Los Siete Sabios de la Antigua Grecia

¿Quiénes eran estos Sabios Griegos?

La denominación de “Siete Sabios” fue otorgada por la tradición grecolatina a siete destacados hombres que vivieron entre el 620 y el 550 a.C.; tal y como fueron Siete las Maravillas de la Antigüedad, siete fueron los mencionados por Plutarco o Platón en sus escritos y los grandes filósofos siempre hacen referencias a sus enseñanzas y los citan como ejemplos de sabiduría práctica para la vida. Aunque a veces hay variaciones en cuanto a algunos nombres de estos Siete Sabios, habitualmente se nombran a los mismos siete. Sus nombres eran: Tales, Bías, Pítaco, Solón, Periandro, Cleóbulo y Quilón.

Siete Sabios Grecia
Los Siete Sabios en las Crónicas de Núremberg (s.XV)

1) TALES DE MILETO

Máxima: «En la confianza está el peligro»

Tales nació en Mileto (Jonia) y ocupa el primer lugar entre esos Siete Sabios. Filósofo y matemático; mismo tiempo que trataba las cuestiones morales se dedicaba también al estudio de la Astronomía, cuyos primeros elementos había aprendido en sus viajes por Egipto. Predijo eclipses y el que dividió el año en doce meses.

Algunas enseñanzas de Tales de Mileto que aparecen en sus biografías:

2) BÍAS DE PRIENE

Máxima: «La mayoría de los hombres son malos»

Proveniente también de la Jonia, cuentan que su ciudad —Priene— fue asaltada por el enemigo, y cuando todos los habitantes huían cargando con todo lo que podían llevarse de valor, Bías hacía el mismo camino pero sin llevar absolutamente nada. Cuando le preguntaban por qué no rescataba joyas ni objetos de valor contestaba: Yo lo llevo todo conmigo. Evidentemente refiriéndose a su “mente pensante”.

Se suele decir que este sabio griego murió de un ataque al excitarse demasiado mientras defendía a un amigo suyo en un juicio. Frases que se le atribuyen:

3) PÍTACO DE MITILENE

Máxima: «Debes saber escoger la oportunidad»


Pítaco, habiendo sido nombrado durante una guerra contra los atenienses comandante de las tropas de Mitilene (en Lesbos), terminó todos los combates con un combate cara a cara que propuso al general enemigo (Frinón), del que salió victorioso. Gobernó su ciudad durante 10 prósperos años, trató de restringir el poder de la nobleza apoyándose en las clases populares y decidió abdicar por voluntad propia. Se le atribuyen:

4) SOLÓN DE ATENAS

Máxima: «nada con exceso, todo con medida»


Llegó a tener tal reputación de sabio, que los atenienses le suplicaron que confeccionara las leyes para su ciudad. Elaboró medidas desde agrícolas, regulación matrimonial, económicas a sexuales.

Tras cumplir con este encargo, Solón, partió hacia el extranjero para perfeccionar sus conocimientos. Su leyenda dice que, cuando regresó a su patria, se encontró con que las leyes que había realizado con tanto esmero ya no se utilizaban y murió de tristeza. Algunas leyes de Solón:

5) PERIANDRO DE CORINTO

Máxima: «Sé previsor con todas las cosas»

Fue rey (tirano) de Corinto, la Historia lo presenta á veces como un rey cruel y vengativo que se utilizaba todos los mecanismos de su gobierno para perseguir a los desocupados, porque los consideraba como los mayores enemigos del Estado. Entre sus prácticas tiránicas se cuentan que muchos jóvenes fueron enviados para ser castrados en Lidia, entre ellos el supuesto asesino su esposa.

Regularizó el trabajo de los esclavos y realizó reformas en pro de los ciudadanos más pobres, en los que se apoyó para eliminar a muchos aristócratas. Su gobierno se caracterizó como el de más prosperidad de la historia de Corinto, por eso está incluido en los Siete Sabios.

6) CLEÓBULO DE LINDOS

Máxima: «La moderación es lo mejor»


Nació en Lindos, en la isla de Rodas, de la cual fue tirano. Era hijo de un historiador (Evagoras) y se le consideró como el hombre más fuerte de su época. Pasó gran parte de su vida estudiando la naturaleza y decía que el mejor gobierno era aquel en el que los ciudadanos temían más su propia deshonra que la ley.

Decía también:

7) QUILÓN DE ESPARTA

Máxima:«No desees lo imposible»

Gobernador de Lacedemonia en el s. VI a. C., intenta mejorar los sistemas para controlar mejor a los más altos funcionarios del estado. Asimismo, se le atribuye la militarización de la vida civil de Esparta, aplicando las leyes de Licurgo (aunque luego conspiró contra él) y las primeras medidas para la educación castrense de la juventud, de ahí su ingreso entre los sabios griegos.

Entre sus leyendas, se cuenta que murió de alegría mientras coronaba a un hijo suyo como vencedor en los Juegos Olímpicos.

Otras máximas suyas:

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