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10 Grandes de la Armada del siglo XVIII

Hay muchos más, pero esta es nuestra selección.

Tras sucesivos desastres a principios del siglo XVIII (como el de Vigo de 1702) la flota de Felipe V se ve en clara desventaja, añadiendo a estas las necesidades de ultramar presentadas por sus responsabilidades oceánicas.

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Tres navíos de línea del siglo XVIII, españoles en la obra: “Alas y rastreas” [Carlos Parrilla Penagos]

La necesidad de una gran flota

El Rey se ve obligado a ceder rutas comerciales a sus aliados franceses a cambio de protección- y escolta a la flota del tesoro de Indias- muy necesaria en el momento. Aunque tengan este conveniente apoyo, la ausencia de una flota de guerra en condiciones, propicia episodios tan nefastos como la toma de Menorca (1708) o la de Gibraltar (1704) por los ingleses. La Historia de la Armada española necesitaba escribirse de otra forma.

Los programas navales son – según muchos historiadores- sin continuidad e “improvisados”. En julio de 1705 se publica el Reglamento Nuevo de la Marina, con el que se trataba de reorganizar las plantillas de las unidades de la Armada.

En ese año, 1705, se inicia una gran reforma en el gobierno, decretándose a lo largo del año diferentes leyes por las que se constituían, entre otras, la Secretaría de Guerra y Hacienda. Aunque la verdadera aparición de las Secretarías se producirá por el decreto de 30 de noviembre de 1714 de “Nueva Planta de las Secretarías del Despacho”. En él se establecerán cuatro Secretarías:

  • “Estado y negociación de ministros y negocios extranjeros”
  • “Negocios eclesiásticos justicia y jurisdicción”
  • “Guerra”
  • Marina e Indias”

Al frente de estas secretarías figurará un Secretario de Estado que llevará el título de ministro.

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Felipe V de Borbón

Y entre tanto trabajo de despacho -que no culminaría hasta el compendio de Reales Ordenanzas de Carlos III (1768)- y tanta variación de Secretarías y asignación (o recorte) de recursos, los marinos de España de aquellos años, en las peores condiciones, se convertirían en los mayores héroes de la historia de la Armada. Marinos que tratarán de recuperar el esplendor de otra era, a pesar de la centralización de esfuerzos, por parte del Borbón, en la protección -y conservación- de la España penínsular.

El Reglamento Nuevo de la Marina de 1705, empezaba así:

Por cuanto los cortos medios con que de muchos años a esta parte se halla mi Real Hacienda, han reducido a tan estrecha miseria toda mi gente de Armada…

Aquellos héroes serán recordados por la historia; aunque entonces, muchos, caerían es desgracia… y otros en Trafalgar

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Bandera utilizada en Trafalgar (1805) [Museo del Ejército]

Blas de Lezo Olavarrieta (Pasajes 1689 – Cartagena de Indias 1741)

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El almirante por excelencia, el más duro, invicto e intrépido militar del siglo XVIII – y quizás de la historia de la Armada. Ingresó con 15 años en la Armada y con tan solo 23 años alcanza el empleo de capitán de navío. Con 25 ya estaba cojo -Vélez-Málaga, 1704-, tuerto -Tolón, 1707-, y manco -Barcelona, 1714; eso sí: había ganado todas sus batallas.

Su mayor batalla, hito de todos los combates del siglo XVIII, fue la victoriosa defensa de Cartagena de Indias (13 marzo al 20 de mayo de 1741). Con solo 6 barcos y menos de 3000 hombres, defendió la plaza –considerada “la llave” de las Indias Españolas- contra una flota de 180 buques y 24.000 soldados británicos. Es la mayor derrota naval de la historia de Inglaterra (aunque ellos, quizás, no lo saben -ni lo quieren saber).

Enterrado en 1741 en una tumba anónima, muere (el 7 de septiembre, tras “unas calenturas”) sin el reconocimiento merecido por la epopeya que dirigió; aunque más tarde, se le otorgaría a sus descendientes el Marquesado de Ovieco. Armadas Española y Colombiana han honrado su memoria bautizando diferentes unidades con su nombre, actualmente es la Fragata de la Armada Española, F-103Fragata “Blas de Lezo– la que lleva su nombre.

