Películas en las que verás errores históricos

Las películas históricas, o películas que se basan en algún momento de la historia para desarrollar su trama, sinceramente, nos encantan. No lo neguéis.

generales romanos marco antonio
Cartel de la película

Pero el problema con estas películas, es que son lo que son: una ficción; y por mucho que traten de adaptarse a la época en la que se supone están, suele costar mucho trabajo o, a veces no le da la gana al director o productor, no vaya a desmejorar el resultado en pantalla.

Lo que olvidan es que, entre el público que las ve, estamos muchos aficionados a la Historia que analizamos y condenamos muchas de las imprecisiones que, simplemente, no se pueden pasar por alto a pesar de entender (que, sí, que lo entendemos) que se trata de mero entretenimiento y de una película. Pero no perdonamos ciertas cosas, como por ejemplo:

1. Braveheart (1995)

La historia ha demostrado que las personas en Escocia no usaban faldas escocesas hasta aproximadamente el siglo XVI. Sin embargo, se puede ver al personaje de Mel Gibson con uno a lo largo de toda la película, que tiene lugar en la primera década del 1300.

Otro error de bulto es tratar de poner a William Wallace, que pertenecía a una familia noble, como un pobretón de solemnidad. Y no nos olvidemos del apodo que parece darle el filme “Braveheart”, que era el apodo del rey Robert Bruce (ese que perdió su corazón en España, literalmente).

En cuanto a la cronología, hay que decir que la mujer del rey Eduardo II, tenía tres años de edad cuando su suegro Eduardo I ordenó la ejecución de Wallace. Dato histórico que estropea la “salsa rosa” de la trama.

2. Gladiator (2000)

Los historiadores se burlan de muchas suposiciones en esta película, especialmente la noción de que Marco Aurelio hubiera querido regresar a la antigua República. Además de eso, la película comprime el reinado de 13 años de Cómodo en lo que no puede ser más de dos años.

El propio Cómodo era más joven y estaba más en forma física de lo que se representa, casado y (sin mencionar) que no cometió patricidio; más que nada porque Marco Aurelio falleció a causa de una varicela o, según otros, por comer algo en mal estado.

Para agregar al aparentemente interminable montón de imprecisiones, la película presenta batallas enteras que no ocurrieron, grandes catapultas que nunca habrían sido arrastradas a campo abierto, una raza de perros (pastor alemán) que no existía en ese momento e inscripciones latinas con gramática incorrecta (bueno, esto podría ser… aún pasa hoy en día).

Algunos incluso han señalado el anacronismo de los oficiales romanos al mando de los soldados que manejan arcos y flechas para “disparar”.

3. Pearl Harbor (2001)

El historiador Lawrence Suid, experto en el suceso del Pacífico, afirmó rotundamente que la película tiene poco más que un “parecido remoto” con el evento real.

Algunas inexactitudes son tan ridículas, que más que enfadar, divierten a los historiadores. Por ejemplo, el gobierno de Japón sí declaró formalmente sus hostilidades contra EE UU. algo que se suele omitir no solo en las películas, si no que la “historia propagandística americana” da por cierto.

Además, la idea de que un paralítico Franklin Delano Roosevelt se levantara de su silla de ruedas no parece tener ninguna base real.

4. El patriota (2000)

Los protagonistas parecen ser revolucionarios humildes, trabajadores, horados etc, etc, etc… en cambio se olvidan (algo muy inglés) de que todos tenían esclavos en sus tierras.

También se pone la Batalla del Palacio de Justicia de Guilford como uno de los puntos más importanes de esta historia. Pero, aquella batalla, fue ganada por los ingleses que estaban en inferioridad numérica. Encima se tiene aquella batalla como el momento en que las operaciones militares británicas en la Guerra de la Independencia, tenían más fuerza.

5. El último samurái (2003)

El error más grave, seguramente realizado a conciencia es que, no consta en ninguna parte que un militar norteamericano (el prota) hubiera ayudado al depuesto shogun. Y estamos hablando del siglo XIX, todo estaba por escrito.

Se sabe que hubo asistencia militar por parte de holandeses y franceses durante la guerra Boshin; y es posible que la historia se base en la de un militar francés que se incorporó al ejército del último shogun Tokugawa, llamado Jules Brunet. Pero era francés, no “yanki”.

Aunque toda la historia se mantiene dentro del periodo de la Guerra Boshin (desde 1868 hasta 1869), el último ataque suicida por parte de samuráis tradicionalistas contra el ejército imperial corresponde a la posterior Rebelión Satsuma ( 29 de enero al 24 de septiembre de 1877).

6. El rey Arturo (2004)

Normalmente estas películas ya las ves venir, suelen ser pura fantasía. Pero, en este caso, la productora aseguró que habían realizado una investigación histórica en profundidad, por lo que, es necesario darles un par de collejas.

Para empezar, la película está ambientada cuando el Imperio retira sus tropas de la actual Gran Bretaña, que fue en el 407 d.C. y los legionarios visten uniformes del siglo I d. C. (la era “clásica” representada con mayor frecuencia en las ilustraciones).

Artorio Castus existió de verdad, era oficial romano que comandaba un foederati sarmatiano en el Muro de Adriano, pero murió alrededor del año 200 dC. Cerdic era un verdadero señor de la guerra sajón que atacó a los romanos con su hijo Cynric, pero lo hizo a principios de los años 500 dC. Pelagio realmente fue juzgado por herejía, pero fue absuelto y murió de viejo; además, el juicio fue una década después de este escenario, y en el siglo V no se solía ejecutar a nadie por herejía, de todos modos.

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