En mayo de 1814 se firmaba un tratado por el cual terminaba la guerra entre Francia y la llamada “Sexta coalición” (Reino Unido, Rusia, España, Austria, Suecia, Portugal y Prusia)
Ese tratado, conocido como el Primer Tratado de París, forzó la abdicación de Napoleón I, restaurando a los Borbones de nuevo en el trono francés.
Los términos del tratado no castigaron a Francia (así como en las siguientes guerras sí castigarían a Alemania por ejemplo), seguramente para evitar alzamientos populares y aumentar el valor de la monarquía restaurada como “gestora” de esta firma.
Se le permitió a Francia conservar las fronteras de 1792, fronteras que habían sido ampliadas en las invasiones de 1790 (Avignon por ejemplo se incorporó en esa época y la conservó). Las colonias que le habían sido capturadas durante la guerra contra Napoleón le fueron devueltas, con excepciones, como Malta, Tobago, Santa Lucía y la Isla Mauricio, las cuales debieron interesar mucho a la potencia principal de la coalición ganadora: se las quedaron los británicos.
Por lo que, en 1814, como parte del tratado, Malta pasó a formar parte del Imperio británico.
La proximidad con el Canal de Suez, autopista transoceánica, fue usada como puerto de partida de las flotas inglesas hacia la India y base mediterránea de la Royal Navy hasta bien entrado el siglo XX. Tanto fue así, que su papel en la Segunda Guerra Mundial fue crucial. La presencia de estas bases inglesas motivó los ataques italianos y alemanes durante esta guerra.
El rey británico, Jorge VI, otorgó a Malta la Cruz de San Jorge (que hoy puede verse en la heráldica y enseña del país) por los sufrimientos y resistencia en esta gran guerra.
Malta se “independizó” de Inglaterra el 21 de septiembre de 1964, día en que celebran su fiesta nacional.
A pesar de esa “independencia”, su constitución reflejaba como soberana de Malta a la reina Isabel II, cuya autoridad ejercía por medio de un gobernador. Vamos, independencia poca.
En diciembre de 1974, a pesar de esta unión monárquica -constitucionalmente impuesta- a Inglaterra, Malta se convertía en república, sin desligarse de la Commonwealth (ya sabéis, el invento postcolonial de los ingleses). Y el presidente de la república se convertía en Jefe del Estado, aunque sin dejar de ser miembros de la Mancomunidad de Naciones citada.
5 años después, en marzo de 1979, la nueva república de Malta exigió una elevada tasa por suelo militar a los británicos, cuyo ejército permanecía ocupando puertos y bases estratégicas. El gobierno británico rehusó la oferta y la Royal Navy y demás unidades fueron invitadas a abandonar la isla.
Entre el 31 de marzo de 1979 y el 1 de abril, los ingleses abandonaban sus acuartelamientos. En ese momento Malta se encontró sin bases extranjeras por primera vez en su historia. Este acontecimiento se celebra como el Día de la Libertad (Jum Il-Ħelsien).
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