Juan José Navarro y Búfalo (Mesina 1687 – Isla de León, Cádiz 1772)

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Navarro Viana y Búfalo Reto

MáS conocido como el Marqués de la Victoria; este noble y marino fue el primer Capitán General de la Real Armada Española. Erudito y polifacético, estudió humanidades, filosofía y matemáticas mientras servía en el Tercio Fijo Napolitano (desde los 8 años).

Fue autor de numerosas obras de Teoría y Práctica naval, Geografía u Organización de la Armada. Ejemplo de sus publicaciones bien podría ser: “El Capitán de Navío de guerra instruido en las ciencias y obligaciones de su empleo”, publicado en Cádiz en 1725 y dedicado a su amigo, el ministro José Patiño (luego resultó no ser tan amigo -pero eso es otra historia). Obtiene diversos mandos operativos, destacando el navío “San Fernando” (1729), el “Castilla” (1732) en la expedición a Orán. Sería a bordo del “Castilla”, en esta navegación, dónde coincide junto a un jovencísimo Jorge Juan (luego lo mentaremos, por supuesto) que realizaba sus primeros días de mar.

En 1740 ingresa como miembro de la Real Academia Española. Volvería a las armas poco después, ya que en 1744, en pleno conflicto contra Inglaterra acorrala frente a las costas de Toulón a una escuadra inglesa, muy superior en número, consiguiendo importantes ventajas políticas con este combate, fue por esto por lo que fue nombrado Marqués de la Victoria. Sirvió, casi, 80 años de servicio activo; participando en 50 batallas y 5 sitios.

Jorge Juan (Novelda, Alicante 1713 – Madrid 1773)

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Primero marino y luego sabio.

Humanista, científico, embajador, espía, cosmólogo, geógrafo, matemático e ingeniero naval -y seguro que hasta cocinaba bien el tío. Midió la longitud del meridiano terrestre (junto a Ulloa), demostrando que el planeta está achatado en los polos.

En marzo de 1749, Jorge Juan fue enviado a Londres bajo el seudónimo de Mr. Josues, por orden del Marqués de la Ensenada, para obtener información acerca de todo lo relacionado con la construcción naval británica, y contratar para el Imperio Español a los mejores expertos -y recopiló a 50 en total.

Como curiosidad, cabe contar, que las novedades que enviaba a Ensenada las realizaba en cartas clave con un código numérico, muy de película de espionaje. Miembro de numerosas academias, nacionales y extranjeras – su faceta de espía industrial no le supuso impedimento alguno para ser miembro, como lo fue Ulloa, de la Royal Society de Londres. Junto al propio Ulloa, es uno de los más sabios marinos ilustrados, contribuyendo a reformar la Armada, tanto en su faceta de director de la Escuela Naval, como con sus tratados de construcción naval.

Fue este marino el que realizará una petición al rey Carlos III para la fundación del Real Observatorio Astronómico de Madrid. Jorge Juan sería indispensable para todos los monarcas bajo los que sirvió. Cada 5 de enero la ciudad de Novelda le tributa un homenaje por su nacimiento, junto a la estatua de bronce que le recuerda en la Plaça Vella, en frente del Ayuntamiento. En este acto se interpreta el Himno a Jorge Juan del maestro J. Gomis.

Zenón de Somodevilla y Bengoechea (Alesanco, Logroño 1702 – Medina del Campo 1781)

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El Marqués de la Ensenada. Artífice de la recuperación naval española. Caballero del Toisón de Oro y de la Orden de Malta. Consejero de Estado durante tres reinados, los de Felipe V, Fernando VI y Carlos III.

Su carácter, actitud y sobretodo, aptitudes, hicieron que ascendiera rápidamente de simple oficial de la Secretaría de Marina a la jefatura de las nuevas Secretarías – que al inicio del artículo mencionábamos- de Estado, Hacienda, Marina, Guerra e IndiasReorganizó la Armada, creando los departamentos marítimos, astilleros y arsenales; se incentivó la producción de madera en el país, así como de cualquier materia prima necesaria para la construcción naval.

