «enumerar». En este caso, y metafóricamente, hablamos de enumerar hechos o acontecimientos.

El cuento en la literatura del siglo XIX.
El camino, relato de Fernando Segura en la revista Blanco y Negro. 11 de mayo de 1901.

¿Qué significa el término “cuento”?

Hasta el siglo de Oro dicho vocablo connotaba «fantasía» o «mentira» y se relaciona con el carácter oral y tradicional de los cuentos de vieja. Para Baquero Goyanes, prestigioso estudioso de la literatura española, estas narraciones eran anécdotas en las que sus personajes vivían con gracia.

No hay que olvidar que el término se emplea durante buena parte del siglo XIX y se conserva en algunos narradores. Fernán Caballero empleaba dos  palabras: uno para referirse a un hecho real, relación; y otro para narrar un suceso inventado, cuento. Antonio Trueba, sin embargo, lo utilizaba de forma sistemática en sus colecciones: Cuentos populares (1853), Cuentos de color de rosa (1854), etc.

El cuento en la literatura del siglo XIX.
Monumento a Trueba en los jardines de Albia de Bilbao, por Mariano Benlliure (Wikipedia).

No será hasta finalizar la década de los setenta cuando el término cuento se aplique a narraciones populares, anónimas, fantásticas o infantiles. Aunque también se aplicara a relatos en verso de carácter narrativo como los que se publicaran en el Semanario Pintoresco Español (1836-1857) y en El Museo Universal (1857-1869).

A partir de los años sesenta ya se aplica la denominación para designar a los cuentos literarios. En la década siguiente su uso se incrementaría, pero la palabra cuento continuará alternando con otras denominaciones pero siempre conservará su carácter tradicional o su significado como relato imaginado.

No se debe dejar en olvido que la adopción plena del término debe ser situada en los últimos años del siglo XIX, desde 1891, año en que Pardo Bazán publicara varios ejemplares con la palabra cuentos, pasando por algunas publicaciones en El Liberal, con los cuentos de Picón, Clarín y Blasco Ibáñez.

El cuento en la literatura del siglo XIX.
Jacinto Octavio Picón. José Villegas Cordero. 1903 (Museo del Prado).

El cuento como género narrativo

Es difícil situar dicho vocablo ya que no se puede encerrar el cuento en una fórmula narrativa concreta, sea larga o corta. Se puede considerar que tiene una forma autónoma pero de complicada definición.

Un cuento es en definitiva una síntesis y por tanto incurriríamos en el error si la comparamos con la novela en sí; aunque algunos estudiosos piensen que se podría relacionar con la novela corta, en cuanto a su extensión. La mayor semejanza se da entre el cuento y los cuadros de costumbres. Esto fue señalado ya por Galdós quien indicó que el cuadro de costumbre habría dado origen al cuento:

“Es aquel mismo cuadro con un poco de movimiento” (Ensayos de crítica literaria, ed. De L. Bonet, Barcelona, Península, 1972, p. 124).

Dos son los géneros que se esconden tras la etiqueta cuento: uno es el cuento popular. Más antiguo que la misma escritura, acogido en la literatura medieval y renacentista, que tendrá una evolución hacia lo escenográfico y reducido a un tema más naturalista y postnaturalista. Por otro lado el cuento literario, que constituye la forma literaria más nueva, posterior incluso a la novela.

El vínculo que tiene con el periódico hace que se caracterice por ser un género independiente y necesario para dicho medio de comunicación. La producción de estas narraciones en prensa hace que surja un nuevo tipo de público y una enorme cantidad de “seguidores” que tratarán de imitar esta forma de escritura.

Desde 1836, el Seminario Pintoresco Español comienza a publicar relatos de esta índole, así como también aparecerán en El Museo Universal, en La Revista de España, en El Imparcial, El Liberal y la revista Blanco y Negro. Se convertirá en necesidad absoluta para el periódico; con tal magnitud de éxito, que surgirán publicaciones exclusivamente dedicadas al cuento como en 1907, año en que emergerá El Cuento Semanal. Una publicación en formato de revista, por medio de fascículos semanales, en la que se incluían atractivas portadas y cuyo primer número, el 4 de enero de 1907, publicó la novela corta de Jacinto Octavio Picón. A partir de dicho surgimiento, alternarían excelentes cuentistas.

