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Mushussu, el dragón de Babilonia

Te interesa saber que...
  • el descubridor de la Puerta de Istar pensó que se trataba de un ser real?

Mushussu es una criatura perteneciente a la mitología mesopotámica con forma de dragón. Su cuerpo está cubierto de escamas, las patas delanteras son de león y las traseras garras de águila.

mushussu mesopotamia
Grabado de los seres representados en los muros de la puerta de Istar

Mušḫuššu (, del sumerio MUŠ.HUŠ = Serpiente-dragón rojo/furioso), también presenta un cuello largo, cola y cabeza con cresta y cuernos. Su lengua es bífida, como la de los reptiles, podría decirse que su cabeza es similar a la de una serpiente. Las figuras serpentiformes eran comunes en la mitología mesopotámica.

Aparece por vez primera, según los investigadores, en la ciudad de Eshnunna como representación de l dios Nizanu o de Tishpak, sustituto de este último como dios-patrón de la ciudad. Cuando Eshnunna es conquistada por Hammurabi, el dragón pasa a ser parte de las representaciones de Marduk, su dios-patrón, como si de “una mascota” se tratase.

Una de sus representaciones más conocidas es la ubicada en las puertas de la ciudad de Babilonia, en concreto de la conservada Puerta de Istar.

En la zona de la puerta se han representado el toro (uro / rimi) y el dragón, en la zona del muro del paseo procesional se pueden ver leones y motivos florales más densos que en la puerta. También se han encontrado estas figuras en los cimientos de las puertas.

Estas representaciones datan de la época de la construcción de estas puertas en el 575 a.C. durante el reinado de Nabucodonosor II. La conquista de Eshnunna está fechada en torno al 1751 a.C., por lo que la asimilación del mito del dragón Mushussu por parte de los Babilonios tenía por entonces más de 1200 años. La pregunta es… ¿Por qué se representa a este dragón junto a dos animales reales?

Robert Koldewey, descubridor de la puerta de Istar en 1902, tenía esa misma pregunta… se planteó la hipótesis de que el Mushussu hubiera sido un animal real. Se basaba en que la representación de este animal en el arte babilónico era consistente a través de los siglos, mientras que el resto de figuras mitológicas  variaban en forma a lo largo de los siglos.

La hipótesis de Koldewey fue rechazada debido a que, con el paso del tiempo, se fueron descubriendo diferentes representaciones de las propias civilizaciones de la zona y pertenecientes a otras épocas, en las que se observaban las variaciones típicas en las que basaba su teoría.

Koldewey se apoyaba también en la historia de Bel y el Dragón. En esa historia aparece un “gran dragón” que moraba en uno de los templos Babilonios dedicados a Bel y que era adorado por los sacerdotes. Otras hipótesis apuntan a que el dragón de la historia era un varano o una enorme pitón, en el caso de que aquella historia tuviera algún fondo real.

Daniel, Bel y el Dragon (Francia siglo XV).
Daniel, Bel y el Dragon (Francia siglo XV).

Miguel Ángel Ferreiro

Militar de carrera, autor de "La Segunda Columna" (Ed.Edaf), director de este proyecto e Historiador del Arte (UNED). Entre África y Europa, como el Mediterráneo.
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