Algunas de las ilustradas reformas de Ensenada fueron:

  • Nuevo modelo de Hacienda en 1749 basado en el impuesto único del catastro (catastro de Ensenada), aunque no pudo aplicarlo por la oposición de la nobleza.
  • Abolición de impuestos innecesarios y creación de subvenciones y otras tipologías arancelarias.
  • Mejoras en infraestructuras, como la carretera entre Madrid y Segovia, o las de los puertos de Barcelona y de Palma de Mallorca.
  • Creación de fábricas de jarcia y lona, del Colegio de Cirujanos de Cádiz, impresión de códices en árabe o griego, un proyecto sobre la creación de un archivo histórico en Madrid.
  • Lucha contra la corrupción del comercio colonial. A fin de disminuir el fraude e incrementaron los ingresos. En los reinos de la península se liberaliza el comercio.

El marqués ya comentó en varias ocasiones:

Las monarquías bien gobernadas cuidan con preferencia a todo del Real Erario y de que todos los vasallos no sean pobres.

Vicente Tofiño San Miguel (Cádiz 1732 – San Fernando 1795)

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Científico, geógrafo, astrónomo y maestro de guardiamarinas -llamado por Jorge Juan a tal efecto. Miembro de la Academia de la Historia y de Ciencia de París y Lisboa, así como de diversas sociedades de Amigos del País. Fue nombrado director del Observatorio de San Fernando -creado (también) por Jorge Juan.

Uno de sus mayores trabajos, ordenado por Carlos III, fue el de la creación de un Atlas Marítimo de España, que puede considerarse como el punto de partida de la actual cartografía. Participó en la expedición contra Argel (1773), sitio de Gibraltar (1782).

Como curiosidad, un discípulo suyo, Juan Francisco de la Bodega y Quadra, que navegó por las costas de Canadá fundó una ciudad –en la costa oeste. a la que bautizó con el nombre de Tofiño (Tofino, por no usar “Ñ”).

Antonio de Ulloa y de la Torre (Sevilla 1716 – Isla de León, Cádiz 1795)

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Apellido que no se puede separar de su colega Jorge Juan, con quién compartió expediciones y trabajos, fue un gran militar e insigne científico. Dejó huella en varias ciencias: En geografía, una isla de la costa chilena lleva su nombre; astronomía, aparece en los mapas lunares; y química, aún se conserva el nombre que el propio marino dio a un elemento: el platino.

Con Jorge Juan, publicaría un libro cuya edición fue prohibida por el gobierno de Fernando VI: Noticias Secretas de América, sobre el estado naval, militar y político del Perú y provincia de Quito; que sería impreso en Londres póstumamente durante el siglo XIX. La censura no era algo nuevo para Ulloa, ya que otros manuscritos sufrieron tijeretazos, aunque se conservan muchos de los originales en el Archivo de Simancas.

Antonio Barceló (Palma de Mallorca 1717 – Palma de Mallorca 1797)

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“Afortunado marino”.

Esa es la frase que mejor define a este mallorquín. Hombre inteligente, aunque sin estudios -como muchos de sus “cursos”-, fue capaz de llegar por méritos de guerra, de marinero de cubierta a los más altos galones –almirante– de la Real Armada.

En 1748 los piratas berberiscos apresaron un jabeque español con 200 pasajeros. Fernando VI ordenó armar en Mallorca otros cuatro, poniendo al mando a Antonio Barceló, ascendido a tal efecto a teniente de fragata para que esto no ocurriera más.

Con sus “patrulleras” defendió las costas del levante español, y jamás dudó en poner proa al enemigo, estuviera en inferioridad numérica o la mar no fuese a su favor. Se convirtió en el terror de los piratas berberiscos, apresando o echando a pique más naves rivales que ningún otro comandante.

Participó en las campañas de Argel, Tánger y en el asedio a Gibraltar, para el cual diseñó unas lanchas cañoneras, armadas con obuses, que utilizó en el combate.

Barceló, hombre sencillo y de pueblo llano, que no gustaba del “guante blanco”, fue objeto de desprecio por parte de los oficiales formados en las academias de guardiamarinas. Los comentarios sobre su persona, su sordera y su cuestionada capacidad para el mando llegaron a oídos del rey, que envió al duque de Crillon para realizar un informe acerca de las capacidades del -ya viejo- almirante. Pero cuando el duque conoció a Barceló, envió una carta al ministro Floridablanca reafirmando la leyenda de Barceló y elogiando sus capacidades como mando, desmintiendo las habladurías que sobre él se vertían.

Cosme Damián Churruca y Elorza (Motrico, Guipúzcoa 1761 – Aguas de Trafalgar 1805)

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Héroe y marino ilustrado.

