En un giro digno de una novela de suspense, dos valiosas pinturas, que fueron sustraídas de una colección privada en Tel Aviv hace 14 años, han sido halladas en un sótano en Amberes, Bélgica. Las obras en cuestión son “Tête” (1971) de Pablo Picasso y “L’homme en prière” (1970) de Marc Chagall, que en el momento del robo estaban valoradas en 900.000 dólares.
La audaz sustracción tuvo lugar en febrero de 2010 en la villa de la familia Herzikovich, donde los ladrones, tras inutilizar un avanzado sistema de alarma, lograron acceder a la caja fuerte y se llevaron joyas valoradas en 680.000 dólares, además de las mencionadas piezas de Picasso y Chagall. Curiosamente, otras importantes obras de arte presentes en la vivienda no fueron objeto del hurto.
El caso permaneció estancado hasta finales de 2022, cuando la policía de Namur, en Bélgica, recibió un soplo sobre un comerciante de relojes israelí de 68 años, residente en la localidad, que ofrecía las pinturas robadas. Identificado únicamente como Daniel Z por las autoridades, el sospechoso fue puesto bajo vigilancia, confirmando así la veracidad de la información proporcionada.
El 10 de enero de 2024, la policía irrumpió en el domicilio de Daniel Z, deteniéndolo a él y a su esposa. A pesar de encontrar grandes sumas de dinero, las pinturas no estaban allí. Tras registrar también la casa de un familiar sin éxito, el sospechoso confesó tener en su poder las obras de Picasso y Chagall, pero se negó a revelar su ubicación. Dos días después, la policía registró otro inmueble en Amberes que anteriormente albergaba una galería de arte de dudosa reputación y ahí, en el sótano, dentro de dos cajas de madera con tapas atornilladas, aparecieron las pinturas, afortunadamente intactas y en sus marcos originales.
Daniel Z ha sido arrestado y acusado de receptación de bienes robados, cerrando así un capítulo que ha mantenido en vilo al mundo del arte durante más de una década.
