La toma de Melilla: Medina Sidonia y la conquista de las tierras áridas

¿Desde cuándo es Melilla española?

Al poco de hacerse los Reyes Católicos con Granada, finalizando así la llamada guerra de la Reconquista, que duró más de setecientos años (722-1492), tuvieron que pensar en la forma de asegurar la paz en los territorios que acababan de anexionarse.

conquista de melilla
Plaza de Melilla siglo XVIII

Los nuevos súbditos de Isabel y Fernando soportaban muy a disgusto la dominación castellana y en más de una ocasión, alentados por sus hermanos del sur, que se habían trasladado a zonas del norte de África, empuñaron las armas. Ejemplo de ello es la sublevación de las Alpujarras (1568). Mucho antes de este alzamiento, el pendón castellano ondeaba en aquellas desangeladas tierras áridas llamadas Melilla.

Causas de la toma de Melilla

Varias fueron las causas que impulsaron a los reyes a la conquista de lo que se pensaba, era antiguo asentamiento visigodo en África, conquistado luego por Abderramán III en el 927. El Cardenal Cisneros ya era partidario, como lo había sido Alfonso X el Sabio, de conquistar o fundar puertos en la costa norteafricana para combatir a los piratas que asolaban las costas y los barcos españoles.

Años antes, los portugueses se habían adueñado de Ceuta, con el beneplácito del Papa, Arcila y otras poblaciones de la costa del Atlántico en África; pensando en extender su dominación por el Mediterráneo, y para impedirlo, en 1496 salió del puerto de Sanlúcar de Barrameda una flota en la que iban más de 5.000 hombres y 250 jinetes a las órdenes del caballero jerezano D. Pedro Estopiñán, que, al servicio de Juan Alonso Pérez de Guzmán y de Ribera VIII señor de Sanlúcar, V conde de Niebla, III duque de Medina Sidonia, II marqués de Gibraltar, o lo que es lo mismo, al servicio de la Casa de Medina Sidonia, tomó en su nombre (algunos historiadores afirman que en nombre de la corona de Castilla) -el 17 de septiembre de 1497– lo que un día fue un populoso asentamiento con más de 10.000 edificios, que encontró en ruinas y tomó sin ninguna resistencia.

Armas de Medina Sidonia

La causa de que partiera un ejército tan numeroso, al mando del que fue Comandante en jefe del ejército del Duque (Estopiñán) se debe a que previamente, el comendador Martín Galindo partió a reconocer esos terrenos, que en alguna documentación se afirma fueron intercambiados por otros en Málaga por algún señor morisco, e informó de que la toma de los mismos sería muy difícil por haber gran número de habitantes allí. El interés del Duque en esta plaza podría fundamentarse en obtener una plaza desde la que dominar el comercio del oro del Sudán que llevaba desde el sur hacia los puertos norteafricanos para embarcar hacia Europa.

Pedro de Estopiñán en el Oleo de Vicente Maeso (1917-1993)

Las tribus de la zona pactan con los Reyes Católicos

Los conocimientos sobre los enclaves comerciales del norte de África ya se habían registrado tras enviar exploradores, como Fernando de Zafra o Álvaro Acosta, a la zona que habían establecido contactos con el reino wattasida de Fez, pero especialmente con los caídes de las localidades de Tabaharique y Tehuente, del reino de Tlemecén (actual Argelia). Sería el caíd de Tabaharique el que ofrecería Melilla a Hernando de Zafra, el cual lo informa en su carta a los Reyes Católicos en 1493. No deja de ser curioso, ya que, según informes de Don Álvaro Acosta -de la expedición de Fernando de Zafra-, la villa pertenecía al reino de Fez.

Por aquel entonces Melilla comenzaba a sonar en los planes de las altas esferas.

El desembarco de Pedro Estopiñán

Cuando desembarcó Estopiñán; de Melilla, solamente quedaban unas ruinas con apenas habitantes. Por cierto, debido a esta tranquila conquista no es raro ver que se tome a Estopiñán como un contable y no como militar -que no creo que fueran incompatibles ambos empleos- militar era lo que había sido y lo que fue después.