Siendo teniente de navío se le nombró responsable de la parte geográfica y astronómica en la expedición al Estrecho de Magallanes de 1788, que zarpó de Cádiz comandada por Antonio de Córdova y Lasso de la Vega. Cartografió toda la zona del estrecho y bautizó una ensenada con su nombre.

Como astrónomo, alcanzó un puesto de agregado tras esta expedición en el Observatorio de la Marina en San Fernando, en 1789. Zarparía, en 1792, al mando de una expedición científica a América del Norte, en la cuál cartografió la costa norteamericana y realizó un gran número de cartas astronómicas.

Era el comandante del “San Juan Nepomuceno” en la negra fecha de Trafalgar; batalla en la que perdió una pierna y negó la rendición del buque hasta morir desangrado. En el momento de la muerte del comandante Cosme, el navío fue capturado por los ingleses, que lo usaron como pontón en Gibraltar hasta 1818. Cuentan que se colocó una placa con el nombre -grabado en oro- del marino, en la cámara del comandante del San Juan, que él mismo había ocupado; y él que en ella entraba, se quitaba el sombrero como muestra de respeto al fiero enemigo.

Alessandro Malaspina (Mulazzo, ducado de Parma – Pontremoli, Milanesado 1809)

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Noble y marino italiano al servicio de España.

Tras una brillante carrera como brigadier de la Armada, propuso al rey realizar la más completa e impensable expedición científica llevada a cabo en toda la historia. Nace así el proyecto, que junto a José de Bustamante, les llevará a dar la vuelta al mundo entre los años 1789 y 1793.

La expedición Malaspina-Bustamante pasará a los cuadernos de historia con el nombre de: Expedición Malaspina. En esta expedición participarían otros importantes marinos, como Dionisio Alcalá Galiano. En 1794, entrega el diario del viaje al ministro Godoy, el cuál, al leer todas las críticas hacia al estado y mala administración de las colonias, lo manda encarcelar y requisa toda la documentación del viaje. Casi 100 años después, el teniente de navío Pedro Novo y Colson, recopilaría de nuevo los documentos y los publica en 1885.

Malaspina fue desterrado en 1802, debido a presiones de Napoleón para su excarcelación. El Italiano regresó a su localidad natal, donde se dedicó a la política y participaría en la transformación de la República Cisalpina en la primera República de Italia.

Dionisio Alcalá Galiano (Cabra, Córdoba 1760 – Aguas de Trafalgar 1805)

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“Alcanzó la gloria” junto a Churruca, en Trafalgar.

Con Tofiño cartografió la costa española (1784-1785) y la zona de las Azores (1789) -por comisión portuguesa-; junto a Antonio de Córdova y Lasso de la Vega viajó al Estrecho de Magallanes (1785-1786); con Malaspina y Bustamante se embarcó en la Expedición Malaspina (1789-1794. En todos estos viajes ejerció de geógrafo y astrónomo, utilizando métodos revolucionarios y creando su propia metodología para calcular posiciones con el sol y los astros.

Como militar, una de sus grandes proezas fue la de burlar un bloqueo inglés en Cádiz y llegar a Cartagena de Indias en 28 días para recaudar caudales de forma urgente. La maniobra remató cuando regresó con la recaudación –siete millones de duros y diversos productos coloniales– al mando de una escuadra formada por cinco buques con los que tuvo que efectuar maniobras evasivas, ya que fueron perseguidos desde su salida de América por buques enemigos. Consiguió entrar en Santoña con todo el cargamento a salvo.

A pesar de que Galiano no contaba con mando en ninguno de los buques alistados para combatir al inglés, solicitó al Príncipe de la Paz embarque de manera inmediata. Se le asignó el navío “Glorioso”, aunque tras unas permutas terminaría mandando el “Bahamas” en el combate. Un buque con casi 700 hombres de dotación en el que, al igual que Churruca, encontró la muerte tras ser alcanzado por una bala de cañón, junto a otros 75 marineros.

Nos faltan muchos, lo sabemos. 10 son pocos.

Nos faltan muchos grandes de aquella Armada Ilustrada –Gravina, Escaño, Hidalgo de Cisneros… el propio Bustamante-,pero estos diez son los que -a nuestro entender- más huella han impreso y más alto han dejado el pabellón de nuestra marina.

