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En Astorga hay un museo con dos secretos

El Palacio de Gaudí se alza espléndido ante nosotros. Majestuoso en sus formas, una obra maestra de la arquitectura. Construido para albergar el palacio episcopal, tras haberse incendiado el antiguo, se le encargó a Gaudí su diseño y construcción por decisión del obispo J. Baptista Grau, buen amigo del genio catalán.

Plano de la Fachada del Palacio Episcopal
Plano de la Fachada del Palacio Episcopal

Gaudí en Astorga

La cantidad de compromisos adquiridos por Gaudí entonces –Pabellones Güell, el Colegio de las Teresianas, Sagrada Familia…- impidieron que se desplazase a Astorga para evaluar el terreno; pero, para no retrasar el encargo, pidió a su amigo obispo fotografías, dibujos y toda la información que pudiera aportar sobre la ubicación escogida. Con este material, Gaudí proyectó el palacio, enviando todos los planos y anotaciones a Astorga. Grau quedó satisfecho. Y el 24 de junio de 1889 se puso la primera piedra.

El contratista Arias Rodríguez fue el encargado de realizar la construcción. Como único requisito, impuesto por Gaudí, fue el de utilizar las cuadrillas de obreros que trabajaban para él en Cataluña.

Con un aire historicista, en estilo neogótico -muy de moda entonces- con pinceladas neomudéjar. Utilizando granito gris del Bierzo, se convierte en una construcción respetuosa con su entorno: el triángulo mágico que forma junto a la muralla medieval y la catedral (s.XV). El edificio sería finalizado por el arquitecto García Guereta, entre 1907 y 1915, ya que, tras la muerte del obispo Grau, Gaudí dimitió por desacuerdos con el Cabildo.

Durante la Guerra Civil, el edificio fue ocupado por la Falange y no sería hasta 1956 cuando el obispo Castellfort solicitó usarlo como residencia. Curiosamente, su función inicial, la de residencia obispal, nunca llegó a consumarse. El obispo Castellfort fallecería sin ver terminadas las reformas de habitabilidad, y el siguiente renunciaría a este uso.

Fue este, el obispo González Martín, el promotor de lo que es hoy en día un museo dedicado al Camino de Santiago: El Museo de los Caminos.

palacio gaudiLa Colección del Museo

Formado por diferentes salas, que ocupan los antiguos espacios como el comedor, la capilla o el gran vestíbulo. El palacio cuenta con una gran cantidad de piezas procedentes de todas las diócesis de los alrededores.

La Planta Noble alberga una muestra de orfebrería, cruces procesionales, incensarios, cálices… Piezas de valor incalculable realizadas entre los siglos XVI al XVIII. Destaca en esta planta la cruz de Poibueno, realizada por Sebastián de Encalada (s. XVI), platero astorgano, y el de Castrotierra -que guarda un secreto que comentaremos más abajo.  En esta misma planta podemos disfrutar de oleos y tablas, señalando el retablo de Navianos -ubicado en el salón del trono del palacio, cuyo baldaquino diseñó Gaudí- atribuido a Berruguete.

En la planta superior se presenta una muestra de artistas leoneses contemporáneos.

No podemos dejar sin mencionar la cantidad de piezas encontradas en la ciudad –de origen romano, principalmente- como monedas, bustos o sarcófagos. Necesario es recordar que estamos en una ciudad con más de 2000 años de historia, Asturica Augusta, por la que pasaba la Vía del Plata, que venía desde Mérida.  Estas piezas, junto a un precioso mosaico, están ubicadas en el sótano, allí mismo podemos encontrarnos con la arqueología romana y medieval y con lo cristiano antiguo.

Algunas de las piezas expuestas
Algunas de las piezas expuestas

El Secreto

Mencionábamos antes la Cruz procesional de Castrotierra; pues bien, el Cristo que presenta se atribuye, ni más ni menos, que al maestro de Renacimiento italiano, Miguel Ángel. Según declaraciones de su director en 2013: “Mira, el paño que le tapa no es original y sólo a Miguel Ángel se le permitían hacer figuras desnudas”

En un libro escrito en 1649 (Arte de la Pintura, de F.Pacheco) se dice de esta cruz que: Micael Ángel, clarissima luz de la pintura y escultura, hizo para modelo un crucifixo de una tercia con cuatro clavos, que gozamos hoy, en cual traxo a esta ciudad vaziado en bronce Juan Baptista Franconio valiente platero, el año 1597″

Cruz procesional
Cruz procesional de Castrotierra con Cristo atribuido a Miguel Ángel

Seguramente llegó a León de manos de un escultor, discípulo del aprendiz favorito de Franconio, Juan de Peñalosa. La cruz es obra de orfebres posteriores, pero el Cristo es esta maravillosa duda… Que algunos no dudan.

¿Será realmente un Miguel Ángel?

El Otro Secreto

Los tres magníficos ángeles de zinc, que lucen en el jardín, fueron pensados para coronar las cubiertas. Han cambiado en numerosas ocasiones de ubicación, como exiliados de su ubicación original. Y es que, estos ángeles llegaron de la Real Compañía Asturiana de Minas -su fábrica de fundición- a los pies de la obra en 1913.

A la muerte del obispo Grau, el Cabildo cuestionó la funcionalidad, finalidad y coste de la obra. Y tras sonadas discusiones de Gaudí con el vicario y el Cabildo, el arquitecto se cansó y abandonó la obra. Al llegar los ángeles no encontraron forma ni lugar en las obras finales del palacio, ejecutadas por Guereta, así que, decidió dejarlos en el jardín de acceso.

Angeles de Zinc de Gaudí
Angeles de Zinc de Gaudí

Visita Virtual

Os dejamos por aquí un vídeo que servirá como visita virtual para aquellos curiosos que quieran saber cómo es el interior de este palacio.

Más información: http://www.diocesisastorga.es/organismos/museos/museo-de-los-caminos-1

Miguel Ángel Ferreiro

Militar de carrera, autor de "La Segunda Columna" (Ed.Edaf), director de este proyecto e Historiador del Arte (UNED). Entre África y Europa, como el Mediterráneo.
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