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Arqueólogos localizan por fin la ciudad maya rebelde de Sak-Bahlán

La localización se ha producido tras combinar fuentes históricas virreinales y análisis geoespaciales modernos, culminando décadas de búsqueda arqueológica en la selva de Chiapas.

Un equipo de arqueólogos ha localizado en la selva de Chiapas los restos de Sak-Bahlán, ciudad fortificada fundada por los mayas Lakandon-Ch’ol en el siglo XVI como refugio frente al avance de la Monarquía Hispánica. La urbe, conocida en los documentos como “el País de los Jaguares Blancos”, permaneció oculta durante más de trescientos años.

Un hallazgo clave en la frontera entre México y Guatemala

Los restos han sido hallados entre los ríos Jataté e Ixcán, en la actual frontera entre México y Guatemala, gracias al cruce de fuentes históricas del siglo XVII con tecnología cartográfica contemporánea. La investigación ha sido dirigida por el arqueólogo Josuhé Lozada Toledo, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México.

Sak-Bahlán

El equipo de Lozada ha trabajado durante dos temporadas en una de las regiones más inaccesibles de la selva chiapaneca. “Ha sido la expedición más exigente de mi carrera, pero dimos con restos materiales en el punto exacto previsto”, declaró Lozada al finalizar la fase preliminar del estudio.

La ciudad maya de Sak-Bahlán, símbolo de resistencia

Sak-Bahlán fue fundada hacia 1586, tras la caída de Lacan-Tun (la “Gran Roca”), capital del pueblo Lakandon-Ch’ol, en manos hispánicas. Aquel año, las fuerzas del virreinato lograron ocupar la región por primera vez, provocando la dispersión de los mayas hacia territorios aún más remotos.

Los fugitivos establecieron Sak-Bahlán —“Lugar de los Jaguares Blancos”— en una zona selvática apenas explorada, donde lograron sobrevivir durante más de un siglo al margen del control virreinal. No sería hasta 1695 cuando el fraile Diego de Rivas alcanzaría la ciudad con un grupo misionero, hecho que marcó el principio de su desaparición.

Río Tzendales. | Fotografía: Josuhé Lozada. CINAH Chiapas
Río Tzendales. | Fotografía: Josuhé Lozada. CINAH Chiapas

Una ubicación perdida, redescubierta gracias a fuentes virreinales

La reconstrucción del trayecto seguido por fray Diego de Rivas en 1695 ha sido clave para identificar la ubicación exacta. Según su carta, Sak-Bahlán se encontraba en una llanura junto a un meandro del río Lacantún. El religioso describía un trayecto de cuatro días a pie desde un punto conocido hasta la ciudad, seguido de dos días en canoa por los ríos Lacantún y Pasión.

A partir de estos datos, Lozada y su equipo recurrieron a análisis de trayectos basados en geografía histórica y cálculo de distancias reales teniendo en cuenta la dificultad del terreno y la capacidad de carga del viajero del siglo XVII.

Sak-Bahlán: descubren el último refugio maya contra la conquista

El resultado fue una zona delimitada con alta probabilidad de coincidencia, donde finalmente se hallaron restos de estructuras habitacionales, cerámica de tradición maya y herramientas asociadas al periodo de ocupación estimado (ca. 1586–1720).

Sak-Bahlán en los documentos del Virreinato de Nueva España

Los registros virreinales del siglo XVII y XVIII mencionan a Sak-Bahlán como una población rebelde y de difícil acceso, refugio de mayas reacios a las reducciones y a la evangelización. Tras la expedición de Rivas, una guarnición fue enviada al enclave, que fue rebautizado como Nuestra Señora de Dolores, conforme a la práctica toponímica misional de la época.

No obstante, el asentamiento fue abandonado hacia 1721, y su localización se perdió progresivamente en los siglos siguientes. Solo los informes jesuitas, las cartas de misión y ciertos mapas mantenían viva su memoria, aunque sin coordenadas precisas.

Relevancia del hallazgo: arqueología de la resistencia maya

El hallazgo de Sak-Bahlán permite por primera vez estudiar in situ una ciudad maya que resistió durante más de un siglo a la integración institucional virreinal. A diferencia de los centros ceremoniales o ciudades clásicas, Sak-Bahlán representa un modelo de urbanismo defensivo y adaptado a la selva.

Alrededores del lago Miramar. | Fotografía: Josuhé Lozada. CINAH Chiapas
Alrededores del lago Miramar. | Fotografía: Josuhé Lozada. CINAH Chiapas

Lozada señala que el estudio completo del sitio podría arrojar información sobre formas de gobierno autónomo, prácticas de subsistencia y estrategias de ocultamiento desarrolladas por los mayas Lakandon-Ch’ol frente a la expansión de la Monarquía Hispánica.

El legado de Sak-Bahlán y sus próximas excavaciones

El equipo del INAH prepara nuevas campañas de excavación y prospección geofísica, con el objetivo de identificar estructuras rituales, sistemas hidráulicos y espacios defensivos. También se busca recuperar muestras de polen y carbono 14 para afinar la cronología de uso.

La localización de Sak-Bahlán reabre el estudio de las redes mayas no integradas, que siguieron activas hasta las décadas finales del siglo XVIII. Algunas tradiciones orales entre los pueblos choles actuales aluden todavía a un “lugar blanco” escondido entre los ríos, relacionado con jaguares sagrados.

Los investigadores confían en que el proyecto contribuya a preservar la memoria de los pueblos mayas del sureste mexicano, cuya historia reciente está marcada tanto por su resistencia como por su transformación bajo marcos legales propios, reconocidos tras la independencia y durante el siglo XIX.

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Redacción

Equipo de Redacción / Notas de Prensa / Agencias

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