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5 de marzo de 1937, la Batalla del Cabo Machichaco

"Los héroes tienen que vivir"

yorEntre septiembre y octubre de 1936, el lehendakari José Antonio Aguirre da las órdenes necesarias para organizar una Sección Auxiliar de Marina, dependiente de la Junta de Defensa del Gobierno Vasco.

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(imagen: marinavasca.eu)

Creación de la Marina de Guerra Auxiliar

El grueso central de esta Fuerza Naval serían cuatro grandes bous bacaladeros de la empresa “Pesquerías y Secaderos de Bacalao de España” (P.Y.S.B.E.), con sede en Pasajes. Sus misiones serían la protección de los buques mercantes, la libre navegación en aguas territoriales y el dragado de accesos a los puertos vascos, desactivando posibles minados de los canales.

En septiembre, las órdenes de la Junta de Defensa fueron que toda la flota de Pasajes se avituallara y preparara para zarpar lo antes posible. El día 6 se ordenó la salida de los pesqueros con destino a Bilbao, cargados de pertrechos, combustibles y todo el personal civil posible. El día 7 llegaban a Bilbao, entre otros, los bacaladeros de PYSBE: Vendaval, Euskal Erria, Mistral e Hispania.

El 1 de octubre de 1936 se decretó la creación de la Marina de Guerra Auxiliar de Euzkadi, para apoyar a la Marina de Guerra de la República. El 30 de octubre se incautaron, entre otras embarcaciones, los buques del PYSBE para que formaran parte de esta Flota de Guerra Auxiliar.

Aunque los barcos se artillaron con cañones de 101,6 mm —extraídos del “Jaime “I— y cumplían órdenes militares, conservaron casi toda su tripulación original; siendo reforzadas con artilleros de la Armada. El 4 de noviembre de 1936, el Gobierno Vasco decreta la Ley del Voluntariado del Mar mediante la cual se seleccionó al personal necesario para cubrir puestos en la nueva Armada Auxiliar.

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Izando la ikurriña a bordo del “Gipuzkoa” (foto: http://marinavasca.eu)

Preparación de la “Fuerza”

En diciembre de 1936 se procedió al artillado de dos parejas de arrastreros más: el Goizeko-Izarra y el Iparreko-Izarra. Poco después se incorporaba el Donostia, otro bou, y los vapores costeros Gazteiz e Iruña.

La gente llamaba a estos buques como “los bous armados”. Todos ellos fueron pintados de color gris naval, con la inicial de su nombre en color negro. Llevaban izada la ikurriña en el torrotito (a proa) y la bandera tricolor a popa (o centro según maniobras u órdenes del comandante). Tenían su base en Portugalete.

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Bou Donostia

Como dragaminas eligieron pesqueros más ligeros, entre 27 y 29 según la documentación. No fueron armados ya que su labor era la de la localización y desactivación de minas. Realizando una labor agotadora merecedora de la frase que se aplica a estos navíos: “Hombres de hierro en barcos de madera”. Algunos se hundieron realizando servicios de dragado, unos por minas y otros por los bombardeos de aviación italiana en Portugalete.

La Marina Auxiliar de Euzkadi dispuso también de varias decenas de lanchas, buques auxiliares y yates, con los que desarrolló diferentes misiones y cometidos hasta la caída de Vizcaya en manos de los sublevados.

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Lancha Stella Maris (fototeca Kutxa)

Principales Unidades de la Marina Auxiliar de Euskadi

TRAMONTANA
El gemelo del Gipuzcoa, no pudo ser artillado ya que tuvo que salir a toda prisa para transportar munición y dinamita a Cartagena a petición de Indalecio Prieto. Posteriormente, asignado a labores de transporte, realizaría cuatro viajes con oro del Banco de España (más de 110 toneladas) a Marsella para pagar material bélico en Francia.

GALERNA
Se dedicó a labores de correo y transporte entre Bilbao y Bayona. Fue uno de los primeros buques apresados, 15 de octubre de 1936.

HISPANIA
Cambió su nombre por el de Araba. Al destruirse el Puente Colgante (junio 1937) quedó bloqueado en la ría y fue hundido por su tripulación  para evitar su captura. Los sublevados lo reflotaron poco después y lo incorporaron a su Armada. Se devolvió a sus armadores en 1939.

EUSKAL ERRIA
El Bizkaya durante la guerra. Tras la caída del frente de Bilbao fue desartillado y comisionado a las Fuerzas Navales del Cantábrico. Terminó en Burdeos con planes de crear un buque corsario, pero el proyecto no se llegó a ejecutar y permaneció amarrado en Francia hasta que en 1939 regresó a sus amarradores.

