
En el seno de la familia Pérez Galdós, en Las Palmas de Gran Canaria, nacieron dos trayectorias divergentes. Benito Pérez Galdós alcanzó fama internacional con obras como Fortunata y Jacinta o los Episodios Nacionales. Ignacio, nacido en 1835, eligió el uniforme, la disciplina de Estado Mayor y la carrera en ultramar.
Ignacio Pérez Galdós se formó en el Estado Mayor del Ejército entre 1858 y 1862, dentro de una generación de oficiales que heredó las guerras carlistas y que más tarde afrontaría los conflictos de ultramar (Cuba y Filipinas especialmente).

Formación y primeros destinos
Ignacio Pérez Galdós ingresó en el Cuerpo de Estado Mayor en 1858, concluyendo sus estudios en 1862. Esta etapa correspondía a la profesionalización de los cuadros militares en la España isabelina, donde los oficiales formados en Estado Mayor asumían tanto responsabilidades técnicas como políticas. La tesis doctoral de María Dolores González-Ripoll, El Capitán General de Canarias en el siglo XIX (UNED, 2016), analiza ese marco institucional:
El Capitán General de Canarias ejerció durante el siglo XIX funciones no sólo militares, sino también políticas y administrativas, con una proyección directa sobre la sociedad insular
Ignacio Pérez Galdós en Cuba
Durante la Guerra de los Diez Años (1868–1878), Ignacio fue destinado a Cuba. Allí alcanzó ascensos por méritos de guerra y consolidó su posición dentro del escalafón, obtuvo el grado de teniente coronel de caballería el 1 de junio de 1869, y poco después fue elevado al de coronel del Ejército, en reconocimiento a sus acciones entre los ríos Buey, Jicotea y Cauto.
Durante los primeros años del conflicto, participó activamente en teatros de operaciones clave, como Las Villas, bajo el mando de Carlos Manuel Céspedes, donde tomó parte en combates en zonas como Humilladero, La Curia, Bueyecito, además de ataques dirigidos contra líneas atrincheradas en Cauto, Las Brigadas y Las Coloradas.
En 1870, fue destinado al Batallón de Cazadores de Reus y luego al Regimiento de Infantería de León, participando en el combate de Brunis, donde fue herido, y recibió recompensas de las órdenes de Isabel la Católica y de Carlos III.
Tras su recuperación y un recorrido que incluyó matrimonio en Santiago de Cuba, regresó a España el 5 de julio de 1875. El regreso de Ignacio a la Península se produjo el 5 de julio de 1875, fecha en la que retornó a España desde Cuba. Tras su llegada, fue destinado a la Capitanía General de Navarra, participando en esas fechas en operaciones como la cooperación en el ataque de Montejurra, por lo que recibió nuevamente la Cruz del Mérito Militar.
Su vinculación con Cuba se reactivaría en 1877, cuando, con rango ya de brigadier, solicitó volver a la isla. Fue nombrado jefe de la jurisdicción militar de Holguín y Las Tunas, una etapa crucial en el cierre del conflicto, pues se enfrentó a insurgentes en escenarios como El Salvial y La Dichosa. Finalmente, el 6 de junio de 1878, el brigadier belisario Grave de Peralta entregó las fuerzas de Holguín y Las Tunas a Ignacio Pérez Galdós, marcando simbólicamente el fin práctico de la guerra en esa región

La experiencia cubana, como posteriormente será África, fue fundamental para una generación de oficiales que, tras el fin de la contienda, asumieron cargos de responsabilidad en la península y en los territorios de ultramar.
Gobiernos militares en la Península y Canarias
Tras su regreso definitivo a la Península, Ignacio Pérez Galdós fue nombrado gobernador militar de Santander en 1879, cargo que ocupó hasta julio de 1881. Este destino coincidió con los veraneos de Benito allí, lo que estrechó aún más sus lazos familiares durante esos años.
De regreso a Canarias, en abril de 1882 fue nombrado gobernador militar de la isla de Gran Canaria, con lo que consolidó su relación institucional con su tierra natal. Posteriormente, y avanzada ya su carrera, en mayo de 1891, tras ser ascendido a general de división, asumió a su vez el cargo de gobernador militar de Santa Cruz de Tenerife, actuando como segundo en jerarquía dentro de la Capitanía General de Canarias y extendiendo su influencia a toda la jurisdicción insular.
En 1891 fue promovido a general de división, y en 1898 alcanzó el grado de teniente general, máxima jerarquía antes de la Capitanía General. El 23 de enero de 1894 la Gaceta de Madrid publicó la concesión de la Gran Cruz del Mérito Militar. El nombramiento definitivo llegó en 1900. El 19 de abril de ese año la Gaceta registraba:
Nombrando Capitán General de Canarias a D. Ignacio Pérez Galdós
Su mandato coincidió con la fase más aguda del Pleito Insular, conflicto entre las élites de Tenerife y Gran Canaria por el control administrativo del archipiélago. En 1902 fue cesado y pasó a la Junta Consultiva de Guerra, pero en 1903 fue restituido en el cargo de Capitán General. Murió en Las Palmas el 27 de noviembre de 1905, en pleno ejercicio de la Capitanía General.