El cuento en la literatura del siglo XIX.
El cuento semanal, portada del 20 de diciembre de 1907 (Wikipedia).

Los cuentistas más destacados en la época

Serían muchos los escritores que formarían parte de este estilo narrativo, pero dentro de este género hay que destacar a Emilia Pardo Bazán con más de seiscientos cuentos; Leopoldo Alas, Clarín, uno de los cuentistas más importantes; Navarro Villoslada, Clemente Díaz, Carolina Coronado, Rosalía de Castro, Bécquer, Cecilia Böhl y Antonio de Trueba, entre otros.

Entre los cuentistas realistas, Pereda, Juan Valera y Pedro Antonio de Alarcón. Entre los naturalistas, Pardo Bazán, Clarín, Blasco Ibáñez, Armando Palacio Valdés, entre otros muchos no menos importantes.

El cuento en la literatura del siglo XIX.

Los cuentos

De temática variada serán los cuentos estudiados en esta época: los cuentos psicológicos y morales, cuentos trágicos y dramáticos, cuentos de amor, cuentos religiosos, cuentos históricos y patrióticos, cuentos sociales, cuentos humorísticos y satíricos, cuentos rurales y cuentos fantásticos.

Como se puede ver, los cuentos psicológicos y morales son los más característicos dentro de los últimos años del siglo. A partir de algunos narradores franceses, Paul Bourget sobre todo, los cuentistas españoles buscan ampliar la fórmula del Naturalismo. En España destacaría Jacinto Octavio Picón y Pardo Bazán con sus cuentos psicológicos que reunió en la serie Interiores. En cuanto al cuento moral, a la cabeza de todos ellos hay que situar a Fernán Caballero. Los cuentos trágicos y dramáticos se dan en la época romántica y se inclinan a lo truculento; una truculencia que se conserva en el folletín.

El cuento en la literatura del siglo XIX.
Monumento dedicado a Emilia Pardo Bazán (La Coruña).

Los cuentos de amor, cuyo tema sufre a lo largo del siglo una profunda evolución. Ya que se pasa del amor fantástico y sentimental de los románticos a una visión mucho más real, y casi sensual a veces, para llegar a las tendencias más dispares. Los cuentos religiosos con su sentimentalidad religiosa que, con la llegada del Naturalismo, resulta imposible separar de lo político, o de lo estrictamente literario.

Los cuentos de temas históricos y patrióticos, en el que lo puramente histórico va siendo sustituido por lo patriótico siempre mezclado con lo legendario. Hay cuentos que tratan sobre las guerras de Ultramar que son más bien patrióticos que históricos. La mayor parte son lamentaciones tras las pérdidas coloniales.

Las narraciones sociales que entran en la literatura en forma de relatos de corte folletinesco. Los humorísticos y satíricos, cuyos conceptos suelen ir de la mano; y es que el humor español suele estar emparejado frecuentemente con la sátira. Los cuentos rurales con su idealización romántica del campo y tintes naturalistas. Los cuentos fantásticos, populares en la España romántica a pesar de no tener grandes cultivadores.

(c) Nosolorol Ediciones 2011 – ilustración de Jaime García Mendoza

¿Qué es el cuento entonces?

Un término que ha triunfado, de narración breve y asuntos diversos, de cuyos autores apenas se habla y que son tan importantes como otros, al igual que el propio género narrativo de su mismo nombre: El cuento. Como señala Baquero Goyanes, este es un género:

«Que apareció en el momento oportuno, cuando todos los restantes géneros literarios habían alcanzado madurez y perfección. El cuento es un género nuevo, nacido para una sensibilidad nueva también, refinada, sólo dable en un siglo  ̶en las postrimerías de un siglo ̶  febrilmente entregado a la literatura» (op. Cit., p 13).

  • Fuentes

ANDERSON IMBERT, Enrique: Teoría y técnica del cuento, Buenos Aires, Maymar, 1979.

BAQUERO GOYANES, Mariano: El cuento español en el siglo XIX, Madrid, CSIC, 1949.

FERNÁN CABALLERO: Cuadros de costumbres, ed. De J. Hesse, Madrid, Taurus, 1965.

_Ana Isabel Pernil

Licenciada en Filología Hispánica y docente. Defensora del buen uso de la escritura y amante de la Literatura. No me gusta la hipocresía.
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