MISTRAL
Se renombró como Gipuzkoa, resultó averiado en la batalla de Machichaco con una actuación heróica. Amarrado en Burdeos junto al Bizkaya, se intentó también convertirlo en buque corsario, pero con igual resultado.

VENDABAL
El mítico Nabarra.  Esta unidad fue la más activa de la campaña. Se enfrentó al poderoso crucero Canarias durante la batalla de Cabo Machichaco resultando, obviamente, hundido. Pero realizó —junto al Gipuzcoa— una de las gestas más quijotescas y valientes de las batallas navales en la Guerra Civil.

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El Nabarra e el combate (por David Cobb)

La Batalla del Cabo Machichaco

Las órdenes iniciales del Canarias, al mando del CN. Salvador Moreno, eran la de interceptar un importante cargamento de armas procedente de Veracruz. En la operación participaban todos las unidades disponibles en el Cantábrico. Además del Canarias, el acorazado España y el crucero Ciudad de Valencia.

Pero los servicios de información franquistas dieron el aviso de que acababa de salir de Bayona el mercante Galdames, que iba a ser escoltado por varios buques lo que señalaba la importancia de su cargamento: 173 civiles (mayoritariamente refugiados políticos) y 3 toneladas de monedas de níquel acuñadas en Bélgica para el Gobierno Vasco.

El contralmirante Castro ordenó al Canarias (el más veloz de los buques disponibles) interceptar y destruir ese convoy.

Zarpa la Fuerza vasca

La mañana del 4 de marzo zarpó la escolta de Portugalete formada por el Gipuzkoa (Com. Manuel Galdós), Nabarra (Com. Enrique Moreno), Donostia (Com. Francisco Elortegi) y Bizkaya (Com. Alejo Bilbao) y el destructor José Luis Díez (AN Carlos Moya), que había salido antes de los bou. Recogieron al Galdames en el punto y hora indicados, y se organizó el convoy de escolta.

Al anochecer un fuerte temporal hizo que tuvieran que reducir máquina, también se desviaron de su rumbo. La mala visibilidad y la condición de silencio total (con luces y radio apagadas) hicieron que el Gipuzkoa y el Bizkaya, que habían mantenido el rumbo previsto, perdieran el contacto con el resto del grupo.

Al amanecer del 5 de marzo de 1937, aun con la mar gruesa, “G” y “B” trataron de localizar el convoy de forma infructuosa. Cuando ya ponían rumbo a Bilbao, se toparon inesperadamente con el Canarias, que venía escoltando al mercante Yorkbrook, que había interceptado (que no capturado, pues no envió dotación de presa)a la altura de Santander.

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El Yoorbrook tras el combate (foto: http://marinavasca.eu)

El ataque del crucero “Canarias”

De los dos bous, el Canarias avistó solo al Gipuzkoa. Puso proa hacia el y aumentó su velocidad hasta 30 nudos. El Gipuzkoa también dio avante toda rumbo a Bilbao; pero a 6.000 metros abrió fuego el poderoso acorazado con sus piezas de 120 mm. El Gipuzkoa respondió con su Vickers (101,6mm y 76,2 mm), pero la réplica del Canarias fue un impacto directo en su cañón de popa con el que fulminó a sus artilleros.

Pero el Gipuzkoa no se rindió y continuó disparando con su cañón de proa, llegando a alcanzar al observador del puesto de popa del Canarias produciéndole una baja y un herido.

El Canarias respondió entonces con “palabras mayores” y puso a funcionar sus cañones de 203mm. A las 13’45 horas un cañonazo destrozaba el puente del Gipuzkoa matando al 2º oficial, al timonel y al telegrafista. El propio comandante (Galdós), herido leve, corrió hacia el timón del servo (en la popa del barco) recuperando el gobierno del bou y evitando que se fuera a pique.

El Canarias, en la persecución del Gipuzkoa, se había colocado a tiro de las baterías costeras con lo que tuvo que poner rumbo Norte cuando comenzó a ser hostigado, pudiendo el Gipuzkoa entrar en Portugalete muy dañado, con 5 muertos y 12 heridos.

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El Gipuzkoa entrando en Portugalete

Varios buques vascos optar por desertar

Mientras sucedía el combate, el resto de la Flota Auxiliar, informada vía radio de lo sucedido tomó diferentes decisiones. El comandante del destructor José Luis Díez (AN Carlos Moya), en vez de salir en apoyo del Gipuzkoa, decidió aprovechar la ocasión y desertar poniendo proa a Burdeos.

