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El “Título de sangre” de la colección española del Archivo de la Oficina General de Tierras de Texas

Un artículo de la Oficina General de Tierras de Texas (TXGLO)

Los documentos históricos son más que la suma de sus partes: tinta y papel. Se les imparte un sentido figurativo del tiempo pasado debido a quién los ha tocado, lo que describen y dónde han estado. Sin embargo, en algunos casos, los documentos tienen algo más, están literalmente manchados “por la historia”.

Andrés Bautista Pereda y José Manuel Pereda, Testimonios and Copies, Box 135, Folder 10 , Spanish Collection, Archives and Records Program, Texas General Land Office, Austin.

Un documento habitual… con algo extraño

Uno de esos documentos (enlazado en las fuentes de este artículo) se encuentra escondido en los Archivos de la Oficina General de Tierras de Texas, dentro de la vasta colección de títulos de propiedad emitidos por España y México conocida como la Colección Española.

Este documento, meticulosamente escrito a mano, en papel de lino grueso y estampado con los sellos de la administración de Carlos IV y Fernando VII, detalla el proceso mediante el cual, dos personas, reclamaban unas tierras en la Texas española en 1808. Hasta aquí todo normal.

Pero, la diferencia entre este documento y los miles de otros de la Colección española, es que este documento en particular está manchado de sangre. El origen de la sangre sigue siendo un misterio, pero cayó la suficiente como para empapar las 15 páginas del documento.

Contenido del documento de Texas

En 1808, dos ganaderos, Andrés Bautista Pereda y su hijo, José Manuel Pereda, comenzaron el proceso de solicitud de unas tierras de unos 70km², en lo que ahora es el condado de Zapata.

Para este proceso necesitaban presentar testigos que testificaran en favor de que tenían medios suficientes para el usufructo de las tierras. En el expediente de solicitud también se incluía una “vista preliminar” de los terrenos en la cual, los futuros propietarios, tomaron nota de la flora y fauna:

(…) las plantas son chaparral, huisache, mezquite y retama, y ​​tal vegetación es tan abundante que hace que la tierra sea inhabitable

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Mapa dibujado e incluído en el expediente

(…) Los animales son tigres, leopardos, lobos, coyotes, conejos, liebres, ciervos, antílopes y serpientes, y estos los últimos nombrados son abundantes.

Con base en sus observaciones, los topógrafos valoraron la tierra a 10 pesos por cada 18km². Después de algunas negociaciones con las autoridades, los Peredas acordaron pagar 12 pesos adicionales por la tierra, más otras tarifas, por un total de 99.5 pesos por toda la finca.

Los dos ganaderos obtuvieron la tierra en 1810 y luego se les pidió que construyeran una vivienda (o cabaña) y la cultivaran en el plazo de un año, o la perderían.

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Típica cabaña colona de la zona de Texas (Bullock Museum)

Una finca en tres naciones

A medida que pasó el tiempo y la soberanía del sur de Texas cambió de Nueva España a México, a la República de Texas y finalmente al estado de Texas, los propietarios posteriores de la propiedad sufrieron infinidad de problemas burocráticos para confirmar la posesión de aquella tierra bajo cada gobierno diferente .

Este proceso se observa en los documentos adjuntos del expediente, así como en los archivos principales de Andrés Bautista Pereda y José Manuel Pereda relacionados con este tratado (abajo enlazados en Fuentes).

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Las “seis banderas” en el reverso del escudo de Texas.

Después del Tratado de Guadalupe Hidalgo, las concesiones de tierras en la Franja de Nueces (área del sur de Texas entre el río Nueces y el Río Grande) debían ser confirmadas por el estado y permanecerían en manos privadas, a menos que hubieran sido abandonadas.

Para la mayoría de propietarios, el proceso, fue relativamente simple y muchos habían recibido su título de propiedad a principios de la década de 1850. Otros, sin embargo, tuvieron que pasar por tribunales para ser confirmados e inscritos en el registro como tierras de propiedad privada dentro de los Estados Unidos.

El caso de las tierras de los Pereda fue de estos últimos, aunque fue confirmado por el Tribunal de Distrito del Condado de Webb en 1872.

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detalle del condado de Zapata

La conservación del documento

Normalmente, los títulos de concesión de tierras españolas recorrían muchas millas entre el lugar de residencia del concesionario y la Ciudad de México, donde se ratificaba y se finalizaba el proceso.

En este caso, sin embargo, el título es una copia certificada del original, hecho en Revilla poco después de la emisión del título.

En 1902 llegó a los archivos de la Oficina General de Tierras de Texas, muchos años después de la confirmación y patentamiento de la tierra. Como se señala en la copia certificada, el título rastrea las tediosas tareas requeridas para obtener una concesión de tierras españolas inmediatamente antes de la independencia de México.

Cuando el documento llegó a los Archivos de la Oficina General de Tierras en 1902, se había doblado en tres, como para caber en el bolsillo interior del abrigo de un hombre.

Como los duelos a pistola estaban a la orden del día en las zonas de frontera entre México y Texas, a nadie de extrañaría que el dueño de las tierras se hubiera visto involucrado en algún suceso por el estilo, pero todo son elucubraciones.

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Slaughter’s Cowboys, en Texas (1885).

Se sabe poco más sobre las manchas de sangre, el documento es un buen ejemplo de los procesos que experimentaron los primeros colonos de Texas al solicitar tierras a la administración española.

A través de
Texas Land Grant Records, Archives and Records Program, Texas General Land Office, Austin, TX.
Fuentes utilizadas:
Archivo (digital) Gobierno de TexasArchivo (digital) Gobierno de Texas. Expte J. M. PeredaArchivo (digital) Gobierno de Texas. Expte A. B. PeredaBullock MuseumOficina General de Tierras de TexasMapa del Condado de Zapata (glo.texas.gov)

Redacción

Equipo de Redacción / Notas de Prensa / Agencias

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