En las brumosas tierras sureñas de Chile y en rincones del oeste central de Argentina, habita en las leyendas de los mapuches, un ser que encarna las pesadillas y supersticiones de un pueblo con una rica herencia espiritual. Hablo del Chonchón, una criatura de mitos que despierta la misma fascinación y terror hoy que en tiempos antiguos.
¿Qué es este ser y cuál es su significado en el imaginario de los indios mapuches?
El Chonchón, también conocido por su ominoso grito de “Tue Tue”, es una especie de ave con cabeza humana que, según las creencias mapuches, trae mala suerte y malos augurios a los lugares que frecuenta. Según relata la leyenda, hay ciertas personas, conocidas como kalkus / calcus o brujos mapuches, que poseen la capacidad de transformarse voluntariamente en este ser. Imaginadlo: un hechicero que, con la aplicación de una loción mágica en su cuello, logra que su cabeza se desprenda del cuerpo y vuele libremente, realizando maléficas travesuras especialmente en las noches sin luna.
Pero no cualquier kalku puede convertirse en Chonchón. Solo aquellos predestinados y dotados con conocimientos ocultos pueden asumir esta forma aterradora y, al hacerlo, conservan las habilidades mágicas propias de un kalku. Estas brujas o brujos, al transformarse, adquieren poderes adicionales como la capacidad de consumir la sangre de los enfermos o dormidos, o de causar desgracias a las personas. El Chonchón, con su apariencia temible, permanece invisible para aquellos no iniciados en los misterios de la magia, pero su llamado “tue tue tue” es audible para todos, siendo un presagio de mala fortuna.
El Enigma del Chonchón en la Cultura Mapuche
La imagen del Chonchón es tan vívida que incluso ha permeado el lenguaje cotidiano en Chile, donde se suele llamar ‘Chonchona’ a una persona fea o de mal augurio. Esta ave mítica, que se describe con un cuerpo que es esencialmente una cabeza humana con plumas y garras, y con enormes orejas que funcionan como alas, es un testamento de la rica tapestría de mitos y leyendas de la cultura mapuche.
Y las historias que se cuentan son tan variadas como fascinantes. En un relato, se dice que un Chonchón regresó en forma humana para exigir la sal que le habían ofrecido burlonamente unas jóvenes del pueblo. En otra versión, se transformó en un caballero elegante que, tras aceptar la sal ofrecida, la guardó en su bolsillo y se despidió amablemente. Los relatos advierten que no se debe ofrecer nada a estos seres, pues suelen regresar a reclamarlo, y las consecuencias de negarles su petición son un misterio.
La figura del Chonchón se erige como un símbolo poderoso de la conexión entre el pueblo mapuche y su entorno, donde la naturaleza y lo sobrenatural se entrelazan estrechamente. Aunque para algunos pueda ser solo una leyenda más, para otros representa una realidad viva, un espejo de las creencias y el respeto que los mapuches sienten por el poder de lo desconocido y por aquellos que, según su cosmovisión, tienen la capacidad de transitar entre el mundo espiritual y el terrenal.
