Clara Campoamor (12 de febrero de 1888 – 30 de abril de 1972) fue, además de una magnífica abogada (de las primeras de España), una de las grandes intelectuales españolas, da fe de ello su prosa, su retórica y su agudeza a la hora de replicar, porque siempre la interrumpían, durante sus discursos en el Congreso.
Breve reseña biográfica
Nació en Madrid el 12 de febrero de 1888. Quedó huérfana de padre siendo muy niña. Desde joven, ayudó a su madre a sobrellevar las cargas familiares desempeñando numerosos oficios.
El 19 de junio de 1909, con 21 años, aprobó una plaza de funcionaria de segunda clase del Cuerpo de Correos y Telégrafos, desplazándose a Zaragoza y San Sebastián.
El 13 de febrero de 1914, tras pasar unas nuevas oposiciones en las que obtuvo el número uno, le posibilitaron volver a Madrid como profesora. Involucrándose en la ciudad en numerosos movimientos asociacionistas y de carácter político.
Se licencia como abogado
El 21 de marzo de 1923 obtuvo el título de bachiller, y poco después comenzó en el mundo universitario licenciándose en derecho en 1924 por la Universidad Central de Madrid. El 3 de febrero de 1925 era ya miembro del Colegio de Abogados de Madrid.
En 1931 intervino en la Sociedad de Naciones, a través de la Liga Femenina Española por la Paz. También intervendrá en ese mismo escenario como delegada del Gobierno en 1933.
Clara Campoamor, diputada
Tras las elecciones del 28 de junio de 1931, dos diputadas ocuparon su escaño por primera vez: Victoria Kent (partido Radical Socialista) y Clara Campoamor (partido Radical). Las dos tenían objetivos comunes como la defensa de los derechos de la mujer, pero no pensaban de igual modo respecto al voto. Kent pensaba que no era el momento todavía y Campoamor afirmaba lo contrario.
Terminó por ganar la idea que defendía Campoamor, que supuso derecho al sufragio femenino. No obstante, en las elecciones de 1933, Campoamor no vio renovado su escaño, tampoco Victoria Kent.
Exilio
Con el estallido de la Guerra Civil de 1936 (que ella llamó la Tercera Guerra Civil Española en sus textos, seguramente por llevar mal la cuenta de las tres guerras carlistas) fue alejada de sus deberes políticos y pudo abandonar España, tras varios intentos, en septiembre de 1936, debido a la imparable escala de violencia en la ciudad; siguió desde el exilio la evolución de los sucesos en España. Nunca volvió.
Viajó a Italia, Suiza, Alemania, Francia, Argentina y finalmente terminó regresando a Suiza, donde se estableció y nunca pudo volver de forma legal a su país, pues la orden de detención que había contra ella nunca fue revocada. Es una historia, la de esta mujer, una de las fuentes fundamentales para conocer la primera mitad del siglo XX español.
Sus palabras, frases de Clara Campoamor
Muchas veces se buscan “Frases fuertes, de impacto” en estos grandes personajes, frases de tres o cuatro palabras que suenen concisas; pero Clara Campoamor disfrutaba con las palabras y sus frases necesitan un contexto lo más completo posible para que no se confunda el receptor del mensaje.
Sin más, aquí os dejo algunas de sus frases (extractos de sus textos), muchas poco conocidas, seleccionadas por mí de algunos de sus artículos y libros:
1. Nadie ha cuidado de enseñar a los pueblos que la muerte y la guerra son mucho más fáciles que la paz y la vida.
Artículo “Vencidos en la paz: La ponzoña de la guerra” (La Libertad; marzo de 1921)
2. Toda la conducta del marido español parece aspirar a sintetizarse en un lema: Amor o matrimonio. Frente a él, yo me he preguntado siempre ¿Por qué no matrimonio y amor?
Artículo “Cuitas de Himeneo. Fantasía, personalidad y matrimonio” (La Libertad; diciembre de 1925)
3. No cometáis un error histórico que no tendréis nunca bastante tiempo para llorar al dejar al margen de la República a la mujer
Extraído de su discurso en defensa del voto femenino el 1 de octubre de 1931
4. El voto femenino, fue, a partir de 1933, la lejía de mejor marca para lavar torpezas políticas varoniles. Si pasados por ella los políticos de izquierda no han quedado más resplandecientes e impolutos… culpa será del tejido.
Texto de “El voto femenino y yo. Mi pecado mortal”
5. La mujer no se resigna, se rebela, se revuelve siempre, y cuando todo parece perdido, cree en lo inesperado, cree en el milagro. Digámoslo concretamente: cree en sí misma
Texto de “Heroísmo criollo. La marina argentina en el drama español” (de Clara Campoamor y Fernández Castillejo)
6. No olvidéis que no sois hijos de varón tan sólo, sino que se reúne en vosotros el producto de los dos sexos
Extraído de su discurso en defensa del voto femenino el 1 de octubre de 1931
7. Me siento ciudadana antes que mujer
Extraído de su discurso en defensa del voto femenino el 1 de octubre de 1931
8. Las terribles consecuencias nacionales de una lucha, que abrirá un abismo de odio y de rencor entre dos partes del país, habría debido aconsejar el adoptar, con diligencia, una fórmula de statu quo que, dejando intactos los ideales y los intereses antagonistas, les habría forzado a éstos a luchar legalmente en el terreno político.
Extraída de “La revolución española vista por una republicana” (de Clara Campoamor)
9. Si el futuro tiene que depararnos el triunfo de los ejércitos gubernamentales, este triunfo no traerá consigo un régimen democrático, pues los republicanos ya no cuentan en el grupo gubernamental
Extraída de “La revolución española vista por una republicana” (de Clara Campoamor)
10. Yo sigo aquí dedicada a múltiples tareas y siempre a la espera del «santo advenimiento» que jamás se produce y que jamás se puede ni prever a través de la lectura de diarios madrileños, que parecen de la época de los godos, con la única diferencia de que estos se avinieron a convivir con los árabes y los godos de hoy quieren estar solitos.
Extraído de su Carta a Doña María Telo 6 de abril de 1959 (Transcripción de Neus Samblancart Miranda)
Para saber más, y entender a esta Grande, os recomiendo la lectura de su libro “La revolución española vista por una republicana” y los trabajos publicados por Neus Samblancat Miranda con especial atención a sus “Cartas desde el exilio“, en donde recopila la mayoría de misivas enviadas y recibidas durante el exilio de Clara Campoamor, que duró desde 1937 hasta su fallecimiento en 1972, siempre nostálgica de su Patria.
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