Refuerza esa teoría -la de contable- el hecho de que en una ocasión se comisionó a Estopiñán a negociar con piratas que secuestraron unos pesqueros de las costas andaluzas, en las crónicas se le nombra como el “Contador de la Casa del duque don Juan“, aunque dudo que un contable agarrara por sorpresa al capitán del barco pirata y se tirase por la borda, que fue lo que hizo. No solo librando del cautiverio a los pescadores, sino canjeando al capitán morisco por un rescate.

N. Simonsen “Piratas Berberiscos” (1844)

Melilla, en mejores tiempos, había tenido fama de ser gran factoría agrícola y de tejidos de seda, así como productora de metales con grandes minas cercanas de hierro y oro; lo que en la actualidad se identifica con la Mar Chica -al parecer anegada por las aguas marinas debido a un terremoto.

Contaban también que tenía un gran puerto natural en el que anclaban cientos de naves, al principio comerciales -en tiempos del Califato y del Reino de Fez- y, con el paso del tiempo, cada vez más piratas. La ciudad sería destruida por las guerras entre los reinos de Fez y Tlemecén que se la disputaban desde la caída del Califato de Córdoba (1036).

Europa y África en 1519 con los dominios españoles. Para que os hagáis una idea de las fronteras entre Fez y Tlemecén (Argelia).

A la llegada de los castellanos, la ciudad estaba abandonada y semidestruida. Estopiñán, como contador ducal, dio buena cuenta al Duque del trabajo y maravedíses que costaría reconstruir y mantener la plaza, saliendo muy elevado y teniendo que tomar parte los Reyes Católicos económicamente para el mantenimiento de esta “cabeza de puente” en África. Se cuenta que Colón envió una queja formal sobre estos gastos, no entendía por qué se dedicaban tantos recursos y dinero a la empresa del Duque y a sus viajes se le ponían tantas pegas.

Escudo de Carlos I en la Puerta de Santiago de la ciudadela de Melilla

Melilla, señorío regio y ducal

Así, Melilla, se convertía tanto un señorío regio como ducal, pasando el Duque a ser una especie de Virrey, aunque Melilla no pasaría a ser parte de la Corona hasta 1556. Los reyes y los Medina Sidonia se hicieron cargo, según sus posibilidades, de la reconstrucción, aprovisionamiento y destacamentos militares de la nueva fortaleza en construcción. Los gastos necesarios para mantener Melilla serían altísimos. 

N.Simonsen “ataque berberisco” (c1840)

El reino de Fez consideraba a Melilla una amenaza

El reino de Fez, considerando esta avanzadilla castellana una amenaza, comenzó a atacar la posición. Se cuenta que el mismo Estopiñán hubo de defender la zona, junto a otro caballero de la Casa, García León, al mando de dos de los contingentes de tropas que enviaron desde la península. El triunfo fue aplastante y obligaron al enemigo a huir. Se afirma que esta batalla fue la que estabilizó la zona para poder construir el asentamiento y reedificar la fortaleza. El contingente de Fez, derrotado, se fortificó en Cazaza, esperando la ocasión para atacar de nuevo.

La toma de Cazaza

Cuando Boabdil fue derrotado, los Reyes Católicos, aunque en el tratado de capitulación se autorizaba al nazarí a residir en sus tierras de Almería, se instó a que este se fuera de la península por miedo a una rebelión futura. Fue entonces cuando se enviaron misiones diplomáticas a las costas norteafricanas a fin de encontrar un asentamiento en el que pudiera residir exiliado el rey depuesto, además de asegurarse de que los nativos pudieran ser fieles a la creciente corona castellana, en caso de que Boabdil planease algo.

Finalmente Boabdil escogió Fez como residencia, se le embarcó en una flota vasca al servicio de la corona llegando a Adra el 2 de octubre de 1493, allí embarcó el sultán y su séquito rumbo a la ensenada de Cazaza, parte de la comarca de Guelaya, en donde seguramente ya habían establecido contactos los castellanos; esta zona, en otros tiempos había sido un gran emporio comercial en contacto con la corona de Aragón y estados italianos, conocida en los documentos y portulanos como la Alcudia de Berbería, como bien cuenta Carlos Esquembri en su blog (abajo indicado en fuentes).