Entretanto el Bizkaya, aprovechando que el Canarias se estaba enfrentando al Gipuzkoa, se dirigió al costado del Yorkbrook y le ordenó seguir sus aguas, logrando llevar su cargamento (munición y armamento básicamente) al puerto de Bermeo en un insólita y arriesgada maniobra.

El comandante del Nabarra, Enrique Moreno, al mando de lo que quedaba del convoy, trató huir por el Norte para salir de la zona del Canarias. Pero al final invirtió el rumbo hacia puerto.

El Canarias alcanza el Galdames

El Galdames, esencia del convoy, recibió la orden del Canarias de parar máquinas. El mercante no detuvo su marcha. Al ver esto, cuatro disparos de 120 mm impactaron en el buque, causando la muerte de varios civiles (1 mujer y 3 niños según los informes). Para evitar más bajas, el capitán para e iza una bandera blanca.

El buque sublevado buscó entonces a sus otros objetivos, quería destruir en convoy. A 10.000 metros alcanzó al Donostia produciéndole daños menores, luego fijó blanco en el Nabarra, disparándole a 7000 metros por su babor. El comandante Moreno, al mando del Nabarra, decidió presentar batalla encarándose al poderoso crucero, fue entonces cuando ordenó contestar el fuego, llegando a alcanzar al buque blindado en su amura de babor.

La gesta del “Nabarra”

El Nabarra estuvo más de hora y media esquivando los disparos del Canarias y respondiendo al fuego. Su tripulación prefería hundirse combatiendo antes que rendir su barco. Hasta que una salva alcanzó sus calderas dejando al Nabarra sin propulsión y el comandante tocó abandono de buque… Pero no todos lo abandonaron, el comandante y algunos tripulantes prefirieron quedarse a bordo y hundirse con el barco. Como honorables marinos de guerra.

Sólo 20 de sus 49 tripulantes fueron recogidos por la dotación del Canarias, que se ocupó de los náufragos tratándolos con respeto. Cuando parecía que  se había completado el rescate, se produjo una gran explosión en el Nabarra, que se hundió en medio de una gran humareda junto a los valientes que lo defendieron. Enrique Moreno había cumplido su palabra.

El Canarias capturó el Galdames. La tripulación y parte del pasaje fue juzgada y condenada a duras penas de cárcel e incluso la pena de muerte. De este modo, como resultado del combate, se perdían definitivamente, ademas del Galdames, los bous Nabarra y Donostia y se averiaba el Gipuzkoa. Cayeron 34 marinos vascos y 5 civiles del Galdames, junto con otro marino más del Canarias.

Esta derrota se convirtió a ojos de la población en una victoria moral. El combate de los bous contra el Canarias se convirtió en una gesta épica. Se realizaron actos a favor de los marinos fallecidos e incluso el Aberri Eguna de ese año se celebro como homenaje al Marino Vasco. Se dice que los vascos criticaron duramente la Fuerza Naval del Cantábrico, que contaba con más medios que los suyos y no supo hacer ni la cuarta parte.

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Daños en el puente del Gipuzkoa (gemelo del Nabarra)

El honor entre marinos

Los 20 supervivientes del Nabarra, hechos prisioneros por el Canarias, fueron juzgados y condenados a muerte por rebelión, pero la intervención ante Franco del comandante y del director de tiro del Canarias, CNSalvador Moreno y CC. Manuel Calderón, hizo que se les indultara y se les pusiera en libertad el 30 de noviembre de 1938 en reconocimiento además su valor y valentía.

A partir de esa fecha, el comandante Calderón se convertiría en el protector de aquellos marinos cuidando que nunca se les discriminase ni les faltase de nada (incluso dicen que les ayudó con préstamos bancarios) en los difíciles años de la posguerra.

No quiero finalizar sin dejar la frase que según me han contado, don Manuel, dijo al general Franco y que le hizo romper aquellas sentencias: “Son héroes; y los héroes tienen que vivir.”

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don Manuel Calderon junto a Pedro de la Hoz (marinero del Nabarra) en 1975

Fuentes:

Pardo San Gil, Juan (2008) La Marina de Guerra Auxiliar de Euzkadi (1936-39)

marinavasca.eu

Miguel Ángel Ferreiro

Militar de carrera, autor de "La Segunda Columna" (Ed.Edaf), director de este proyecto e Historiador del Arte (UNED). Entre África y Europa, como el Mediterráneo.
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