Domingo, 20 de Octubre de 1940 (09:00h), tras pasar por las ciudades de Irún, San Sebastián y Burgos, el jefe de la Gestapo, Heinrich Himmler, llega a Madrid. Es recibido en la Estación del Norte por una comitiva rodeada de toda la parafernalia nazi; no en vano, “el régimen” español, le debía una parte importante de la victoria obtenida hacía apenas un año.
La visita tenía inicialmente la intención de coordinar la entrevista en la frontera franco-española con el führer y, especialmente, ultimar los detalles que garantizarían el libre tránsito de la Gestapo por el país.
Serrano Súñer, Ministro de Asuntos Exteriores, lo recibe y acompaña en todo momento, al igual que el Conde de Mayalde, anfitrión en España del jefe nazi; y tras efectuar las presentaciones en la Junta de Asuntos Exteriores (11:00h) lo traslada hasta el despacho del jefe del estado en el Palacio del Pardo (12:00h).
Súñer es ya conocido en Alemania (y volverá a ser invitado tras su excelente recepción) por sus encuentros con el ministro de exteriores nazi J. von Ribbentrop han sido frecuentes, especialmente tras la batalla de Dunkerque, en donde Hitler había aplastado a la escuadra anglo-francesa y logrado poco después (20 de junio de 1940) la capitulación de Francia. Necesitaban ahora negociar con España la invasión de Gibraltar, para poder cortar los suministros que llegaban de las colonias a Inglaterra.
En estas negociaciones los nazis permitieron el tránsito de agentes franquistas, como Pedro Urraca Rendueles, por la Francia ocupada con el único fin de capturar prófugos del antiguo régimen republicano, consiguiendo con ayuda de la Gestapo, capturar a numerosos españoles refugiados, muchos de ellos simples civiles no simpatizantes con Franco, y algunos altos cargos de la depuesta República, como Lluís Companys, (ejecutado el 15 de Octubre de 1940), Cipriano Rivas o Julián Zugazagoitia. Otros, los que no entraron en aquellas negociaciones, serían enviados a los campos de exterminio nazi.
Todo estaba programado, el alemán se alojaría en el hotel Ritz. Y, tras la visita de estado, se celebraría una comida en la embajada alemana a 13:30 horas; a las 15:00h acudirían a la Plaza de Toros de las Ventas para asistir a una corrida que se celebraría en su honor (de la cual se sabe que salió horrorizado).
Tras esto se dirigió a una nueva recepción, esta vez organizada por el Conde de Mayalde en la Dirección General de Seguridad, no sin antes pasar revista a la Policía Armada en la Puerta del Sol.
21 de Octubre de 1940, tras diferentes actos matutinos, Himmler procede según la agenda que Súñer le tiene preparada, acompañado del secretario general de Excavaciones Arqueológicas, el Sr.
Santaolalla, comenzando la visita por el monasterio agustino de San Lorenzo de El Escorial, en donde estaba la tumba de José Antonio por entonces. Visitó Toledo a lo largo de la mañana, contemplando las ruinas del Alcazar, la Catedral y la Iglesia de Santo Tomé.
22 de Octubre de 1940, la comitiva realiza este día las visitas a los Museos Nacionales de El Prado, en donde el nazi se detendría durante rato ante el cuadro de Velázquez de “La rendición de Breda”, y posteriormente al Arqueológico, museo en el que se detuvo bastante más tiempo observando los objetos de las civilizaciones celtibéricas, examinando los objetos visigóticos y charlando sobre los paralelismos entre germanos y los antiguos pobladores de la península.
Ocurrió aquí, en este museo, un hecho extraño… Una de esas cosas que se vuelven opacas con el paso del tiempo y no se distinguen de lo que ocurrió en realidad. Dicen que Himmler se quedó maravillado con la Dama de Elche, y que trató de lanzar interpretaciones sobre lo que representaba a Santaolaya…
¿Himmler miró a los ojos a nuestra querida Dama?
¿Vosotros qué opináis?
Pues en “El Reto Histórico” opinamos que NO pudo ser, tan simple como una fecha en un periódico para darse cuenta, bueno, mejor dicho: dos fechas. La primera fecha ya la conocemos, es la de la visita de Himmler al Museo Arqueológico: 22 de octubre de 1940.
La segunda, es la de la llegada de la Dama a España:
Sí, efectivamente, la Dama de Elche no estaba en España en aquellos años. Pocos son los cronistas de la época que se atreven a mencionar que Himmler estaba contemplando una reproducción, la hemeroteca más consultada por nosotros, la del diario ABC no lo menciona. En cambio, la edición del día 23 de La Vanguardia, sí menciona tal hecho.
Para disipar las dudas sobre la autenticidad o no de la dama ubicada en 1940 en el MAN consultamos los fondos fotográficos del propio Museo Arqueológico encontrando las siguientes imágenes de la sala que visitó Himmler fechadas entre 1917 y 1951.
Tras una de las fotos pone, textualmente:
Vista de una sala antigua de Protohistoria, apreciándose en primer plano y exentas las esculturas de la Bicha de Balazote, la Gran Dama Oferente del Cerro de los Santos, la Leona de Baena y al fondo la reproducción de la Dama de Elche. En primer plano, en el ángulo inferior derecho se observa parcialmente una maqueta y en las paredes vitrinas adosadas al muro.
Aclarar también que la llegada de la Dama de Elche al Museo Arqueológico se produce en 1971 y permanece en el mismo actualmente en calidad de depósito curiosamente, ya que su museo propietario es el Museo del Prado (catalogada con el número E433); museo en el que permaneció desde su llegada en 1941.
Nos surge ahora una importante duda: ¿Quién realizó esta réplica?
Puesto que la original se hallaba en Francia, según cuentan, en esos momentos oculta en el castillo de Montauban, cerca de Toulouse junto a numerosas piezas del museo del Louvre escondidas de manos expoliadoras nazis desde 1939.
La réplica tuvo que hacerse con anterioridad, ¿Cuándo? Indagando en los archivos digitales nacionales nos encontramos con el primer, y único, artista español al que se le permitió realizar una reproducción del busto íbero, se trata del alumno de Mariano Benlliure: Ignacio Pinazo Martínez, hijo del pintor y académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando Ignacio Pinazo Camarlench.
El director del Museo Nacional de Reproducciones Artísticas, José Ramón Mélida, le encargó en 1907 una reproducción de la Dama a Pinazo. En el Louvre la escultura estaba en la “Sala ibérica” protegida dentro de una campana de cristal. Según dicen se le permitió tomar medidas durante tres sesiones del busto, trasladando las medidas por el sistema de puntos a su copia.
Pinazo pudo realizar el proceso de modelado en barro en el mismo Louvre, ante la propia Dama ya en su vitrina, y posteriormente en su estudio terminaría la copia encargada y numerosos encargos más. Sus reproducciones, realizadas para museos y particulares, mantienen algunas diferencias con la original, como la estructura del rostro, más ósea en la original. En el Museo de Albacete se conserva una de estas reproducciones, la número 60, firmada y fechada en el lateral inferior.
Esta es, con mucha probabilidad la réplica que Himmler contempló, la ubicada en esas salas del MAN. Difícil es pues descartar que la copia que se encontraba en el Museo Arqueológico Nacional era de Pinazo, así como difícil es negar que Himmler tuvo ante el una esmerada reproducción de este valenciano.
Afirmamos pues que Himmler jamás miró a la Dama a los ojos, así pues concluimos que:
La bestia jamás contempló a nuestra querida bella.
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