Numerosos granadinos (casi 4000 personas según los historiadores) decidieron abandonar las tierras íberas y partir junto al que era su líder natural, así pues, se reforzó la flota y se transportó a toda esta gente hacia sus nuevos destinos.

EN ESTA ZONA HOY CEGADA POR LOS APORTES DE ARENA DE UN RIACHUELO CERCANO ESTABA LA PLAYA QUE SERVIA DE PUERTO A CAZAZA Y ES EL LUGAR DONDE PUDO DESEMBARCAR BOABDIL.
Fuente: https://surdealboran.blogspot.com.es

Cuentan que al desembarcar en Cazaza (h1484), sus habitantes enviaron una delegación para ofrecer la plaza a la corona de Castilla, quizás queriendo recuperar el esplendor de otros tiempos. Cazaza y Melilla, pues, sonaban a la vez en los planes africanos de la expansión castellana.Asegurada Melilla tras la batalla y con el fin de establecer unos límites seguros para la costosa fortaleza, entre 1505 y 1506, parten de allí los ejércitos ducales, al mando del alcaide de Melilla —Gonzalo Mariño de Ribera—, para tomar la Villa de Cazaza, que había sido ofrecida años antes a la corona.

El problema era que ahora la fortaleza de la Villa de Cazaza estaba tomada por el enemigo y sus habitantes, antes amistosos con los cristianos, se habían ido. Ahora era una base para observar y organizar futuros ataques al castillo hispano al mando de un general que decían “de gran nombre en Berbería”, llamado Benefileile.

En octubre de 1504, el rey Fernando, ofrece a Don Juan los territorios verdes y áridos del reino de Fez con sus fortalezas y aldeas, para que la tuviese por título de mayorazgo con derecho a cederla a sus hijos con el título de Marqués de Cazazasiempre y cuando, claro, el propio Duque las conquistase.

Para la toma de Cazaza, según las crónicas de los Marqueses de Pidal, Mariño enviará a todas las tropas que tenía, dejando una pequeña guardia en la fortaleza, por tierra desde Melilla y por mar una flota con apoyo logístico (escalas, armamento y pertrechos).

La fuerza logística, encabezada por Mariño y un grupo de artilleros, llegó primero y asaltaron por sorpresa la alcazaba de Cazaza, consiguiendo penetrar en el interior del edificio y tomándolo rápidamente. Los ejércitos enemigos se quedaron en su mayoría fuera, pues tenían puestos de vigilancia desde donde estaban esperando la llegada del contingente que veían aproximarse desde Melilla, y los castellanos tiraron sobre ellos desde dentro, aguantando sin problemas la conquista. Poco tardó en llegar la infantería, vencieron rápido, y en pocos días el Duque ya había nombrado un alcaide para su nuevo marquesado, ya era el Marqués de Cazaza. El poder militar de las armas de fuego contra lanzas y ballestas wattasidas fue decisivo, ni famoso general ni nada.

Pero, aunque el Marquesado de Cazaza continúa existiendo en la actualidad, la zona permanecería en poder de los Medina Sidonia hasta 1532 o 1533, año en que ocurrió una traición entre los soldados de la guardia castellana, que pasaría a leyenda, (os la contaremos otro día) y que desencadenó la pérdida de la alcazaba y el comienzo de los sufridos asedios que tendría Melilla durante toda su existencia.

Morabo de Sidi Mesaud y colina de Cazaza

El Duque de Medina Sidonia había perdido su ocasión, aquellas tierras de berbería habían resultado ser una mala inversión. Sería recordado como “el primero que ganó y sustentó pueblo en África“.

Había dejado en ello muchos hombres, recursos y dinero. Y ya no veía posibilidades en conquistar todo Fez, aunque el rey se lo hubiera autorizado, era una empresa complicada y, seguramente, carente de beneficios económicos, que era lo que le interesaba al Duque, más que el honor por ser el Marqués de las tierras áridas.

Fuentes:

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