
La historia suele transmitirse en manuales escolares o en clases particulares, pero hay episodios que cobran vida cuando se narran como crónicas de guerra. Uno de ellos es la Reconquista de Buenos Aires de 1806, un acontecimiento singular en el que una ciudad virreinal, sin ayuda de tropas regulares de la monarquía española, consiguió expulsar a un ejército británico. Entre junio y agosto de aquel año, la capital del virreinato del Río de la Plata vivió bajo bandera inglesa, y sus vecinos, organizados en milicias, devolvieron la plaza a la Corona.
A continuación, se presentan diez curiosidades documentadas de aquel episodio, con referencias a fuentes originales y testimonios que han sobrevivido al paso de los siglos.
1. La ciudad se defendió sola
Cuando las fuerzas británicas ocuparon Buenos Aires el 27 de junio de 1806, no había guarnición profesional suficiente para repelerlos. Fue la población local la que tomó la iniciativa, organizando milicias de emergencia. Tal como registró Bartolomé Mitre en su Historia de Belgrano y de la Independencia Argentina (1857):
La ciudad quedó reducida a la defensa de sus propios habitantes, que improvisaron armas, oficiales y disciplina.

El héroe era un marino español
El comandante de la reconquista fue Santiago de Liniers, marino de la Armada española. Aunque nacido en Niort (Poitou, Francia), llevaba casi 40 años sirviendo a la Corona y era considerado plenamente un oficial español. Tras su victoria, el Cabildo lo nombró “héroe de la patria”.
El Diario de las operaciones militares (Archivo General de la Nación Argentina) lo recuerda:
El coronel don Santiago Liniers, con resolución y prudencia, condujo a las tropas hacia la capital, alentando con su ejemplo a los voluntarios.

3. Nacen los cuerpos criollos
La victoria permitió la formación de cuerpos permanentes de milicias. Entre ellos destacaron:
- Regimiento de Patricios, compuesto por vecinos porteños.
- Arribeños, integrados por criollos del interior.
- Montañeses, originarios del norte de España.
- Andaluces, Catalanes y Gallegos, organizados por origen regional.
En palabras de Vicente Fidel López en su Historia de la República Argentina:
Cada colectividad formó sus cuerpos propios, lo cual fue el germen de un ejército criollo consciente de su fuerza.

4. Armas improvisadas
La escasez de fusiles obligó a recurrir a armas rudimentarias. José María Paz, en sus Memorias póstumas, recordaba:
Vi a mujeres lanzar piedras y tejas desde las azoteas, mientras jóvenes blandían lanzas fabricadas con cuchillos atados a cañas.
5. La bandera británica flameó en el Fuerte
Durante 46 días, la Union Jack ondeó en el Fuerte de Buenos Aires. Según el Parte de Whitelocke al Ministerio de Guerra británico, recogido en The Annual Register (1807):
The British colours were displayed on the citadel of Buenos Ayres, and the town was for some weeks in possession of His Majesty’s troops.

6. Los ingleses esperaban flores… y recibieron fuego
Los invasores confiaban en un recibimiento amistoso. El propio general Beresford escribió en carta a Londres (julio de 1806):
We expected to be welcomed as liberators, but soon discovered the inhabitants were determined to resist.

7. La heroína de la pulpería
Entre los episodios populares destaca el de Martina Céspedes, dueña de una pulpería en San Telmo. Con la ayuda de sus hijas, emborrachó y capturó a un grupo de soldados ingleses. La Gaceta de Buenos Aires (1806) señaló:
La viuda Céspedes, con singular arrojo, entregó a las autoridades a varios enemigos que en su propia casa redujo.
8. El saqueo millonario
Los británicos requisaron cerca de un millón de pesos fuertes en plata, enviados luego a Londres. El London Gazette del 13 de septiembre de 1806 consignaba:
The treasure taken amounts to upwards of one million dollars, already embarked for England.
9. El origen de la palabra “pelotudo”
Durante la defensa, algunos jóvenes fueron armados con simples bolas de plomo (pelotas) para hondas. Despectivamente se los llamó “pelotudos”. El Diccionario del lunfardo de José Gobello explica:
Pelotudo: voz nacida en las invasiones inglesas, aplicada a los reclutas armados con pelotas de plomo.
10. La semilla de la independencia
Tras la reconquista, muchos criollos reflexionaron sobre su fuerza autónoma. Según cronistas de la época, e incluso historiadores posteriores, fue entonces cuando el espíritu público concibió por primera vez la idea de que la patria podía sostenerse por sí misma.

Fuentes:
- Bartolomé Mitre, Historia de Belgrano y de la Independencia Argentina (1857). https://es.wikisource.org/wiki/Historia_de_Belgrano_y_de_la_independencia_argentina
- Diario de las operaciones militares (Archivo General de la Nación Argentina).
- Vicente Fidel López, Historia de la República Argentina. https://es.wikisource.org/wiki/Historia_de_la_Rep%C3%BAblica_Argentina
- José María Paz, Memorias póstumas. https://es.wikisource.org/wiki/Memorias_p%C3%B3stumas_(Paz)
- The Annual Register (1807). https://en.wikisource.org/wiki/The_Annual_Register/1807/Chronicle
- London Gazette, 13 septiembre 1806. https://www.thegazette.co.uk/London/issue/15969/page/1150
- Gaceta de Buenos Aires (1806). https://es.wikisource.org/wiki/Gaceta_de_Buenos_Aires
- José Gobello, Diccionario del lunfardo. https://es.wikipedia.org/wiki/Lunfardo