Aquella Armada que crearon con su ingenio y coraje duró apenas 100 años, pero dejó un espíritu y un saber hacer en nuestras escuelas navales (Marín, San Fernando, Ferrol -actualmente- Vigo y Cartagena -en otros tiempos), que permanece presente hoy en día.

Esperemos que permanezcan en nuestro recuerdo por mucho tiempo. Porque eso quisieron ellos, dejar siempre un destello de su gloria en nuestras memorias. Pueden encontrar marinos de otras épocas en el artículo que le dedicamos al Panteón de Marinos Ilustres.

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Fragmento del diario de Blas de Lezo [Museo Naval de Madrid]

Fuentes utilizadas:
"Galeria biografica de los generales de marina, jefes y personajes notables que figuraron en la misma corporacion desde 1700 á 1868: A-F"; Francisco de Paula Pavía y Pavía (enero de 1873)"Reglamento Nuevo de la Marina", 1 de julio de 1705Las Reformas Borbónicas y su documentación

Miguel Ángel Ferreiro

Militar de carrera, autor de "La Segunda Columna" (Ed.Edaf), director de este proyecto e Historiador del Arte (UNED). Entre África y Europa, como el Mediterráneo.

8 comentarios

  1. Pues a mi me falta el que a mi entender a sido el más grande Don Alvaro de Bazán y Guzmán Todos los demás son grandes marinos pero Alvaro de Bazán era mucho marino

    1. Claro… pero don Álvaro era del siglo XVI y aquí solamente se tratan del siglo XVIII (200 años después) ;)
      Tenemos una historia naval muy grande y hay que separarla por siglos

  2. El enlace, citado, al libro de Jorge Juan ” Noticias Secretas de América, sobre el estado naval, militar y político del Perú y provincia de Quito ” el original, se puede descargar gratuitamente en este enlace de Google Books;

    http://books.googleusercontent.com/books/content?req=AKW5Qafp2JxyTbADDG1DpW5YcXQfjozJ5e0n70vyevoCJCkZmaW0lB9qy4WSDN8uW0xKm8B7baSQ08Djw_4IRmyYgTWKgBw2KNEoEo6-47dCFijAjwUdDTx8kADl1Htno1bLhja-nREcT2-oZYxiYQBrMp_i_R9PRdK8oHg9qZc-gUGJZXsvPC13xQUdmRSBaKUM4bNWlfKK5U-PDMer677EuEQDEbZLZ1qKXwr1jXScfPlivEm3YyCQR-8CW3kTRB8Zb63P_tOQAT4FraflmH3AlYIVApOS-w

  3. No cabe ninguna duda de la talla de estos hombres como marinos y como personas.Hombres de valor y Valia.Creó que en la lista no esta Diego De Alvear y Ponce de León y debería.

    De cualquiera de ellos podría hacerse un guión y llevarse al cine con éxito sin fabular nada. Sería una forma de dar a conocer al gran público sus historias. La propia biografía de Jorge Juan es un auténtico guión en si mismo.

    Magnífica entrada.

    1. Diego de Alvear, por supuesto que falta… y tantos otros… seguramente repitamos formato y hagamos la Lista II… Ya que veo que echamos a muchos de menos. Muchas gracias por pasarte por aquí y dejarnos tus impresiones, es un placer leer comentarios postivios. ;)

  4. Buena selección, pero como dices una selección tiene el defecto de dejar fuera a muchos, y poner a otros que son susceptibles de ser criticados… Obviando estos ultimos, añadiria entre los candidatos a entrar en la lista a Velasco, Bodega y Quadra, Mazarredo, incluso el propio Arriaga (olvidado y eclipsado marino que al fin de cuentas fue quien construyó todos los barcos desde su puesto de Secretario de Marina)… Y aunque nombrado en la lista, sí que promocionaria a la lista principal D. Antonio Escaño, por su manual de táctica y otras muchas cosas,
    pero sobre todo por ser el espíritu y alma de las Ordenanzas del 93. Nuevamente, buen articulo, gracias!

    1. En el tintero se quedan muchos, por supuesto; es una selección personal y que, seguramente y debido a tantas peticiones, deberé complementar con otros tantos. Para esa recogeré los nombres que me comentas por aquí. Gracias por el aporte compañero, un saludo!

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